Con sede en Concepción, el Instituto Melisa se dedica a la investigación biomédica.

Su fundador y director, el epidemiólogo Elard S. Koch, destina parte su tiempo al análisis de cifras y registros sobre abortos en Chile. Por estos días, de hecho, está próximo a publicar en una revista científica un estudio sobre las edades en que las adolescentes interrumpen sus embarazos.

Luego de que el debate en torno al tema reviviera a raíz del anuncio presidencial del 21 de mayo -Bachelet dijo que buscará despenalizarlo en caso de riesgo de vida de la madre, violación e inviabilidad del feto-, hay quienes han manifestado su inquietud por la cantidad de abortos clandestinos que se inducen actualmente y los riesgos asociados.

¿Cuántos son realmente los abortos que se practican en nuestro país? Es esa "cifra negra" una de las principales ocupaciones de Koch, quien ha rastreado y cruzado un sinnúmero de estadísticas para llegar a conclusiones más precisas. Y es que como investigador, dice, "la preocupación por la magnitud del aborto clandestino continúa siendo un tema controversial y fuertemente politizado en Latinoamérica", que sirve "como leña para una hoguera de encendidos y reiterados debates que intentan una apertura de las cerradas legislaciones del aborto en varios países".

El factor "incertidumbre"

Cree Koch que "el elástico de las cifras se estira 'a piacere' cada vez que surge el tema". Y pone como ejemplo un dato que han sacado a relucir aquellos parlamentarios que promueven la despenalización: el Instituto Guttmacher realizó un estudio en 1994 en el que se estimó en 160 mil los abortos clandestinos en Chile. Ese dato fue utilizado el 2013 por los senadores Fulvio Rossi (PS), Ricardo Lagos Weber (PPD), José Antonio Gómez (PR) e Isabel Allende (PS) para justificar la presentación de su proyecto de ley para despenalizar el aborto.

Números que, según el experto, "están lejos de ser reales". Así lo explica: "Una cifra de 160 mil abortos clandestinos al año, en un país donde nacen cerca de 250 mil niños anualmente, es más que suficiente para alarmar a cualquiera y considerar la posibilidad de un cambio de legislación como alternativa para enfrentar el problema".

Las investigaciones publicadas más recientes, indica Koch, "muestran que del total de egresos hospitalarios por cualquier tipo de aborto informado en el sector público y privado entre 2001 y 2008, 12% a 19% estarían asociados con abortos clandestinos". Llevado a números absolutos -y considerando la fracción que no se hospitaliza-, "significa que en Chile ocurrirían entre 8.270 y 20.675 abortos clandestinos por año, con datos de 2008" (ver tabla).

-¿Por qué el intervalo es tan amplio?, ¿no se puede llegar a una cifra más precisa?

-Se debe a lo que llamamos 'incertidumbre de la estimación'. Si la tasa de complicaciones es de 50%, vale decir 1 de cada 2 abortos clandestinos se complica y llega al hospital, el valor estimado de abortos será menor, al contrario de una tasa de 20%, donde sólo 1 de cada 5 llegará a consultar por hemorragia, aborto incompleto o retenido. Lo más probable, en mi opinión, es que el nivel de complicaciones se encuentre cercano al punto medio. Lo importante aquí es que podemos acercarnos a monitorear la tendencia epidemiológica del aborto clandestino, aunque en forma indirecta e inexacta, por supuesto. Por ejemplo, desde 2002 a 2008 habría una tendencia a la disminución.

Koch añade también otro punto de vista: "Es claro que los abortos clandestinos existen. No en vano investigamos seriamente este tema, pues para intentar prevenirlo lo primero es lograr hacernos una idea plausible de su magnitud. Pero también tengo claro como epidemiólogo que hoy virtualmente no mueren mujeres por esta causa, lo cual no necesariamente es un hecho conocido por el ciudadano de a pie". Más aún, agrega, "luego de la derogación de la antigua ley en 1989, la mortalidad por aborto se redujo 96%, llegando a ser hoy 0,4 por 100.000 nacidos vivos, o 1 en 4 millones de mujeres en edad fértil, como establece otro reciente estudio".

Un sospechoso 40%

Es "virtualmente imposible", cree el director del Instituto Melisa, "que los números de abortos clandestinos se acerquen siquiera a 100 mil, pues la tasa reproductiva tendría que ser 4 a 5 veces la actual (...) Y esto es materia de hecho científico y no de ideologías, emociones, compasiones o credos religiosos".

Son estos datos los que llevan a Koch a preguntarse "¿por qué se insiste en recurrir al problema del aborto clandestino, cuando poco o nada tiene que ver este tipo de abortos con los supuestos particulares sobre los que se pretende legislar? (...) Pienso que estas iniciativas legislativas no apuntan al corazón del problema: prevenir el aborto debería ser el foco de una política de salud pública verdaderamente centrada en la salud del binomio madre-niño, un concepto históricamente acuñado por el Presidente Salvador Allende".

Según la información oficial del Ministerio de Salud, durante el año pasado 152.646 partos fueron atendidos en recintos públicos, entre los que contaron 17.434 abortos. Más de la mitad de esos procedimientos, en todo caso, se debieron a interrupciones espontáneas de la gestación. Es al mirar los egresos cuando se puede sospechar de abortos inducidos: en 40% del total no se especifican las causas del procedimiento.

Finalmente, y desde la Fiscalía Nacional, señalan que entre los años 2010 y 2012 abrieron 553 causas por el delito de aborto. Consentidos, con participación de la madre, fueron 335. Los casos en los que la mujer fue obligada sumaron 203, y en sólo 15 la acusación cayó sobre el médico a cargo de la intervención.