Ex ministro asegura que en diciembre de 2013 no quiso ejecutar una resolución de Contraloría que sancionaba con multa y anotación de demérito a la ex subsecretaria de Salud y actual directora de Fonasa.
Foto La Segunda
Una carpeta con varios documentos sobre la mesa de la terraza de su departamento, ubicado en el barrio el Golf, es el primer atisbo del dossier que el ex ministro de Salud Jaime Mañalich está elaborando para hacer frente a las críticas y acusaciones que han realizado las actuales autoridades de Salud y parlamentarios oficialistas, por posibles irregularidades durante su gestión en el gobierno de Piñera.
Más delgado que en sus tiempos ministeriales -reflejando los duros momentos que ha pasado por el estado de salud de su esposa, trasplantada de pulmón en noviembre de 2011- afirma que tras su regreso desde España va a enfrentar cada situación que se le plantee. También algunas que dejó pasar, como la sanción que debió aplicar en diciembre de 2013 a la ex subsecretaria de Salud y actual directora del Fondo Nacional de Salud (Fonasa), Jeanette Vega.
Según cuenta, se trata del resultado de un sumario administrativo que se inició en el Departamento de Epidemiología de la Subsecretaría de Salud por resolución de la Contraloría (N° 641), el 22 de febrero de 2010, semanas antes de que culminara el primer mandato de Michelle Bachelet. El sumario culminó con una resolución, fechada el 18 de diciembre de 2013, donde se sanciona con una multa de un 20% de la remuneración mensual a Vega (en su calidad de ex subsecretaria) y una anotación de demérito "por falta a la probidad". Mañalich no entrega mayores detalles sobre las causas.
El documento fue firmado por el entonces Presidente Sebastián Piñera.
- ¿Por qué no se ejecutó esta resolución?
Yo decidí perdonarle la vida a Jeanette Vega. Era una decisión exclusivamente mía y me pareció prudente. Se me presentó un documento para sancionar a alguien que yo sabía que iba a trabajar en el gobierno de (Michelle) Bachelet, que había ganado las elecciones. Además era por un tema que, en lo personal, y no soy quien para cuestionar las decisiones de la Contraloría, no me parece de extrema gravedad (...) No me pareció justo, política ni moralmente, hacerlo en los últimos días de gobierno. ¿Cuál habría sido la lectura de eso?: Eso es una cuestión personal. No, yo no estoy para eso. El papel quedó en un escritorio en el ministerio y ahora es la ministra (Helia Molina) quien debe tomar una decisión sobre esa materia.
Pero más allá de ese caso puntual, señala, "tomé la determinación de dedicarme entero a esto (su defensa) en los próximos meses. Voy a gastar unos ahorros, no voy a buscar trabajo para dedicarme 100% a esta actividad. Comprendo completamente que mucha de la gente que trabajó en el gobierno de Sebastián Piñera, producto de la purga de marzo pasado, esté muy asustada y no se atreva a sacar la voz. Yo voy a sacar la voz por ellos, esa es mi pega y estoy dispuesto y preparado para hacerlo", dijo.
- ¿Cómo va a preparar esa defensa?
- Estudiando, revisando documentos, viendo recortes (de prensa), poniéndome al día en lo que se ha dicho y lo que no. Aquí hay cosas que han sido muy ruidosas, como lo de Puente Alto (hospital), y otras que son esenciales, como decir que el ministro habría desviado fondos a una determinada clínica. Esa es una acusación muy grave que yo no puedo aceptar de ninguna manera, y me voy a defender en cualquier instancia a ultranza porque está mi apellido y honor de por medio.
Mañalich ya se ha reunido con ex asesores del ministerio y solicitado información a sus ex subsecretarios de Redes y Salud. La recopilación de datos incluye las presentaciones que han realizado las actuales autoridades en el Congreso. La idea de Mañalich es llegar a la misma instancia para exponer sus argumentos.
"Hay una instancia formal que es la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados que es a la que yo quiero ir a la brevedad. Y lo único que pido es que se me invite lo antes posible, no en 3 o 6 meses más. Quiero esclarecer todas las cosas que se han dicho en mi ausencia y que estimo que son incorrectas, falsas y algunas mal intencionadas", afirma.
El punto que más le interesa aclarar, cuenta, es la compra de servicios a clínicas privadas, asegurando que el primer gobierno de Bachelet hizo más de estas adquisiciones, aunque la estrategia de la actual administración es otra.
"Aquí lo que se dice es: Diálisis, ¿podemos vincular la diálisis a Mañalich?, no. ¿Quemados?, tampoco. Camas críticas... Mira, aquí parce que hay una hebra, porque podemos decir que se compraron muchas camas, que en realidad es una ínfima proporción de todo el gasto, y que esa clínica tenía relación con Mañalich. Eso hizo Jeannette Vega", afirma vehemente el ex ministro.
El actual jefe de finanzas del Minsal, Sergio Teke, realizó consultorías al ministerio durante el gobierno de Sebastián Piñera. Pero ahora, dice Mañalich, igual ha apuntado a las concesiones hospitalarias como los recintos de Maipú y La Florida, que no están habilitados en su totalidad.
- Se dice que faltan especialistas en el Hospital de Maipú. En dicho recinto echaron a nueve especialistas calificados, sólo por persecución política. Se dice que los hospitales concesionados son más caros y lentos, eso es falso (...) Pareciera que las nuevas autoridades no hay leído nada o no han revisado ninguno de los documentos que les entregamos.
Otra acusación que ha enfrentado Mañalich es la hecha por el alcalde de Puente Alto, Germán Codina, quien aseguró sentirse "engañado" porque no se levantaría de inmediato un hospital en su comuna (entrevista en Pág. 11).
Mañalich dice que hay oficios emitidos por Codina que demuestran que él conocía el cronograma.
"Se le dijo que se va a construir en dos fases, la primera que termina el año 2015 y ahí recién empezamos la segunda fase, que es este nuevo hospital para lo cual se necesita el cambio en el Plan Regulador Comunal (PRC). Resulta que después aparece el alcalde diciendo 'me engañaron', cuando hay documentos escritos por él", asegura Mañalich.
Agrega que la forma de hacer el hospital en dos fases responde a terminar con un modelo que venía de la primera administración Bachelet, que es "hablar de CRS como hospitales sin camas". El ex ministro menciona como ejemplo los casos de Talca, Alto Hospicio y Las Higueras.