Se trata del pediatra Pablo Casar y C.C., cuyo hijo fue dado por muerto, mientras el padre de la bebé sospechó la verdad y la buscó durante años. Ella dice que está disponible "para colaborar plenamente con las autoridades competentes, cuyas resoluciones serán el mejor desmentido a las versiones y juicios apresurados que me afecten". El dice estar "tranquilo... Estoy convencido de que he obrado con rectitud".
Puede que se hayan conocido. O tal vez no.
Pero hoy sus vidas están unidas por la investigación eclesiástica y judicial que busca esclarecer qué pasó con las adopciones irregulares que se habrían producido en la década de los 80 y 90.
La primera es C.C., una de las madres adolescentes que por esos años tuvo una guagua que fue entregada a otra familia sin que el padre de ésta supiera. A él se le dijo que la menor había muerto al nacer, pero algo sospechó y tras años de búsqueda, encontró a su hija. Su caso fue el que dio origen a la denuncia de Ciper y que hoy tiene a varias personas cuestionándose su identidad.
El segundo es el doctor Pablo Casar, un pediatra que fue encarado por otra madre cuya guagua fue dada en adopción «a la mala» y a la cual no habría negado que sí sabía del asunto. Su caso está hoy en manos del Tribunal de Etica del Colegio Médico.
Ambos entregaron su mirada sobre lo que hoy está ocurriendo y dijeron estar dispuestos a colaborar con la justicia.
Mientras, se siguen acumulando testimonios y nuevos datos afloran sobre las adopciones irregulares.
Entre los antecedentes están los hospitales donde recurrentemente se habrían producido los partos. Se menciona a la Clínica Santa María, que ya anunció su colaboración a la causa y aseguró que "mantiene los registros de partos en los años mencionados, en los que aparecen datos referentes a la madre, el recién nacido y el obstetra. En el caso de los recién nacidos, la información consignada comprende el sexo, peso y estado al nacer".
En las investigaciones abiertas -y en la página web "Nosbuscamos"- también se habla del hospital Barros Luco, Salvador, San Borja, Paula Jara Quemada y la Clínica Maternidad Carolina Freire.
En esta última nació Constanza del Río, la esposa de Arturo Fellay. Ambos crearon el mencionado sitio en internet que recibe información de padres e hijos afectados por las adopciones irregulares. Tiene unas 10 mil visitas diarias y ya se han inscrito más de 500 hijos que buscan a sus padres y 350 progenitores quienes exponen sus datos esperando un encuentro.
Constanza no conoce a su madre biológica y cree que habría sido asistida en el parto por el ginecólogo Gustavo Monckeberg. Ella es la responsable del cartel que está en la fachada de Matucana 28, donde hasta 1985 funcionó la Maternidad Carolina Freire. Al cumplir 40 años, el año pasado, quiso dar a conocer su caso para "dar pistas a su madre".
El pediatra broncopulmonar Carlos Casar fue mencionado en la historia de las adopciones irregulares por una mujer identificada como Carmen, cuya hija fue dada falsamente por muerta para después entregarla a otra familia.
La mención de este profesional provocó que la Mesa Nacional del Colegio Médico decidiera pasar el caso al Tribunal Nacional de Etica de la Orden, entidad que decidirá si se deben aplicar sanciones.
La Segunda consultó al doctor Casar por estos hechos. Sentado en su consulta del hospital Roberto del Río, aseguró estar "tranquilo" y anticipó que pidió la asesoría de la Fundación de Asistencia Legal de Médicos (Falmed), aunque hasta ahora ninguna institución oficial le ha pedido entregar su versión. Enseguida, no quiso hablar más.
Más tarde hizo llegar una declaración escrita, donde aseguró: "Si bien me he visto evidentemente afectado por salir involucrado en esta noticia de gran impacto mediático y social, mi conciencia está tranquila y tengo confianza en que mi participación será aclarada prontamente, dado que estoy convencido de que he obrado con rectitud . Como médico y pediatra, entiendo y comparto la conmoción que causa este caso, así como el dolor que sienten los hijos y padres directamente afectados".
Según la versión que Carmen entregó al portal de investigación Ciper, Casar se desempeñaba como neonatólogo en mayo de 1975, cuando ella dio a luz a una niña -que supuestamente había nacido muerta- en la Maternidad Carolina Freire, ubicada en Maturana con San Pablo.
Años más tarde, cuando se enteró de que su hija estaba viva buscó al médico aludido para preguntarle por su guagua. Según el relato de la mujer, el médico le respondió que la niña había sido entregada en adopción.
Carlos Casar dice hoy que "no puedo pronunciarme a través de los medios de comunicación acerca de situaciones concretas que involucran a pacientes, ya que el secreto profesional y el respeto por aquellos me lo impide".
Y aunque aún no ha sido requerido por la fiscal Erika Vargas, que lleva la indagatoria desformalizada por estos casos, agregó que "quiero hacer patente mi absoluta voluntad de colaborar con las investigaciones en curso, tanto en el plano ético como judicial, dado que coincido en la importancia de que se llegue a la verdad de los hechos ocurridos".
Otro médico mencionado en varios casos es el fallecido ginecólogo Gustavo Monckeberg , quien fue director de la maternidad Carolina Freire y falleció en 2008. Él fue vinculado a la adopción irregular de la hija de Andrés Rillón (dónde estaría involucrado el cura Gerardo Joannon), y también en el de Constanza del Río.
En el entorno del médico declinaron emitir declaraciones; sin embargo, aseguran que siempre obró correctamente. Con esa convicción, su nieto, el diputado Nicolás Monckeberg (RN), le hizo un homenaje en la Cámara, días después de su muerte. Esto, porque también había sido parlamentario por Santiago.
En su alocución el diputado señaló: "Quizás, el homenaje más profundo, pero, al mismo tiempo, más inocente y silencioso que hoy se le podría rendir, lo harían cientos de padres, mujeres, hoy profesionales, que, sin saberlo, viven por la jugada acción del doctor Gustavo Monckeberg al promover la adopción de hijos de algunas mujeres que pedían la interrupción del embarazo. Quizás, algunos de ellos nunca lo supieron, pero estoy seguro de que estuvieron en el alma de mi abuelo hasta los últimos días".
C.C. es una de las madres cuya hija habría sido dada en adopción irregularmente, mientras al padre se le dijo que había muerto. Es en este caso donde habría tenido una participación central el sacerdote Gerardo Joannon.
Requerida por "La Segunda", accedió a responder vía mail , y a través de su pareja (J.E.A.).
En la declaración indica: " He sido aludida en diversos medios de comunicación con afirmaciones que constituyen, a lo menos, una falta de respeto al dolor de quienes estamos sufriendo por hechos que están siendo examinados por los Tribunales de Justicia. Estoy disponible para colaborar plenamente con las autoridades competentes, cuyas resoluciones serán el mejor desmentido a las versiones y juicios apresurados que me afecten".
Asimismo agregó que "he decidido no hacer por ahora declaraciones a los medios. Me reservo el derecho de interponer, cuando lo considere oportuno, las acciones legales conducentes a perseguir los delitos que correspondan".
Este vespertino también solicitó hablar con el padre Joannon; sin embargo, desde su congregación aseguraron que mientras exista una investigación en curso no hablará y que se mantiene suspendido de sus funciones en la parroquia La Anunciación.
En un comunicado indicaron que "creemos que centrar el caso de las adopciones irregulares en la figura de nuestro hermano Gerardo Joannon -con quien ya se han tomado todas las medidas correspondientes- no aporta al esclarecimiento de los graves hechos acontecidos en torno a estas adopciones y donde hay otros actores con mayores y más amplias responsabilidades".
La denuncia por adopciones irregulares ingresó en la Fiscalía Centro Norte el 17 de abril, luego de que la directora del Servicio Nacional de Menores (Sename), Marcela Labraña, pidiera investigar los antecedentes. Siguiendo esta línea, el Ministerio Público nombró a la fiscal Erika Vargas para que realice la indagatoria previa y analice si procede formalizar por algún delito.
Durantes las últimas tres semanas, la persecutora ha instruido a la Brigada de Derechos Humanos de la PDI, que tome declaraciones a los supuestos padres e hijos afectados, además de testigos en los hechos. En este proceso se han sumado nuevas denuncias de personas y ya serían más de diez los casos de adopciones irregulares en la palestra, en los que no necesariamente está la participación del sacerdote Gerardo Joannon . Sin embargo, fuentes cercanas aseguran que en paralelo se realiza un análisis para verificar si hay competencia para seguir la investigación.
Lo anterior, porque las situaciones relatadas habrían ocurrido antes de 2005, cuando entró en vigencia la reforma procesal penal. Si no se pesquisa algún delito no prescrito, el caso debería ser visto por la justicia antigua.
Pero, además, la directora del Sename solicitó al fiscal nacional (s), Alberto Ayala, nombrar un fiscal exclusivo para investigar estas denuncias. La situación deberá ser definida por el fiscal Sabas Chahuán, la próxima semana, cuando retome sus funciones.
El organismo también entregó antecedentes de otros ocho casos donde podría estar involucrado el sacerdote Gerardo Joannon (SS.CC.), y que tendrían el mismo "modus operandi". Sin embargo, estos últimos antecedentes aún no están en manos de la fiscal Vargas.
Estas indagatorias penales son paralelas a la que realiza la Congregación Sagrados Corazones, a través del canonista salesiano David Albornoz. El deberá definir si Joannon incurrió en alguna acción que afectó a su ministerio sacerdotal. Según confirmaron desde la congregación, esta investigación estará lista el 30 de julio. Se aclaró que no se trata de un proceso canónico.
