Política
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Ministro de Defensa muestra sus armas... humanas y políticas

Quiere comprar aviones duales, que puedan combatir incendios de noche. Este año enviará indicación al plan de la Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa. No es partidario de que el presupuesto de las Fuerzas Armadas tenga un piso. La Empresa Nacional de Aeronáutica Civil (ENAER) no se cierra; espera reactivar negocios con Brasil.  

por:  Lilian Olivares Fotos: Fernando Herrera
viernes, 02 de mayo de 2014
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El ministro de Defensa es bombero. Voluntario de la 3ª Compañía.

Y justo le tocó debutar en el gobierno de Michelle Bachelet con terremoto en el norte y con demoníaco incendio en Valparaíso.

¿Es que Jorge Burgos Varela está hoy para apagar incendios? ¿El? ¿El joven que los encendía en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile a principios de los 80, contra el general Augusto Pinochet?

Ya no es un veinteañero, como entonces. A los 57 años, está templado. Tiene esa mirada del adulto que ha visto los ires y venires en el poder y en la sociedad.

Democratacristiano de siempre, los profesores que definieron su vocación política fueron Adolfo Zaldívar y Máximo Pacheco (padre del actual ministro de Energía). También Patricio Aylwin.

Burgos es un rostro de siempre, desde que ocupó cargos en todos los gobiernos de la Concertación, hasta sus doce años como diputado electo en tres periodos, por Ñuñoa y Providencia.

En marzo asumió la cartera de Defensa. Las oficinas del edificio Diego Portales no le eran desconocidas. Ahí fue subsecretario de los ministros Patricio Rojas y Edmundo Pérez Yoma. Vivió en ese lugar el "boinazo", cuando el general Pinochet hizo una maniobra de rebelión.

Le tocaron años duros, entonces.

Pero antes de narrar su historia diremos que este bombero nunca en su vida ha apagado un incendio. El título es honorífico. Se lo dio la Compañía de Ñuñoa porque consiguió que el gobierno y la Intendencia los ayudaran a comprar un carro para esa unidad. Y la condecoración fue de tanto realce, que hasta se compró un uniforme de gala.

Le gusta que los bomberos en Chile sean voluntarios y no reciban sueldo. Le hacemos ver la falta de recursos que se advirtió en los cerros de Valparaíso, cuando apenas se divisaban chorros de agua cayendo en medio de las lenguas de fuego. Responde que dificulta que en países de la región puedan tender un puente aéreo con 40 helicópteros operando durante 3 días, como ocurrió allá. Sin embargo, hay algo que le llama la atención: "Que no tengamos aviones para combatir en la noche. Estoy preocupado de este tema y lo he estado hablando con la FACh para que estudie posibilidades de tener aviones duales". Se refiere a los aviones con capacidades nocturnas en el combate de incendios.

En sus amplias oficinas del piso 21 del edificio de Defensa nos relató episodios marcadores de su vida y delineó lo que espera hacer en ese ministerio.

Su compañera de curso, su esposa

Hijo único, su padre -abogado- tenía un buen pasar como empresario y su madre era dueña de casa. Fue al colegio San Ignacio de El Bosque, mismo donde él y su señora educaron a sus tres hijos Vicente, Domingo y el concho de 15 años, Raimundo, que nació cuando él estaba destinado como embajador en Ecuador, donde vivieron los años más felices como matrimonio.

Se crió en el barrio de Seminario, en Providencia. Y casi todos los fines de semana, cuando sus padres salían por la noche, los pasaba donde su abuela Adriana Ovalle (bisnieta de José Joaquín Aguirre, que fue rector de la Universidad de Chile y parlamentario). "Ella influyó mucho en mi vida. Era una señora muy culta, que hablaba francés. Muy de derecha, pero muy democrática. Una vieja chora".

De esos barrios de Providencia pasó a los de Pío Nono. Fue en la Universidad cuando se le desataron las pasiones: el fútbol, la política, el amor...

Se enamoró de su compañera de curso Patricia Salas Sáez. "Empezamos a pololear a comienzos de tercer año. Se demoró como tres años en contestarme", ríe.

-¿También militaba en la Democracia Cristiana?

-Yo la llevé. Juró una noche de invierno en una reunión semiclandestina en el sindicato SUMAR, en Vicuña Mackenna. Me acuerdo que estaba Manuel Bustos (el fallecido dirigente sindical). Fue un 28 de julio de 1977.

Duró poco tiempo, hasta que entró al Poder Judicial.

-Mi mujer era una muy buena alumna. Pero ella, contrario mío, venía del Liceo número 5. Probablemente ella le tenía cierta aversión al riesgo laboral. Forma parte de esas familias de clase media que es primera generación en la Universidad, con un sacrificio importante de sus padres. Entonces, para ella era bien importante responderles luego a sus padres. Y entró al Poder Judicial desde muy niñita, como secretaria de ministro, y ha hecho una carrera, llegando a jueza laboral. A mi juicio, podría haber llegado mucho más arriba, pero ella lo ha sacrificado en función de llenar los espacios que yo no llené en la crianza de los niños. Y ha sido una compañera y una mamá ejemplar. Tengo suerte de tener tres hijos maravillosos. Pero esa maravilla tiene que ver fundamentalmente con su construcción, no la mía. Tengo la certeza de que lo que hemos construido como familia ha estado mucho más en el pilar de ella que en el mío.

"El dolor más grande que hemos tenido como familia"

Burgos es de la generación de conocidos como el senador RN Alberto Espina y el abogado Fernando Barros, del estudio Barros y Errázuriz. También de su amiga Andrea Muñoz, que hoy es ministra de la Corte Suprema. Andrea era la mejor alumna y fue quien lo recomendó para su primer trabajo, con el abogado Luis Ortiz Quiroga.

-¿Siente que la vida lo ha tratado bien?

-Sí. Estoy agradecido de la vida y de mi fe en Dios. También ha habido dolores y penas, pero esos quedan para adentro.

-En algún momento se corrió la voz de que en su familia nuclear habían sufrido una dura enfermedad...

-Nosotros tuvimos la visita del cáncer en mi casa, hace como 4 años. Esa visita la recibió mi mujer, pero la vivimos todos con mi mujer. Me agarró como una noticia intempestiva, sobre todo en una mujer sana que se hacía todos los exámenes de manera responsable, y llegó.

-¿Y qué hizo usted?

-Lo recibimos con dolor, pero muy unidos con mis hijos. Seguí mitad trabajando y mitad en la clínica, pero salimos adelante. Ella fundamentalmente resistió las quimios y todo bien. Dios quiso que hoy esté perfecto.

Se queda en silencio, mira con el peso de un recuerdo duro, y comenta:

-Este fue el dolor más grande que hemos tenido como familia. Además, el cáncer le llegó al pilar de mi familia. Entonces, es más difícil cuando le llega a quien sostiene. Pero ya pasó. Sus médicos le dicen que todos los exámenes son buenos y en fin, yo entiendo que las personas que viven con cáncer viven pendientes. Yo lo doy por superado y le ruego a Dios que sea así.

El 18 de marzo su hijo mayor lo hizo abuelo por primera vez y su nieta Antonia los renovó a todos.

"Sería una locura que quienes logramos tener unas Fuerzas Armadas como nunca en su historia, dibujáramos un proyecto de ley para diluir esas capacidades"

A veces, cuando Jorge Burgos le comentaba a su esposa de ciertas desilusiones o deslealtades, ella le decía: "Sal de la política. Comprémonos una buena casa en la playa".

-¿Y se la compró?

-Sí, pero no tan buena; chiquitita. La mitad me la regaló mi papá, en Tongoy. Pero ha sido grato.

-Y ahora, volver al gobierno como ministro de Defensa de Bachelet, ¿cuán grato ha sido?

-Va a parecer un show, pero el ministerio que más me gustaba era este.

-Usted ha estado muy involucrado en los temas de defensa, y ha sido muy crítico del Plan de Estrategia Nacional del gobierno de Piñera.

-Sí, no fue fácil ser crítico. Porque la crítica se centraba en el ministro que lo dictó, del cual soy muy amigo, Andrés Allamand. Pero a veces uno tiene que criticar a los amigos, como él probablemente me podrá criticar en mi gestión y no por eso voy a dejar de ser su amigo.

-La crítica suya apuntaba a que el Plan ponía a las instituciones militares como garantes de la seguridad nacional.

-Pero más que una crítica en función de las instituciones militares, a mi juicio confundía planos relativos a la defensa y a la seguridad. De hecho, originalmente se anunció como que era la Estrategia de Seguridad y Defensa, y acuérdese que el propio Presidente Piñera dijo después que era un borrador. Pero bueno, como todas las cosas, tenía ciertos aportes. Nosotros lo vamos a tener presente ahora, al definir una estrategia en defensa; va a ser insumo.

-¿Cuándo va a definir el Plan de Estrategia Nacional?

-Estamos trabajando.

-¿Y qué rescatará del proyecto que dejó Allamand?

-Yo creo que su gestión en este ministerio fue interesante. En la estrategia es más discutible. Hay ciertos elementos que rescatar respecto al análisis de las amenazas. Creo que el proyecto de ley que mandó sobre el sistema de sustitución del financiamiento de las Fuerzas Armadas tiene asuntos rescatables.

-¿Se refiere a la eliminación del 10% del fondo del cobre?

-Sí. De hecho, yo concurrí con mi voto favorable en varios aspectos, en la Cámara. Lo trabajamos en esta misma mesa con Andrés. Quedaron algunas cuestiones pendientes, que no están bien resueltas, a mi juicio, pero estamos trabajando una indicación.

-¿Pero es una indicación, o piensa retirar el proyecto y mandar otro?

-No, una indicación sustitutiva de algunos aspectos, que vamos a hacer durante el segundo semestre de este año. Yo me he dado un tiempo, he hablado con la Presidenta, tengo ciertos mandatos de la Presidenta. No quiero entrar en mucho detalle hasta que la Presidenta me dé el visto bueno.

-¿Pero ese proyecto de financiamiento va a tener un piso?

-A mí no me gustan mucho los pisos. Es mi opinión. Pero hay que trabajar por plurianualidades...

-Eso es lo que contemplaba el Plan Allamand.

-Eso, en términos generales, va a seguir. El tema de los pisos a mí no me gusta mucho porque los pisos se suelen convertir en techos. Pero, mire, hay dos principios que me gustaría señalar: El presupuesto de inversión de nuestras Fuerzas Armadas tiene una especificidad; no es un presupuesto asimilable a otro ministerio. Cualquier indicación, cualquier proyecto de financiamiento, tiene que contemplar ese principio. Sería una locura que quienes participamos tan activamente en los cuatro gobiernos de la Concertación y que logramos tener unas Fuerzas Armadas como nunca en su historia, en sus capacidades, dibujáramos un proyecto de ley para diluir esas capacidades. Sería un contrasentido. Por eso vamos a actuar con mucha responsabilidad. Ahora, lo anterior no se opone a que tengamos una ley marco de financiamiento que responda a estándares internacionales de transparencia, de participación del Congreso. Hay que jugar con esos elementos.

-¿Cree que alcance a mandar su indicación al proyecto al Congreso este año?

-Sí, yo creo que sí.

-¿Usted se encontró con un dineral en el fondo del 10% del cobre?, porque hay plata que no se ha invertido.

-Hay una cantidad de plata interesante.

-¿Cuál es el monto?

-No lo puedo decir porque en la ley es secreto. Es un absurdo, pero es.

-¿Y cuándo van a cerrar la ENAER?

-¿Y por qué hay que cerrarla, necesariamente?

-¿No es idea suya terminar con la ENAER?

-No, a mí me interesa que haya empresas del mundo militar que sean sustentables, que no importen un costo para el erario nacional. No está en nuestro programa cerrarla.

-¿ENAER es rentable, o no?

-Lo que pasa es que hay dos miradas: una de mantenimiento (de aviones y otros pertrechos), que eso va a tener que estar siempre. Hay una mirada también de hacer negocios con otros países.

-¿Qué se están haciendo?

-Hubo mejores momentos que el actual. No hemos entrado a fondo, pero entiendo que con la empresa brasileña no terminó siendo una buena relación desde el punto de vista económico. Pero bueno, siempre hay posibilidades de retomar ciertos acuerdos en términos diferentes. Yo voy a estar en unos días más con el ministro de Defensa brasileño; a lo mejor podemos conversar ese tema.

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