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Barrio alto y perfil bajo: Cómo vive la creciente colonia coreana en Chile

Tienen restaurantes y locales comerciales en Patronato y Estación Central, pero la mayoría vive en Las Condes y Vitacura y matricula a sus hijos en colegios privados. "A diferencia de otros inmigrantes asiáticos, los coreanos hemos venido buscando éxito financiero para nuestras empresas".

por:  La Segunda / Miguel Ortiz A.
viernes, 02 de mayo de 2014
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Un coreano lee un periódico coreano junto a la publicidad de un centro comercial coreano. Pero esto no es Corea.

Park Chan Nee -arquitecto, 45 años- está instalado en el corazón del barrio Patronato.

Cuando le decimos que su retrato aparecerá en "La Segunda", Chan Nee sonríe: "Ojalá salga bien, para que venga alguna chilena que se quiera casar".

-¿No prefiere casarse con una coreana?

-¡No, no, no! Chilena mejor. Son más bonitas y no quieren vivir en Corea.

Si bien la embajada no tiene cifras oficiales, calculan que los inmigrantes coreanos en Chile suman alrededor de 2.700. En su mayoría trabajan en Recoleta y Estación Central, donde tienen restaurantes y locales comerciales. Principalmente, venden ropa, menaje, papelería, golosinas y aparatos electrónicos.

Todo barato y " made in Corea "

Lejos de este estereotipo, sin embargo, los coreanos residentes en nuestro país llevan un estilo de vida muy diferente a lo que muchos imaginan. Una forma de vivir que, como a Chan Nee, los convenció de radicarse definitivamente en Santiago.

No debe resultar sorprendente, entonces, que un ciudadano coreano tenga 140 mil euros y 750 mil dólares en su caja fuerte, como el tipo que asaltaron hace algunas semanas en su casa de La Dehesa. Porque a pesar de mantener un bajo perfil, la mayoría de los coreanos inmigrantes tienen una situación económica holgada, que les permite vivir en enormes departamentos del barrio alto (Vitacura, Las Condes y Lo Barnechea).

Buena parte de ellos se vino desde Buenos Aires "escapando" de la crisis económica y la delincuencia trasandina. Tal es el caso de la dueña del «Corea Mall», Yeoung Jung , quien "para facilitar la cosas" se hace llamar Gloria: "Llevo cuatro años instalada aquí... y nadie me mueve. La economía es estable y mis hijas están contentas". Junto a su marido, Sung Ll Kim, esta empresaria tiene tres hijas pequeñas (Jesica, Giselle y Ailim): la menor es alumna del colegio Compañía de María, en Apoquindo, y la mayor estudia Ingeniería Comercial en la Universidad Adolfo Ibáñez.

"Para nuestra cultura el tema educacional es muy importante. Por eso invertimos en buenas escuelas. Además, muchos de nuestros niños estudian aparte el idioma coreano, durante las tardes o los días sábado", cuenta Jung.

Así lo hacen los dos hijos de Clara Byun , la dueña de la pastelería "Había una Vez" en calle Antonia López de Bello, que combina la cocina chilena y coreana para elaborar, por ejemplo, pasteles dulces con porotos negros. "Mis hijos están en el Lincoln International Academy y los fines de semanas están en un instituto para aprender nuestro idioma (...) Cuando llegué, hace cuatro años, intenté instalarme con esta tienda en Providencia, pero no resultó porque la gente ya asocia Corea con Patronato. Y aquí nos va muy bien".

Del local, de hecho, entran y salen clientes a cada minuto. La esponjosa torta de té verde ($16.000, para 15 personas) se vende como pan caliente y varios niños coreanos piden en un perfecto español -con modismos incluidos- que por favor les compren un pedacito...

Iglesia, mall y supermercado

Cuenta Nam Lam , director de la oficina que coordina la colonia coreana en Chile, que durante los últimos años el desembarco de esta lejana cultura se ha "formalizado" con la instalación de seis iglesias presbiterianas de rito oriental, supermercados con el 100% de sus productos importados desde Seúl y la inauguración del moderno "Paseo Santa Filomena" -más conocido como el mall coreano -, con decenas de tiendas, estacionamientos subterráneos y un gran patio de comidas.

Marcela Toledo (27), vendedora de un local de ropa interior de este centro comercial, cuenta que "los coreanos son buenos jefes, son exigentes pero pagan bien, son cumplidores (...) Además, son muy celosos de la plata, son ellos los que llevan las cuentas y siempre atienden la caja. ¡Quizás por eso les va tan bien!".

Lam explica que "la comunidad coreana es como una gran familia, somos muy cohesionados y solidarios. Nos ayudamos. Muchos negocios se hacen en sociedad, para abaratar los costos y hacer rendir las ganancias".

La comida es otro negocio que llama a los coreanos. El más famoso y concurrido de sus restaurantes es el « Sukine », que ya lleva 8 años en el barrio. ¿El menú? Carnes sazonadas con toques agridulces, cocinadas en pequeñas parrillas a gas, sobre la mesa. Hojas de lechuga sirven para armar "tacos", acompañados de arroz con palitos. El sabor es muy diferente al de la comida china, o al sushi japonés. Al local, bien parecido a una picada, llega mucha gente joven, en su mayoría estudiantes de las universidades del sector.

Al frente le salió competencia: se instaló el « Chicken Story », un local de comida coreana rápida que tiene al pollo como base de todos sus platos. Su dueña, Ji Young Chon , cuenta que están "muy contentos" con las ventas porque "los chilenos son personas muy abiertas a probar cosas nuevas".

Esa curiosidad de la clientela es la que le permite a Ji y su marido dar trabajo a cinco personas (en su mayoría chilenos) y educar a su hijo de 16 años en el colegio Trewhela's, de Providencia. "La calidad de vida en este país es muy buena. Quizás hay que ser extranjero para valorarla, porque vemos que los santiaguinos se quejan mucho. Nosotros conocemos la realidad de otras capitales, y la tranquilidad de aquí es un lujo. Por eso nos vinimos", cuenta.

Pero no es solo tranquilidad

El director de la colonia coreana confiesa que de frentón, "a diferencia de otros inmigrantes asiáticos, los coreanos hemos venido buscando éxito financiero para nuestras empresas. Por lo general no somos empleados, sino empleadores".

Para mantenerse informados -además de los diarios de corte financiero-, cuentan con el « NewsCorea », un periódico quincenal de 400 ejemplares con noticias locales y del mundo, además de datos y consejos para la vida santiaguina. En su última edición el titular principal se lo llevó el incendio en Valparaíso y la ayuda humanitaria que su colonia les llevó a los damnificados.

Su propio Chayanne

Tan instalados están, que la cultura coreana ha ido poco a poco conquistando al adolescente chileno, sobre todo de su oferta musical. Se trata del denominado «K-pop», cuyos seguidores ya forman una suerte de tribu urbana, fanáticos de pegajosas canciones, diseñadas especialmente para ser 'coreaografiadas'. ¿Su mejor exponente? SHINee, una especie de Chayanne oriental, que repletó el Movistar Arena en su último concierto de abril.

La temperatura de esta fiebre musical la conoce perfecto Mi Jang . Dueña de una tienda de películas y CDs de música en Patronato, cuenta que sus clientes son más chilenos que coreanos. "Los fanclubs me lo compran todo, es impresionante. Hay algunas niñas que se saben las canciones de memoria a pesar de que no entienden lo que dicen. Hay otras que vienen a pedir que las ayude a traducir algunas partes".

Super Junior, Big Bang, Girls Generation, Kim Hyung Joong, CNBLUE, F(x), 2ne1, U-Kiss y T-ara son algunos de los cientos de grupos que hoy, sin exagerar, acaparan el interés de miles de jóvenes chilenos.

Ni lesos, algunos canales de televisión han apostado, con gran éxito, por teleseries coreanas en sus parrillas programáticas. Sin ir más lejos, "Bella solitaria" tiene gran sintonía en Vía-X. Antes fue MEGA el que le dio el palo al gato al poner sus fichas en "Casi el paraíso" y "Jardín secreto", dos culebrones coreanos que tuvieron muy buenos resultados.

En las grandes ligas

El retail, la fanaticada adolescente, las pastelerías... y también las grandes industrias. En febrero pasado, y habiendo ofrecido más de $360 millones por la obra, fue adjudicada a Hyundai (en consorcio con capitales brasileños, franceses y noruegos) la construcción del puente sobre el canal de Chacao. Son también coreanas algunas firmas que, por estos días, tienen el control de grandes mineras del norte, como el caso de "Pampa Camarones" de la cual Samsung es socia en un 46%.

Park Chan Nee, el arquitecto que busca una chilena que desposar, hace una última reflexión: "Los coreanos somos personas de esfuerzo. Somos buen partido... y dejamos que las mujeres nos manden".

Off the record , añade: "Quizás así aparezca alguna".

Suelta una carcajada, dobla el periódico y desaparece por calle Loreto. 

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