Economía
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El pisco en medio de la sequía... sobrevivió a la Reforma Tributaria

Nueve años de un severo déficit de lluvias han ido dejando en el camino a cientos de agricultores de uva pisquera. Los índices de producción se han reducido casi al 50% en comparación al año 2000. Los nuevos impuestos específicos que contemplaba la Reforma Tributaria, casi no habrían podido ser asimilados por los productores, que sostienen que al traspasarlos al consumidor, las bajas en las ventas de pisco serían de un 20%. 

por:  Cristián Bustos y Fernando Herrera desde La Se
sábado, 26 de abril de 2014
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Todo parecía indicar que en la tierra de la sequía más implacable de los últimos tiempos -y aunque parezca un contrasentido- ocurriría una "tormenta perfecta"...

Siempre y cuando la propuesta de la Reforma Tributaria, se hubiese mantenido en los términos originales en que estaba diseñada para gravar a la industria pisquera, sostienen sus actores.

La situación "pudo ser peor, pero volvimos a salvarnos", dice Iván Munizaga, empresario, 76 años, y elaboradores del pisco artesanal "Los Nichos" en Pisco Elqui, la más antigua destilería -que data de los tiempos de sus abuelos en 1868-, cuando llegaron a esas montañas a lomo de mula, para instalar la primera fábrica en esta zona privilegiada por el sol que ilumina cientos de hectáreas de parronales en el cañón del valle de Elqui.

Actualmente el pisco además del IVA (18%), paga un impuesto específico de un 27% (ILA, Impuesto Ley de Alcoholes), y el proyecto consideraba reajustarlo a un 50% con lo que rondaría un 35,5%.

A este tributo se sumaban 3 UTM por hectolitro de alcohol puro que significaban un gravamen directo, por ejemplo, al pisco de 40° de $500 adicionales. Sin considerar que en las empresas se contempla incrementar el impuesto a la renta de un 20% a un 25%.

"En esos términos habría sido muy difícil resistir. Los costos de producción e insumos nos han aumentado mucho, particularmente los energéticos, a consecuencia de esta sequía que ya lleva 9 años", señala el presidente de la Asociación Gremial de Productores de Pisco, el enólogo Pelayo Alonso.

Por su parte el pequeño agricultor Eduardo Aguirre señala: "La reforma tributaria nos afectará, pero no estoy en contra. Creo que es fundamental más recursos a educación y salud. Yo estoy en Fonasa, sé lo que es la salud pública, pero no se puede cargar la mano a un solo sector y menos cuando estamos en una situación crítica por la falta de agua". Los cambios introducidos a la reforma son que se mantiene el IVA del 18% más un 50% porcentual por cada grado alcohólico. Por ejemplo, los piscos de 35° quedaban en 18% más 17,5% y los de 40° en un 18% más 20%. "Valoramos y agradecemos este esfuerzo, porque el impacto será menor", afirma Alonso.

"No estamos contra la Reforma Tributaria"...


-¿Ustedes los industriales pisqueros se oponen a la Reforma Tributaria?

-No estamos contra la Reforma Tributaria. Entendemos y compartimos la necesidad de que haya paz social y que se deben atender las necesidades de los sectores de más bajos ingresos. La educación es un deber moral que como país tenemos de mejorarla.

-Entonces...

-Lo que aparecía como inaceptable era esta discriminación como productores. Nosotros creemos que hoy hay un equilibrio en el mercado y debe mantenerse.

Alonso indica que los tributos que hoy se pagan ascienden a unos US$70 millones anuales y se "habrían disparado a US$110 millones. Felizmente pudimos dar a conocer nuestra postura a las autoridades y hubo una valiosa defensa de diputados y senadores de la región que fue transversal", concluye.

"Valoramos y agradecemos este esfuerzo, porque el impacto será menor. De haberse aprobado la Reforma Tributaria a los pisqueros en los términos iniciales, la situación habría sido catastrófica", enfatiza.

Ahora con los cambios introducidos al proyecto en el Congreso, los impactos serán más acotados. "Proyectábamos una baja en las ventas de un 20% y ahora debiera ser entre un 5% y un 7%", agrega.

Riesgo de contrabando peruano


Hugo Segovia, consejero de la Coperativa Control Pisquero y que cortaba las vides a la par con sus trabajadores, señaló. "Si el gobierno no hubiera cambiado la reforma tributaria este negocio se acababa. Nosotros ahora somos sólo productores de uvas y es CCU el que elabora los destilados que habrían tenido que subir mucho de precio".

"Lo peor -agrega- es que tributos de esta magnitud incentivan el contrabando de pisco peruano. Habrían llegado las botellas a $2.500 o $3.000, y la industria chilena habría desaparecido al no poder competir. Vayan a las ferias libres y vean el contrabando de cigarros peruanos a luca".

"Lo paradójico es que el fisco esperaba recaudar mayores tributos con estos nuevos impuestos y habrían sido muy inferiores, porque gran parte del mercado no habría tributado por el contrabando. ¡Menos mal que cambiaron el proyecto original!", acota el dirigente campesino.

Baja brutal de la producción


Pelayo Alonso precisa que hace 20 años había 6 mil productores. Hoy van quedando 2.700, de los cuales un 83% tiene menos de 5 hectáreas y un nivel educacional básico en su gran mayoría. El grueso de las plantaciones de uva pisquera abarca los valles de Elqui y Limarí y son 10.500 hectáreas.

La realidad social de los productores de uva pisquera es descrita por el gerente general de la Cooperativa Control Pisquero de Ovalle, Luis Cuéllar: "Por generaciones se fueron traspasando la tierra y ya no están en condiciones de poder 'reciclarse' han sido agricultores de uva pisquera toda la vida. Antes lo fueron sus padres y abuelos".

En tanto, el Jefe técnico de la cooperativa Cristián Ossandón -que asesora a 800 cooperados-, ha visto cómo en los últimos tres años han seguido quedando en el camino decenas de estos pequeños agricultores, al no haber agua ya para regar las parras.

Las consecuencias del cambio climático han sido realmente catastróficas en la Cuarta Región, particularmente en el valle del Limarí (Ovalle al sur). Cientos de hectáreas se calcinan al sol, pues ya no hay gota de agua alguna en vastos sectores, y los atribulados agricultores han terminado cortando las parras.

En cifras duras, la magnitud de la sequía puede expresarse en que el año 2000 se cosecharon 300 millones de kilos de uva pisquera; el 2013 fueron 196 millones de kilos y ahora en plena vendimia -que dura hasta mayo-, los cálculos más optimistas son de 146 millones de kilos de uva.

"Todos estos años hemos sido una industria prácticamente olvidada por todas las autoridades. Tenemos la denominación de origen más antigua de Latinoamérica con una ley promulgada en 1931. Los peruanos recién la tuvieron 60 años después", se queja Pelayo Alonso.

En la década de los 80 el consumo de pisco cayó de 3,1 a 2,1 litros anuales per capita y el ron subió exponencialmente de 50 mil cajas a 3 millones de cajas para estabilizarse hoy en 2 millones. Una de las armas que tuvieron para defenderse fue mejorar la calidad de sus productos con piscos premium.

"Cómo voy a pagar a los trabajadores"


Eduardo Aguirre, 53 años, tiene 7 hectáreas de parronales en el denominado Callejón de Limarí y acaba de terminar de cosechar 141 mil kilos de uva.

"Esperaba 200 mil kilos. Con la poca agua hicimos riego por goteo y fue insuficiente. Estas parras están muriendo. Trabajaron conmigo 8 personas en la vendimia. ¿Cómo les voy a pagar si me entregarán mucha menos plata en la cooperativa?", se pregunta.

El técnico agrícola Jorge Carrasco Segovia, cuya familia es una de las más antiguas en el sector de "Llanos de la Chimba" muestra el campo familiar de 16 hectáreas, donde muchas parras ya fueron cortadas. "Eran parronales de 20 años que requieren de más agua e insumos. Preferimos salvar las más jóvenes para poder tener la vendimia este año", señala.

Sin duda que el sector de la Cuarta Región con mayores prejuicios por la sequía es el Valle de Limarí y zonas aledañas al sur de Ovalle. De partida los embalses Recoleta y Paloma ya casi no tienen reservas hídricas y en este último se iniciaron sondajes para captar agua.

En tanto que en el Valle de Elqui -menos azotado- el Puclaro ya es un espejo de agua. En los tres embalses el agua está al ras del suelo y los pretiles al desnudo muestran la falta del vital elemento.

Gabriel Pizarro, 72 años, es cooperado de Capel (Cooperativa Agrícola Pisquera Elqui). De su campo con 4 hectáreas plantadas de uva, dos simplemente murieron y las dos restantes sobrevivieron pero no se pudo cosechar. El jefe técnico de Capel, Lorenzo Santander, señala que "se dice que el 2014 será lluvioso, pero el daño a los parronales es tan grande que el 2015 tampoco producirían. Si se normalizara la situación pluviométrica, recien el 2016 podrían tener vendimia agricultores como Pizarro".

Este hombre de campo recibió el año pasado un apoyo financiero de la Comisión Nacional de Riego e INDAP para construir en su campo un estanque de acumulación y poder racionalizar el agua... sólo que nunca hubo agua y la gran piscina permanece seca.

Pizarro vive esta crítica realidad -"no sé de qué y cómo voy a vivir con cero ingreso de la Cooperativa"- a 15 kms de Ovalle frente a Sotaquí. "El año pasado coseché 80 mil kilos y este año cero", agrega.

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