Sebastián Navarrete hizo el trámite ad portas de que los dineros quedaran sometidos a una medida precautoria.
El ex capellán del Colegio Apoquindo, Sebastián Navarrete, en foto de archivo.
El Cuarto Juzgado Civil de Santiago designó este martes a la perito judicial y contadora auditora Janine Jorrat Leiva como interventora de parte de los dineros recaudados con la venta del Colegio Apoquindo, concretada a principios de marzo pasado, por una suma cercana a los $ 8 mil millones.
La designación se produjo luego de que los querellantes en el caso por abusos sexuales lograran en el mismo tribunal civil -tras la condena impuesta en sede penal a dos de sus auxiliares y con miras a una solicitud de indemnización por estos hechos- que se impusiera una medida prejudicial precautoria que incluía la retención de unos $ 3 mil millones del total logrado con la venta del Apoquindo al Mayflower.
Las platas se encontraban en la notaría de Félix Jara Cadot , con instrucciones de ser entregadas al sacerdote Sebastián Navarrete Herrera , ex capellán y guía espiritual del recinto educacional, una vez que él mostrara ante ese ministro de fe los certificados que acreditaban que el terreno ya estaba a nombre de los compradores.
Con la medida precautoria de los dineros, lograda el 25 de marzo, estos debían quedar retenidos a la espera de la resolución de una demanda civil por los abusos sexuales, tal como los querellantes anunciaron al juzgado que interpondrían. El tribunal, entonces, ordenó a un receptor judicial notificar la detención del pago pendiente... pero el día anterior el sacerdote ya había concurrido a mostrar los papeles, retiró los depósitos a plazo con parte de la suma cautelada y se los llevó.
Ahora, por tanto, la interventora del Colegio Apoquindo deberá ubicar esas platas e informar al tribunal acerca de la situación económica, bancaria, contable y financiera de la institución.
La demanda civil debe ser presentada dentro de 10 días, de acuerdo al plazo fijado por el tribunal. Ante los hechos, el abogado querellante en el caso de los abusos sexuales, Ciro Colombara , socio del estudio "Rivadeneira, Colombara y Zegers", confirmó a "La Segunda" que los responsables del Apoquindo están inubicables y valoró la designación de la interventora.
"Lamentablemente quienes aparecen como vendedores del terreno y representantes de la Sociedad Colegio Apoquindo Ltda., junto con retirar los vales vista del precio del terreno, han desaparecido, están inubicables, ya que no van al Colegio y no responden llamados ni ningún tipo de comunicaciones", señaló.
Y agregó que "el interventor es una medida correcta para saber qué pasa con el Colegio Apoquindo y dónde está el dinero de la venta. También permitirá saber si hay irregularidades contables, tributarias o financieras de manera cierta, ya que una obligación de los interventores es informar sobre cualquier irregularidad de que tomen conocimiento".
Tal como lo dio a conocer este diario, hace algunos días, Navarrete llegó al colegio a fines de los 80 llevado por la entonces propietaria, María Eugenia Gandarillas. A partir de la década siguiente, su nombre figura en la constitución de al menos cuatro sociedades junto a ella. Tras conformar en 1992 la Sociedad Educacional Apoquindo Limitada, en 1994 inscriben «Inversiones y Servicios Meg Limitada».
Tres años después constituyeron la sociedad anónima cerrada «Inmobiliaria Santa María de Pirque S.A.», con un capital total de $300 millones. Al año siguiente, constituyeron la «Sociedad Educacional Apoquindo Ltda.».
Al margen de estas sociedades, Navarrete tiene a su nombre 13 propiedades por un avalúo fiscal total de $431,6 millones.
En los registros figuran también cinco vehículos a su nombre: una moto BMW de 1968, tres tractores (anota como actividad comercial el giro de "cultivo de trigo") y una station wagon Nissan Murano, del año 2010.