Nacional
Compartir | | Ampliar Reducir

Virgen debió ser sacada de la iglesia de La Tirana y puesta en un subterráneo entre colchones

La imagen no sufrió daños, pero a modo de prevención fue llevada a la pieza ubicada bajo la parroquia, donde reposan soldados y sacerdotes desde la Guerra del Pacífico.

por:  Cristián Bustos, La Segunda
lunes, 07 de abril de 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
jQuery Carousel

Ingresar al poblado de La Tirana, de 3.200 habitantes, es recibir en el acto una advertencia de que por aquí pasó el terremoto.

Lo primero que se ve en la entrada es la Ermita de las Velas, que se encuentra totalmente quebrada, sosteniéndose en pie casi por milagro, a pesar de tratarse de una construcción sólida. La Municipalidad de Pozo Almonte debió rayar en sus muros exteriores que está en peligro de caer y prohibió el ingreso a ese lugar de oración.

Ya en la parte urbana de La Tirana, los estragos del sismo se dejan ver en casi todas sus calles, donde varias casas -las de adobe, principalmente- quedaron dañadas o en el suelo. En calle Tarapacá con Algarrobo, la sede de una de las cofradías que participan en la fiesta religiosa se cayó íntegramente. Se trata de la Sociedad Religiosa Cuyascar, fundada en 1935.

Cada 16 de julio, cerca de 200 mil peregrinos llegan a La Tirana para participar en la gran procesión de la "Ñusta".

Isidro Durán, 80 años, cuenta que "todas las cofradías tienen sede aquí y antes de la gran fiesta vienen a ensayar los bailarines. Una lástima porque yo que vivo al frente y ya no podré verlos".

En la plaza de La Tirana se aprecia que en la iglesia una de las cruces de fierro, ubicadas en lo más alto de las cúpulas, se desprendió y se sostiene únicamente por unos tornillos que en cualquier momento pueden ceder. "Yo estaba en mi negocio cuando vino ese ruido horroroso. Salí a la plaza para estar más segura y vi desplomarse la cruz. Eso es muy malo", dice preocupada Ana Vásquez, boliviana de Oruro, quien vive desde hace varias décadas aquí y tiene un pequeño comercio de ferretería y artesanías frente al templo.

La presidenta de la Comunidad Cristiana del Santuario, Irma Vera, 73 años, nacida en Humberstone, cuenta que la rectoría y el Santuario Nuestra Señora del Carmen de La Tirana sufrieron los efectos del sismo.

El rector es el padre Franklin Luza, quien ya estuvo constatando los daños e informó al Obispado de Iquique, que decretó su cierre. La Rectoría, que está a un costado del templo, también fue clausurada por los grandes daños en sus centenarios muros de adobe.

Al interior de la iglesia impacta que la corona de espina de Jesús en la cruz, en el altar principal, se soltó y bajó varios centímetros desde su cabeza. Ahora, y como si fuera una venda, le cubre los ojos. También una de las grandes artesanías en madera, correspondiente al apóstol Marcos, cayó desde la altura de la cúpula de la nave central. Las de Lucas, Mateo y Juan se mantuvieron milagrosamente adosadas al techo.

Mientras, a modo de prevención, la imagen de la Virgen, que estaba en un altar, fue trasladada con sumo cuidado a un subterráneo que está bajo la iglesia y que fue descubierto gracias a las reparaciones del año 2005. Allí reposan los restos de sacerdotes y soldados de la Guerra del Pacífico.

El sitio es uno de los más sólidos del templo y la virgen fue depositada en el suelo, sobre la lápida de la sepultura, y entre grandes colchones. De manera que si hay un nuevo temblor y cae, no le pase nada. "Creemos que es como mejor puede estar protegida", dijo la presidenta de la comunidad cristiana.

En Tarapacá, los vecinos corrieron a rescatar a los santos

En la quebrada de Tarapacá se encuentra el pequeño poblado de San Lorenzo de Tarapacá. En sus cercanías se libró la batalla de Tarapacá, donde murió el prócer chileno Eleuterio Ramírez en manos de las fuerzas peruanas.

El poblado, donde actualmente habitan 44 familias, y el colegio atiende únicamente 20 niños en toda la enseñanza básica, conserva como un "hueso de santo" la reliquia del santo, traída de Huesca, España. Y es un hueso.

Tras el terremoto del 2005, el campanario, construido en 1740, se desplomó casi totalmente. Se reconstruyó al igual que la iglesia de una gran belleza arquitectónica de la época de la conquista española y que también resultó muy dañada. La parroquia fue renovada con aportes de la minera Collahuasi. Con este nuevo terremoto, si bien resistieron sus muros y techumbre, sufrió daños en su imagenería religiosa.

La gran fiesta de San Lorenzo de Tarapacá se celebra el 10 agosto y congrega más de 100 mil devotos, como una de las fiestas religiosas más importantes en el norte, además de La Tirana.

El matrimonio de Carlos y Adriana Humañana estuvieron entre los devotos que en el terremoto corrieron a proteger las imágenes de los santos (San Francisco, Teresita de Los Andes y Padre Hurtado, entre otros), y sacarlos de sus altares. Ellos junto a la dirigenta vecinal Isabel Ramírez se quejan de que "hasta el momento no se ha recibido ninguna ayuda y hay varias casas en el suelo", acusó Ramírez.

Dijeron que a duras penas han logrado tener agua, puesto que la que emana de la red es de color rojizo. "Parece chicha pero es agua...", concluyeron.

Huara: Donde las animitas avisaron

Son dos las animitas que en Huara ocupan un sitio preferencial en sus calles: la de Ricardo Zamora Zamelli (2006) y la de Germán Braz (2012), ambos fallecidos en trágicas circunstancias, en las que fueron apuñalados y uno de ellos incluso quemado y amputados sus dedos de las manos.

La fuerte religiosidad popular aquí en el norte se expresa en la construcción de "animitas" -que en algunos casos parecen verdaderas "catedrales" en los caminos y ciudades del interior- y las de Zamora y Braz están ubicadas en un sitio preferencial en dos calles de Huara.

El primero en Eleuterio Ramírez con Vicuña Mackenna, donde una vieja casona de adobe que había en esa esquina se desplomó totalmente y ninguno de los grandes bloques que rodaron, inexplicablemente, ni siquiera rozaron a la animita.

"Esto no es casualidad"..., dice Luis Quiñerno, quien habita en esa calle en el número 24. Y asegura que "desde su muerte mucha gente asegura haberlo visto y que se apareció muy seguido en las últimas semanas. Era una advertencia".

Y Clemente Vargas, minero, 50 años, relata que "la animita si aparece es siempre para ayudar. No hay que asustarse. Si Ricardo Zamora se estuvo apareciendo a algunos aquí es que nos estaba advirtiendo lo que se nos venía. Mucha gente entendió que los temblores antes del terremoto y que se viera a la animita era que nos estaba transmitiendo un mensaje".

Queremos conocerte. Por favor, responde esta encuesta.
Redes sociales
Redes sociales
Portada

Cerrar

img