Cerca de cuatro mil alumnos menos en primer año y profundos sentimientos de injusticia y frustración.

Eso es lo que ha dejado -hasta ahora- la decisión de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) que luego fue ratificada por el Consejo Nacional de Educación (CNED), de no acreditar a la Universidad de Las Américas (UDLA).

La decisión (que rige por dos años) deja a los alumnos nuevos del plantel al margen de las ayudas estudiantiles estatales y ha generado incluso cuestionamientos en torno a la continuidad del proyecto universitario.

Tras meses de silencio, el rector, José Pedro Undurraga, detalla cómo han enfrentado esta nueva situación y responde ante los rumores de cierre de esa casa de estudios.

-¿Cómo enfrentaron la matrícula este año sin la acreditación?

-Internamente existe un compromiso total con el plantel y el proceso de no acreditación lo hemos llevado con absoluta transparencia. Creemos que es una decisión inmerecida, pero la acatamos y haremos todo lo necesario para reacreditarnos. Es sólo una pausa en el camino de la universidad.

-¿Qué efectos tuvo en la admisión 2014?

-Sin duda impactó porque la medida afecta directamente al segmento de estudiantes que necesitan financiamiento del Estado y parte del perfil de nuestros estudiantes es ése. En ese segmento, no pudimos recibir alumnos en primer año que vinieran con Crédito con Aval del Estado.

-¿Cuántos alumnos dejaron de recibir?

-Normalmente recibíamos 12 mil estudiantes de primer año y este año vamos en 7 mil, 7.200 alumnos nuevos, porque aún no cierran las matrículas. Y los otros 23 mil alumnos del plantel, de segundo año hacia arriba, regresaron sin problemas. Esa es una muy buena señal porque si alguno de ellos creyera que hay algún cuestionamiento de calidad, no vuelve.

-¿Esa merma es adjudicable sólo a la no acreditación?

-Claramente es adjudicable a eso y a todo lo que acarrea el ambiente en que eso se dio: opiniones de personas desinformadas que emitieron juicios adversos sobre la universidad. Eso afecta la decisión de las familias.

"El proyecto no ha sido cuestionado"

-Tras la no acreditación, se cuestionó públicamente el proyecto e incluso algunos parlamentarios hablan de riesgo de cierre.

-Hemos sido transparentes y la información está disponible. Todas las relaciones con nuestras empresas (relacionadas) son beneficiosas para la UDLA, son contratos en beneficio nuestro, servicios educacionales para el proyecto, todos a precios de mercado y auditados por terceros independientes. La universidad está tranquila respecto de las decisiones que ha tomado.

-Pero se habla de cierre.

-El proyecto de la universidad se mantiene, no ha sido cuestionado, sino que se le han enrostrado falencias de claridad y alcance. La universidad va a pulir su proyecto en esa dirección. La UDLA está aquí para quedarse y vamos a continuarlo. Requiere ajustes y no enmiendas. Y estamos convencidos de que contribuimos al país porque tomamos en consideración al chileno medio.

-¿Hay respaldo económico?

-El balance de la UDLA es sólido, es una universidad que no tiene deuda, tiene una liquidez gigantesca, totalmente adecuada para lo que tiene que enfrentar, así que la UDLA sigue.

A juicio del rector "hay definiciones que faltan en el sistema de educación superior", por lo que distintos actores asumen esos roles sin que les corresponda. "Por eso somos apoyadores de la existencia de una Superintendencia de Educación Superior, para que no se utilice la institucionalidad vigente para que cumpla ese rol. Apoyamos objetivizar los criterios y establecer reglas del juego iguales para todos", dice.

-En este minuto, ¿no hay reglas del juego parejas para todos?

-Aparentemente faltan reglas, faltan definiciones, de manera que uno no se vea expuesto a diferencias de opiniones de terceros que puedan terminar afectando la marcha de una institución de 35 mil alumnos y 3 mil docentes, como nosotros.

-¿Cree que la falta de regulación le pasó la cuenta la UDLA?

-En parte la falta de regulaciones objetivas genera que muchas veces en distintos órganos del Estado prime la posición de las personas que están circunstancialmente allí. Que no haya una superintendencia hace que otros organismos asuman roles que no les competen, como los organismos acreditadores, que en vez de ser netamente fomentadores de la calidad, adoptan roles que no les son propios.

40% de alumnos adultos

-¿Qué autocrítica se hace la universidad en la no acreditación?

-Que todo lo que nosotros planteamos como desafíos, debemos plantearlas ahora como debilidades para que haya convencimiento en quienes nos visitan de que sí tenemos autocrítica. Uno debe aceptar que cuando tiene comunicación con un tercero, y ese tercero no entiende lo que uno dice, tiene una responsabilidad en la emisión del mensaje.

-¿Entonces el desafío es...?

-Lograr superar la desconfianza externa y trabajar muchísimo en cómo presentar el proyecto a la comunidad. Tenemos que decir que esta universidad tiene características especiales. Mientras las universidades del sistema chileno tienen en promedio un 16% de alumnos adultos, nosotros tenemos un 40%. Nuestros estudiantes no son todos recién egresados del colegio y eso debe ser mostrado de manera más explícita, porque con los adultos hacemos educación continua y con los otros alumnos hacemos pregrado tradicional, y son grupos muy distintos.

-¿Abrieron o van a abrir crédito institucional para alumnos vulnerables?

-Hoy el 51% de estudiantes nuestros esta beneficiado con algún tipo de beca interna, lo que significa invertir un monto anual de $6.500 millones. Algunos meritorios con buenos promedios de notas están recibiendo un sistema de crédito de la universidad, pero es muy menor y de poca relevancia. La idea nuestra es volver a acreditarnos, nuestra estrategia no está en hacernos cargo del financiamiento de estos alumnos.