Tras más de un año, y si los últimos recursos no dicen lo contrario, el lunes partiría el postergado juicio oral contra Celestino Córdova Tránsito. El machi enfrenta cargos terroristas por la muerte del matrimonio Luchsinger MacKay y por el ataque al fundo de la familia Seco Fourcade, atentados ocurridos con sólo 13 días de diferencia en Vilcún (IX región).
"Llegamos con la convicción de que acreditaremos la participación del imputado en los dos delitos por cuales ha sido acusado (...) Establecermos que se está en presencia de un delito terrorista".
Esa es la expectativa del fiscal de la Araucanía, Cristián Paredes, quien -tras suceder en agosto al saliente Francisco Ljubetic- ha encabezado la causa más mediática en la zona del "conflicto mapuche".
En el juicio será clave que el Ministerio Público demuestre que se trata de delitos terroristas, algo que no ha sido fácil. Desde el inicio de la reforma procesal penal en esa región, (2001) los fiscales de la Araucanía han invocado la llamada "ley Antiterrorista" en 11 causas: sólo en 2 han logrado condenas (a principios de la década pasada) y tres siguen abiertas. La de Córdova es la más reciente.
Declarará familia Seco Fourcade
Paredes asegura que la fiscalía "ha presentado pruebas que, comprendemos, serán suficiente para acreditar que en los casos que se juzgarán se dan todos los elementos que exige la Ley 18.314, para establecer que se está en presencia de un delito terrorista".
El abogado de la familia Luchsinger, Carlos Tenorio, agrega: "vamos a abogar porque el Poder Judicial este vez sí sancione como es debido esta delito, que es el más atroz que se ha cometido en la región en los últimos 20 o 30 años".
¿Cuáles serán las apuestas de la parte acusadora?
Una de ellas es que declararán en el juicio miembros de la familia Seco Fourcade -víctimas del primer atentado- pese a que en octubre desistieron de querellarse por temor a represalias. "Cuando una víctima de un hecho tan deleznable tiene miedo de ejercer sus derechos ante la justicia, no es más que la descripción precisa de un clima de terror", dice Tenorio.
Explica que en este caso Córdova está acusado por incendio terrorista, robo con violencia y la quema de tres vehículos. A ello se suma la acusación de incendio terrorista con resultado de muerte por el caso Luchsinger: "No es una situación que favorezca al acusado el que se le impute por dos delitos de tal gravedad" agrega Tenorio.
La fiscalía optó por reunir ambas investigaciones "porque había antecedentes cruzados de participación (de Córdova) en los dos casos. La familia Seco reconoció al imputado como uno de los atacantes y tras el atentado a la casa de los Luchsinger, fue detenido usando la misma vestimenta que llevaba cuando atacó a la familia Seco".
Esa evidencia se mostrará en el juicio, así como vainillas percutadas, los alambres púas que los atacantes cortaron antes del incendio para facilitar su huída, la ropa del acusado y la linterna ensangrentada con la que fue detenido esa madrugada -a 1 kilómetro de la casa en llamas- tras ser herido de bala en el tórax. "Iba huyendo herido del predio y por eso presumimos que se separó del grupo principal" dice Tenorio.
Además, se mostrará la pistola FN Browning (calibre 7,65 mm) usada por Werner Luchsinger y que fue dañada por el incendio. Esta pieza es clave para los peritajes balísticos acusadores, entre ellos uno de la PDI que afirma que el fallecido disparó desde la cocina, hiriendo a Córdova que estaba agazapado a unos 10 metros y que su herida es "compatible" con el arma.
Aún es un misterio si el acusado romperá el silencio que ha guardado durante todo el proceso. "No sabemos si declarará o no, dependerá de la estrategia de defensa que adopte junto a sus abogados", dice el fiscal Paredes.
Tampoco hay claridad si el Ministerio Público presentará los hechos en orden cronológico o si va a partir con testimonios. Pero sí se sabe que entre sus testigos citados hay tres de los hijos de la pareja asesinada: Mark, Jaime y Jorge Andrés Luchsinger. Este último recibió un llamado de su madre poco antes de morir y fue el primero en llegar al sitio del suceso.
También se exhibirá la llamada de Vivian MacKay a carabineros mientras eran atacados, así como la declaración de trabajadores agrícolas que estaban esa noche en el sector y quienes habrían escuchado quejidos de Córdova huyendo herido desde el interior del predio de la familia Luchsinger.
Junto a su colega en el Centro de Investigación y Defensa SUR, Karina Riquelme, hoy afirma que "nuestra tesis es la falta de participación de nuestro representado en los delitos que se le imputan. No existe prueba que lo sitúe en el sitio del suceso. En ninguno de los dos delitos ".
Destaca que si bien hay evidencia que lo sitúa a dos mil metros en el caso del ataque a los Luchsinger (no a un kilómetro lineal, como estiman los acusadores), "ningún ciudadano puede temer que lo condenen por hechos acaecidos a 20 cuadras del lugar en que se encuentra".
Y dice que "los peritajes serán relevantes, pues las pruebas testimoniales son todas pruebas indirectas (...) No destruyen la presunción de inocencia que ampara a mi representado".
Refutando pericias de la PDI
De partida, Ortega cuestiona el peritaje balístico "clave" de la PDI (la bala disparada por Luchsinger fue la que hirió a Córdova), afirmando que "no es más que una estimación probabilística".
Y anuncia que presentará un peritaje a cargo de Francisco Ross, que fue encargado por la Defensoría Penal Pública cuando representaba a Córdova- en que se afirma que si la bala que lo hirió provino del arma de Werner Luchsinger, debía tener restos de níquel en su ropa y cuerpo, compuesto que no se encontró en el acusado.
Clave será también una eventual declaración que rompa el mutismo de Celestino Córdova durante el juicio -quien nunca ha declarado sobre los hechos que se le acusan-, así como la explicación de su presencia en el predio y el cómo resultó herido.
Ortega es claro. Dice que es la fiscalía la que debe probar la hipótesis de que actuó como autor. "De lo contrario deberá cambiar toda su teoría y en ese caso la única forma que podría sostener que don Celestino tuvo alguna participación ya no sería bajo la hipótesis de que es autor".
Preguntado sobre qué hacía el machi en el lugar, herido, el abogado respondió que "las circunstancias de su herida no serán analizadas en esta causa, salvo si fueron realizadas por la víctima, como ha sostenido el Ministerio Público, hipótesis que creemos esta descartada".
El testimonio que quedó fuera
El abogado pone en duda que la fiscalía consiga demostrar que se trata de delitos terroristas. "Se tiene que acreditar la entidad del delito y las finalidades que exige la constitución y la ley. La postura de la defensa será que no se dan estas hipótesis y que estamos en presencia de delitos comunes", adelanta, cuestionando también que se presenten los dos hechos en un mismo juicio, como una forma de "impresionar a los jueces".
-Se trata de hechos y lugares distintos. Incluso respecto de los hechos ocurridos con la familia Seco ellos han renunciado a prueba, lo que demuestra que en este caso no aspiran a una condena sino a prejuzgar al tribunal.
Y en el caso de los Luchsinger, cuestiona la decisión de la fiscalía de renunciar "a una prueba testimonial clave para la defensa, que es el de un ciudadano chileno, quien está con medidas de protección y que habría sido testigo de cómo terceras personas realizaban estudios del terreno en que se realizaron los atentados. Dicho particular incluso dio las patentes de los vehículos en que se movilizaban. El Ministerio Público, aun cuando tenía la obligación de presentar dicha prueba, renuncio a ella. Situación realmente inexplicable".
