El cientista político también forma parte del círculo de amistades de la Presidenta electa, con quien estrechó lazos durante la estadía en Nueva York de la líder del conglomerado.
Mientras Michelle Bachelet ejercía como Secretaria Ejecutiva de ONU-Mujeres, Muñoz se desempeñaba como subsecretario general del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para América Latina y el Caribe, cargo que había asumido en mayo del 2010.
Cercanos a la Mandataria electa afirman que Bachelet -quien se fue a trabajar a EE.UU. sin su familia- pasaba gran parte de su tiempo libre con Muñoz y su señora, Pamela Quick y por ello se hizo frecuente que saliera a comer con ellos, especialmente los fines de semana.
En simple, Muñoz llega a una de las carteras que suelen ser más codiciadas al inicio de los gobiernos más bien como hombre de confianza de la Mandataria antes que como cupo PPD. Y con ese respaldo adelantó las primeras líneas de su gestión, más allá de La Haya: sostuvo que el desafío "más fundamental es recobrar la gravitación que Chile debe tener en América del Sur y en América Latina".
El bacheletismo ya pasó aviso de ello esta misma semana, cuando otro hombre de confianza de Bachelet, Luis Maira, le cuestionó en persona al Presidente Sebastián Piñera cómo su gobierno manejó la política internacional vecinal: una crítica que apunta a que las relaciones con Brasil, Argentina e incluso Ecuador se han enfriado, lo que se suma a las controversias limítrofes con Perú y Bolivia.
Pero, claro, lo esencial será enfrentar y cerrar el capítulo del dictamen de La Haya, demanda que fue presentada en el primer gobierno de Bachelet. Por lo mismo, entre sus primeras declaraciones tras ser designado, el futuro canciller recalcó que se trata de "una política de Estado, porque todas las fuerzas políticas y sociales han compartido una misma postura".
Además de reiterar que se debe esperar "con tranquilidad y con unidad" el fallo del lunes, Muñoz advirtió que "no estoy ni confiando ni desconfiado" respecto al resultado. Y fue cauto en referirse a la aplicación del mismo, pero sí haciendo notar que "evidentemente ningún fallo es automático" y que "la implementación dependerá de la naturaleza y la complejidad" del mismo.
El nuevo jefe de la diplomacia chilena es, además, otro de los que se "repite el plato" en el gabinete, y en cierta medida su designación es una reivindicación personal.
Durante el gobierno de Ricardo Lagos asumió como subsecretario de Relaciones Exteriores cuando Soledad Alvear era Canciller, pero los roces y mala relación entre ambos llevaron a que el entonces Presidente se lo llevara a La Moneda, como ministro vocero de Gobierno.
Antes, en las administraciones de Aylwin y Frei, fue embajador. También tiene una férrea amistad con el ex jefe de protocolo de Bachelet, Fernando Ayala (PPD), otra de las figuras que forma parte del círculo cercano de la Mandataria electa.
Aunque es cofundador del PPD, Muñoz no pertenece a ninguna de las tendencias internas de la colectividad y tienen buenas relaciones con los máximos representantes de la tienda como: Guido Girardi y Felipe Harboe. Cabe consignar que el embajador proviene del PS, donde junto al ex Presidente Ricardo Lagos conformaban el grupo llamado "los suizos" que fueron neutrales ante la división entre las fracciones de Altamirano y Almeyda.
