A pesar de los desacuerdos en otros puntos, el filántropo reconoce tener una buena relación con el Mandatario: "Piñera es el único Presidente conservacionista del mundo. Dijo que donaría sus terrenos en Chiloé al Estado para su conservación, ahora que lo haga o no todavía no lo sabemos, aunque yo creo que sí". Con Bachelet no ha habido desencuentros, pero tampoco acercamientos. Yendegaia será entregado en enero y se convertirá en el segundo traspaso de Tompkins al Estado chileno. Pumalín, por el momento, tendrá que esperar. Inclaudicable, prefiere su estilo de vida artesanal por sobre lo industrial y tecnológico.
En su casa del fundo Reñihué (Pumalín, X Región), Douglas Tompkins lejos de la opulencia que pudieran suponerle por su pasado como empresario de éxito, lleva una vida austera acorde con su filosofía de consumo responsable y conservación de la biodiversidad. Todo en casa del ecologista es artesanal, "sé la historia de cada uno de los objetos que hay aquí".
La estufa de su estudio está hecha directamente en el taller de un artesano que vive en Puerto Montt y del que reconoce haberse hecho amigo. Las sillas son recicladas, compradas en el Persa Biobío de Santiago. No tiene calefacción, una cocina de leña distribuye, a través de un sistema de serpentines, agua caliente al resto del hogar, pero sólo la utiliza en invierno; en verano, dice, no es necesario, a pesar del clima de estas latitudes. No hay refrigerador, en su lugar una antigua heladera, sin corriente, y una despensa conservan los alimentos frescos.
En el pequeño baño, cercano al estudio, una vela ilumina el espacio, quien hace uso de él debe encenderla con un fósforo. Sorprende además que no tenga nana, varios de sus empleados en el Parque Pumalín aseguran que su esposa, Kristine, es quien cocina. Sólo una joven, Carolina, les ayuda eventualmente con las tareas del hogar y prepara en ocasiones algo de almuerzo. La confianza es tal que irrumpe en mitad de esta entrevista para preguntar al filántropo si quiere almorzar. Entre tímido y casi pidiendo permiso, le pregunta a la joven si puede preparar algo para todos y cuánto tiempo precisa. Una comida, en todo caso, frugal, un sándwich de palta y tomate y lo que se intuye como jamón acompañado de un jugo natural.
El uso responsable de las cosas se percibe hasta en su indumentaria, elegante, pero sencilla. Con un look casual, viste una polera de lana, desgastada por el uso, una camisa y unos pantalones más propios de un clima templado. Así nos recibe para comenzar a hablar de sus sueños y su decisión de donar al Estado de Chile casi 40 mil hectáreas en Tierra del Fuego.
En realidad, Douglas Tompkins esperaba poder entregar las casi 300.000 hectáreas que posee en el Parque Pumalín para convertirlo en Parque Nacional igual que hiciera en 2005 con Corcovado con el gobierno de Ricardo Lagos. Pero, después de largas negociaciones no se ha llegado a un acuerdo en las condiciones propuestas por el ecologista. Será quizá con la próxima administración, lo deja en el aire.
Lo que de momento parece fuera de discusión es la donación de los terrenos de Yendegaia. En total 38.750 hectáreas que se sumarán a las 111.832 aportadas por el Estado. Bosques de ñieres, extensas praderas, una costa escarpada, ríos torrentosos y montañas de una belleza difícil de imaginar hacen de Yendegaia uno de los rincones más espectaculares de la isla de Tierra del Fuego. Una extensión de terreno que discurre desde el Canal de Beagle hasta la Cordillera de Darwin y que hace las veces de puente paisajístico entre dos de las áreas más agrestes de la Patagonia: el Parque Nacional Alberto de Agostini, en Chile, y el de Tierra de Fuego, en Argentina. En el futuro podría convertirse en la primera área transfronteriza entre ambos países. Yendegaia será la primera cesión en el mandato de Piñera -el traspaso se hará en enero- y engrosar el programa "Legado Bicentenario" del Presidente, que pretende, entre otras cosas, forjar la idea de "un chileno, un árbol", cuya meta es plantar 17 millones al año 2018.
Las negociaciones entre las distintas administraciones y Tompkins no han sido precisamente un camino de rosas. En nuestra conversación, el filántropo recuerda sus primeros pasos con Ricardo Lagos en su etapa como ministro de Obras Públicas "cuando fui a hablar con él, a presentarle el concepto de ruta escénica -referido a la carretera Austral- él captó la idea al momento, pero lamentablemente no se materializó".
En cuanto a un eventual nuevo gobierno de Michelle Bachelet, muestra sus reservas. En el anterior mandato, asegura, no es que hubiera desencuentros; es que simplemente no se produjo un acercamiento. Aun así, espera que la conservación de la biodiversidad esté programada en la agenda de la nueva administración, sea cual fuere.
Con el actual Mandatario, Sebastián Piñera, ha habido de todo, acercamiento y distanciamiento casi a partes iguales. "Tenemos buena relación con Piñera, incluso le ayudamos a comprar un campo en Chiloé". El actual Presidente adquirió en 2004 115.000 hectáreas, convertidas en el parque privado con acceso público: Tantauco.
En aquel momento, Tompkins no sólo lo ayudó a localizar los terrenos y a su negociación, sino que también, dice, a la construcción de los accesos.
"Piñera es también en cierta forma un filántropo. A través de su Fundación Futuro está haciendo muchas cosas. Eso sí, él dijo que donaría sus terrenos en Chiloé al Estado para su conservación, ahora que lo haga o no todavía no lo sabemos, aunque yo creo que sí".
En el saco de los desencuentros con el actual gobierno están el Parque Pumalín, el trazado de la carretera Austral, la estancia de Cabo León o el Futuro Parque de la Patagonia, encabezado por Kristine, la esposa de Tompkins, y cuyas labores de recuperación, reacondicionamiento e infraestructuras estarán concluidas previsiblemente el próximo año. Este último, ubicado en la región de Aysén supondrá, según el ecologista, una importante carta económica para sus habitantes.
La polémica por el camino austral continúa. Tompkins asegura no oponerse a la conectividad ni a su construcción en sus tierras de Pumalín, pero sí es contrario al cómo, cuándo y dónde. Afirma que si buscara su propio interés, el trazado tal y como está propuesto le reportaría grandes beneficios porque revalorizaría sus campos "serían millones de dólares para nosotros y ¿qué decimos?: no, es mejor que pase por la costa porque es más inteligente. Pero la versión desde fuera es que Tompkins no quiere, porque quiere su recinto privado, eso es lo que dicen".
La propuesta del ecologista pasa por trazar un camino por la costa en lugar de por el interior. Según el filántropo, la ruta que propone la autoridad es más peligrosa, supone muchos más costos, 50 veces más caro, 100 kilómetros más, un gran impacto ambiental y mucha más inversión de tiempo. "Con esta idea, vamos a tener que esperar otros 15 años antes de que esté construida, lo que significa que no vamos a tener conectividad por 15 años más".
"Nosotros proponemos una ruta escénica, hay que terminar bien el camino, no sólo hay que hacerlo. Los turistas vienen de medio mundo hasta acá y no pueden ver todo desordenado en un paisaje espectacular, esto no encaja". Douglas asegura que hasta ahora las distintas administraciones no han sabido poner en valor el patrimonio natural que posee Chile, "están perdiendo una oportunidad económica. Constantemente estamos intentando entregar el mensaje de lo importante que es que promocionen esta riqueza natural".
Aun así, reconoce que ha habido avances; "poco a poco estamos ganando la batalla. De hecho, el jefe de la carretera Austral dentro de Vialidad ha escrito el prólogo del libro que dedicamos al camino, en la fundación.
Ahora tenemos aliados dentro del Ministerio que han sabido captar la idea".
El ecologista afirma que ellos ya han demostrado que se puede conseguir una ruta escénica, "invertimos un millón de dólares en reacondicionar el tramo de 60 kilómetros que pasa por el Parque Pumalín, arreglamos el paisajismo, el puente y la señalética.
Es un hecho, se puede hacer".
