"El ya pagó aquí en la Tierra lo que tenía que pagar", dijo la mujer.
Ponce contó a "La Segunda" que la noticia no la sorprendió pero sí le recordó los malos momentos vividos, sobre todo por la estigmatización que, dijo, tuvieron las adolescentes que fueron víctimas del "cura Tato".
Al comentar la noticia del fallecimiento, Vanessa reflexiona: "Yo no vivo con rencor, vivo mi día a día, seguimos como familia adelante. Esto ya pasó, él cumplió su condena y ahora depende de Dios si lo perdona, si es que él se arrepintió de corazón o no. El ya pagó aquí en la Tierra lo que tenía que pagar y ahora será justicia divina no más".
Cuando ocurrieron los hechos, esta mujer tenía 15 años y su hermana 13. Asegura que lo más difícil fue enfrentarse a sus vecinos y feligreses del ex cura: "Fue complicado, yo todavía sé de pelambres en el barrio (en Quilicura) de gente que nos echa la culpa a nosotras. Que la niñita era aquí y allá... Ahora yo puedo responder, pero cuando era chica era un pollo, y de la forma en que me pintaban era muy injusto, eso me dio mucha rabia".
Asegura que su madre y hermana vivieron la etapa más pesada porque permanecieron más tiempo en esa comuna. "Ahora recién pude traérmelas, pero perdimos todo, tuvimos que rematar el departamento para irnos a una casa que nos pasaron, buscando trabajo y empezando de cero. Nos costó mucho salir adelante y ahora por fin estamos establecidas. Acá la gente que no conoce nuestras historias, son contadas con la mano las personas que saben de nosotras. Fue por un tema de recomenzar todo de nuevo", agrega.
Tras el caso, junto a su abogada, Fabiola Maldonado , ingresaron una demanda indemnizatoria contra la Iglesia, sin embargo todo quedó en nada cuando la Corte Suprema rechazó el libelo.
Tanto Vanessa como su hermana recibieron ayuda psicológica de la municipalidad de Quilicura, una vez conocido el caso, pero esta ayuda se extendió sólo por un año. "El problema de estos casos es que las víctimas siempre quedan de lado, las víctimas pasan a ser víctimas, una palabra nada más", dice.
La abogada Maldonado, por su parte, indicó hoy que "es lamentable su muerte, pero se sabía que estaba enfermo, siempre se supo. No hay mucho que decir (...) En el estado de salud que estaba era de humanidad que saliera libre, no representaba ningún peligro".
Sus últimos días en Santo Domingo
Once meses después de recuperar su libertad falleció hoy el ex sacerdote.
El ex religioso murió a las 3:50 horas de esta madrugada en el Hospital del Salvador, hasta donde había llegado tras el agravamiento de su salud, producto de la distrofia miotónica muscular que padecía -enfermedad degenerativa-, y que le provocó una insuficiencia respiratoria aguda y un paro cardíaco, que terminaron con su vida.
"No tengo ningún comentario que hacer en estos momentos", dijo escuetamente esta mañana su hermano Juan Pablo Aguirre , mientras realizaba los trámites necesarios y preparativos para el funeral. Una postura similar a la del abogado Luis Arévalo , quien representó al sacerdote y que esta mañana declinó referirse al tema.
El "cura Tato" -quien se hizo conocido el 2003 luego de que quedaran al descubierto diez casos de abusos sexuales y estupro cometidos entre 1998 y 2002, mientras estuvo a cargo de la iglesia San Isaac Bogues (Quilicura)- pasó 11 años en la cárcel antes de recuperar su libertad el 26 de noviembre del año pasado.
El beneficio lo obtuvo luego de que la Comisión de Reducción de Condenas accediera a restarle 24 meses por la buena conducta que tuvo mientras permanecía recluido en el Centro Penitenciario Colina I.
Una vez que quedó en libertad, el ex religioso se trasladó hasta el balneario de Santo Domingo, donde vivió sus últimos días en compañía de su padre, José Aguirre Astaburuaga , ya que la enfermedad que sufría le impedía moverse. Atrás habían quedado sus años como director espiritual de varios colegios femeninos del barrio alto.
La funa que no se realizó
La llegada del "cura Tato" a la V Región no estuvo exenta de polémicas.
Tras enterarse de que había quedado en libertad y que arribaría al litoral, algunos vecinos comenzaron a organizarle una funa. Sin embargo, la idea no prosperó porque la mayor parte de la población prefirió permanecer en el anonimato.
"Aquí somos quitados de bulla, tranquilos, la farándula está para Llolleo, Algarrobo, El Quisco, pero no para Santo Domingo", aseguró a fines de noviembre del año pasado el concejal UDI, Germán Mayo , quien realizó más de una visita al condenado ex sacerdote mientras estuvo en la casa de su padre.
En el Arzobispado de Santiago, esta mañana, señalaron que por tratarse de una persona que ya no viste los hábitos sacerdotales no les correspondía hacer ningún tipo de declaración.
