Estudio de la U. de Talca destaca también que el porcentaje de detenciones de extranjeros declaradas ilegales el año pasado llegó a 13,5%, sobre el promedio país (11,3%).
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Así lo afirma el estudio "Inmigración y Delincuencia en Chile", realizado por el doctor en derecho y académico del CEDEP (Centro de Estudios de Derecho Penal) de la Universidad de Talca, Sebastián Salinero.
En primer lugar, descarta que Chile sea un país de inmigrantes, ya que sólo el 2% de la población son extranjeros. Asimismo, éstos representan un porcentaje muy bajo del total de detenciones policiales: Un 1,5% de las realizadas por Carabineros y 3,8% en la PDI.
Cruzando datos de Gendarmería para el período 2010-2012, estableció que es más factible que un extranjero reciba una condena (24,5%) comparado con un imputado de origen nacional (17,2%).
-Se puede trabajar con dos hipótesis de por qué se produce esto. La primera es que la policía reúne mejores antecedentes probatorios para justificar una condena en caso de un extranjero, y la segunda es que podría existir algún tipo de discriminación de los tribunales al momento de determinar la responsabilidad penal. Ambas teorías deben ser reestudiadas, con trabajos más extensos y longitudinales.
Con datos de la Defensoría, destaca además que el porcentaje de detenciones de extranjeros declaradas ilegales el año pasado llegó a 13,5%, sobre el promedio país (11,3%). "Si bien la diferencia no es altamente significativa, permite vislumbrar algún tipo de flexibilidad en el respeto a los derechos de estos colectivos por parte de las policías", indica el estudio.
Al 2012, la población extranjera recluida en Chile llegaba al 2,9% del sistema carcelario local, 1.439 casos en total. Aunque la tasa de reclusos es más alta que en el caso de los chilenos (708,2 cada cien mil versus 311,1 cada cien mil), el estudio señala que eso "no necesariamente implica más delitos cometidos por este colectivo".
Explica Salinero que "existe una mayor probabilidad de que un extranjero quede privado de libertad de manera cautelar, y también es más probable que la pena a cumplir sea en régimen cerrado por no cumplir naturalmente los requisitos para ser beneficiado con un régimen alternativo".
Agrega:
-El extranjero está en prisión como imputado no sólo por el delito, sino por la necesidad de cautela ante la posibilidad de que se fugue por ser extranjero. El propio sistema discrimina al exigir lo mismo a chilenos y extranjeros, en circunstancias que los segundos por definición nunca van a tener arraigo en el país. Así el extranjero va a estar siempre en una posición desmejorada, lo que también sucede cuando ya están condenados y quieren optar a beneficios, como por ejemplo a la libertad condicional. Le piden acreditar trabajo y un extranjero no está en condición de hacerlo si no tiene arraigo, entonces nunca va a poder optar al beneficio.
Salinero destaca además que, del total de la población extranjera recluida en cárceles chilenas al año 2012, tres de cada cuatro (76,9%, es decir 1.296 casos) están por delitos asociados a la Ley de Drogas, situación que no cuadra con el perfil de 'inmigrante'.
"El inmigrante es aquella persona que se va de su país de origen a otro país con un proyecto de vida, para integrarse, para realizar una actividad laboral. Si estamos hablando que tres cuartas partes de los extranjeros en prisión en Chile están por la Ley de Drogas, es difícil que esas personas hayan tenido un proyecto de vida. Yo creo que más bien tenían un proyecto de negocio, además ilícito", recalca.
"Es injusto estereotipar, hay extranjeros que se dedican a la droga pero no son necesariamente inmigrantes. Si revisáramos uno a uno a ese 76,9%, veríamos que casi todos vinieron a Chile en calidad de 'mulas' trayendo droga y después pretendían volver a su país. No era gente que venía a establecerse buscando un proyecto de vida", afirma, agregando que si se sacaran esos 1.296 casos, "los restantes, por otros delitos -sexuales, económicos, robos- son menos de 400 casos, es decir una cifra absolutamente marginal respecto a los 50 mil reclusos que tienen las cárceles chilenas", sentencia Salinero.