"El mayor desafío claramente es dentro del aula", señaló el secretario ejecutivo de la agencia, Sebastián Izquierdo.
A la espera de que el Consejo Nacional de Educación dé luz verde a la metodología propuesta para ordenar los colegios en 4 categorías, según su nivel de calidad, están en la Agencia de Calidad de la Educación.
"Una vez definido cuáles son esos establecimientos, estarán todas las herramientas disponibles para que superen sus dificultades", asegura el secretario ejecutivo, Sebastián Izquierdo.
Los equipos de la agencia ya han realizado 116 visitas a colegios municipales y subvencionados en diversas partes del país. "Avisamos dos días antes y llega un equipo multidisciplinario de tres profesionales (profesor, ingeniero y sicólogo) para analizar cómo funciona el establecimiento, sus fortalezas y debilidades", cuenta.
El proceso dura -en promedio- 12 días, de los cuales al menos 3 se realiza trabajo en terreno hablando con los directivos, profesores, alumnos y apoderados. Al final, se les entrega un informe sugiriendo caminos de acción. "Con esto ellos pueden pedir ayuda al Mineduc, y el ministerio está obligado a apoyarlos", dice.
Según cuenta, "es bastante común detectar que no todos los sostenedores tienen clara su responsabilidad pedagógica, ellos asumen la gestión, pero no siempre el aprendizaje de los niños. A veces, incluso, desconocen esos resultados porque los delegan en los directores.
Agrega que si bien la mayor parte de los colegios tienen programas de convivencia bien claros y establecidos, "vemos que están los manuales, pero que no se ocupan a diario, sino solo en eventos especiales. Lo mismo pasa con los proyectos educativos, porque muchas veces la comunidad no está impregnada de su espíritu".
-¿Qué pasa en la sala de clases?
-Ese es nuestro gran foco, por eso más de la mitad de la visita está dedicada a ver la mecánica dentro del aula. Y ahí nos hemos encontrado con varios déficits, como muchas interrupciones dentro de la sala de clases, falta de disciplina, poca participación de los estudiantes en la clase, falta de preparación de los docentes previo a sus clases, y que no se explica a los alumnos el objetivo de esa clase y (al finalizar) también falta una suerte de conclusión que dé cuenta de si lograron el objetivo.
Y agrega: "El mayor desafío claramente es dentro del aula y los colegios ya están entendiendo que nuestro rol no es sancionar, es asesorarlos para que mejoren sus problemas y así los estudiantes logren mejores aprendizajes".
