El muchacho, presidente de un Primero Medio, bebió la mezcla luego de que le dijeran que era "éxtasis de los pobres". La madre lo encontró casi agonizando en un paradero del Transantiago. Dueño de casa donde se realizó la celebración habría comprado la soda "por encargo".
No podrá comer normalmente al menos por 4 meses y en una semana recién probarán si puede tomar agua.
Estos son algunos de los efectos que causó en un estudiante de primer año medio del Instituto Nacional la ingesta de soda cáustica durante una fiesta y que tiene a su familia consternada. La madre de F.E.A (16 años), Viviana Astudillo, dijo esta mañana en las afueras de la Clínica Bicentenario en Estación Central-donde el menor está internado desde el domingo- que todavía no entiende qué puede haber llevado a alguien a causar este daño.
Si bien el joven tiene daños en los labios, la lengua y el esófago, son éstas últimas úlceras las que preocupan más a los doctores. "La cicatrización es complicada, porque en ese proceso las costras pueden bloquear el esófago, entonces tendrían que operarlo. Es algo que está en evolución", detalló.
"Decía que se estaba quemando, que se estaba muriendo", dijo con voz entrecortada la mujer, al rememorar las condiciones en que halló a su hijo la madrugada del domingo en un paradero del Transantiago. Sólo tres compañeros estaban con él en ese sitio, a unas pocas cuadras del lugar de la fiesta -en una pequeña casa de una calle interior en Las Rejas con 5 de Abril-, donde el joven tomó un sorbo del brebaje que le habían ofrecido como el "éxtasis de los pobres".
"Fue el único que tomó"
"El fue el único que lo tomó. La Policía de Investigaciones ya entrevistó a los tres amigos y a mí hijo. Esas declaraciones indican que el dueño de la casa donde se realizaba el cumpleaños es quien compró la soda cáustica. Dijo que se la encargaron y no dio más detalles", relató la mujer. Por lo que sabe, fue un amigo del dueño de casa quien ofreció la bebida a su hijo.
"Los detectives (ella presentó una denuncia ante la PDI el lunes) me dijeron que es claro que aquí se quiso causar un daño", insistió Astudillo. Ayer en la noche la mujer se enteró de otros detalles que rodearon la fiesta. "Mi hijo les dijo a los detectives que antes de tomar ese líquido, había tomado cerveza, vodka y había fumado marihuana", indicó.
Según relató, había más de 80 invitados. Su hijo estuvo la mayor parte de la noche en el exterior, "rapeando con sus amigos", y en dos ocasiones todos debieron ingresar a esconderse debido a la presencia de Carabineros. "De todas esas personas, él conocía a sus tres amigos y a otros 16 niños que ubicaba de vista del Instituto. El dueño de casa va en Segundo Medio", dijo.
Ese mismo joven -dijo la mujer- fue quien alrededor de las 19.45 horas del sábado pasado fue a buscar a sus invitados a la estación Ecuador del Metro. "Eran muchos. Mi hijo me contó que varios grupos iban caminando para la casa. Y resulta que el cumpleañeros no era el dueño de casa".
Astudillo comentó que era la primera vez que su hijo -el menor de 2 hermanos- salía a una fiesta en 8 meses, porque el año pasado repitió curso por inasistencia debido a las movilizaciones estudiantiles. "Había subido sus promedios. Es el presidente de su curso, quién podría haber querido hacerle daño".
De hecho, la mujer recordó que se había puesto de acuerdo con el niño para ir a buscarlo en auto. "Cuando estaba por ir a buscarlo lo llamé y al contestar me contestó me dijo que se estaba quemando. No entendía qué pasaba. Ahí le pasó el teléfono a su amigo Martín, quien me dijo que le habían dado algo, que estaban en el paradero porque querían irse a un hospital", recordó esta mañana.
La mujer llegó en menos de 20 minutos desde Conchalí -donde vive- hasta 5 de abril. "Los chicos habían juntado $ 8.000 para un taxi. Estaban desesperados en medio de la calle, intentando hacer parar algo, incluso una ambulancia no los quiso llevar. Ahí nos lo llevamos a la clínica y el doctor nos dijo que estaba en riesgo vital".