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Las silenciosas negociaciones de Schmidt para destrabar los proyectos de Educación en el Congreso

Pasa dos días de la semana en Valparaíso participando en las comisiones que ven las iniciativas. Llama por teléfono a senadores y diputados, hace reuniones ejecutivas, los invita a almorzar... y negocia. Por falta de acuerdos, postergó para fines de septiembre las indicaciones al proyecto que aborda el lucro en las universidades, pero agilizó para este mes la tramitación de la acreditación universitaria.  

por:  Jéssica Henríquez D.
martes, 20 de agosto de 2013

Silenciosa.

Así dicen que trabaja la ministra de Educación, Carolina Schmidt, a la hora de buscar acuerdos.

Y al parecer así lo ha hecho desde que asumió ese cargo hace 3 meses -en medio de un efervescente clima político y estudiantil- mandatada por el Presidente Piñera para, primero, poner paños fríos desde una cartera que vio salir (de manera incómoda) a 3 ministros en 3 años: Felipe Bulnes, Joaquín Lavín y Harald Beyer. Y segundo, para agilizar los emblemáticos proyectos de ley que buscan reformar la educación abordando el lucro en las universidades, la acreditación de los planteles de educación superior, la carrera docente y la municipalización de las escuelas.

" Cuando llegué (al ministerio), la mayoría de los parlamentarios, de gobierno como de oposición, me advirtieron que era imposible llegar a acuerdos y que no se podía sacar ningún proyecto adelante ", reconoce hoy la ministra.

La primera apuesta: el área preescolar

Por eso, dice, lo primero que hizo -luego de maratónicas "inducciones" sobre las iniciativas- fue llamar personalmente a cada uno de los parlamentarios de las comisiones de Educación (del Senado y la Cámara) para derechamente pedirles ayuda. "Les pedí hacer un esfuerzo, que entendía que éste era un año de elecciones, pero que tanto mi deber como el de ellos era lograr sacar adelante estas leyes. Y fui muy clara en decirles que tenía toda la disposición para escuchar lo que opinaban", cuenta.

Luego de "mapear" el estado de los siete proyectos educacionales que había en el Congreso, se dio cuenta de que las posturas de lado y lado estaban en veredas completamente opuestas tras los enfrentamientos que había provocado la acusación constitucional contra el ex ministro Harald Beyer, por lo que su primera tarea era "aquietar" las aguas y lograr que ambos bloques retomaran el diálogo.

Según reconocen parlamentarios de oposición, "fue muy astuta, porque en menos de un mes logró que el Presidente Piñera anunciara (en el discurso del 21 de mayo) la obligatoriedad del kínder. Esa era una medida que se aplicaba en los hechos, pero no estaba consagrada en la ley. ¿Cómo nos íbamos a oponer a aprobarlo?".

Más foco en el Senado que en la Cámara

El tema, agregan, permitió volver a "conectar" a los parlamentarios en torno a los acuerdos y ella pudo generar vínculos con algunos para abordar proyectos más complejos.

De hecho, logró aprobar rápidamente esa reforma constitucional en la Cámara e incorporó un proyecto que regula a los jardines infantiles, que también logró la luz verde de los diputados.

Entre sus estrategias está pasar dos días en Valparaíso para asistir a la mayor cantidad de reuniones de las comisiones de Educación. "Eso le permite seguir muy de cerca los proyectos, generar vínculos con parlamentarios y con los invitados a las comisiones", explican cercanos.

De hecho, dicen, "así ella no se ve sorprendida por posturas antagónicas e incluso puede adelantarse para lograr acuerdos".

Sus esfuerzos han estado focalizados más en el Senado que en la Cámara, ya que allí se han concentrado los proyectos más emblemáticos: kínder obligatorio, acreditación universitaria y Superintendencia de Educación Superior.

En la Cámara, en tanto, está radicado el de carrera docente (que ya lo destrabó) y desmunicipalización de colegios. "Escucha mucho y recoge las opiniones de todos los sectores. Después ve dónde hay coincidencias y ahí intenta avanzar", explican.

Así lo hizo con el proyecto de carrera docente, que llevaba congelado un año en el Congreso. La iniciativa es una de las más importantes del sistema educativo, ya que define lo que pasa dentro de la sala de clases y fue muy criticado en su origen, porque elevaba los sueldos de los maestros mediante asignaciones, estableciendo mayores exigencias pero sin crear una política salarial.

"Habló con los parlamentarios, escuchó las posturas y detectó en qué cosas coincidíamos. Después, consultó con expertos y propuso avanzar con indicaciones sustitutivas sólo en los puntos coincidentes. De esa manera destrabó el proyecto", dicen parlamentarios.

Las reuniones con poca gente "para no perder opiniones"

Tiene por costumbre llamar por teléfono a senadores y diputados (de oposición y gobierno) a quienes con frecuencia invita a almorzar o tomar un café, pero sus reuniones son muy ejecutivas: prefiere abordar sólo un par de temas para acotarlos. "No le gustan los grupos muy grandes, porque dice que se pierden las opiniones personales", explican quienes han participado de estas reuniones.

"Invierto bastante tiempo en escuchar a los parlamentarios. Gracias a eso uno descubre que hay miradas con muchos más puntos comunes de lo que uno cree", dice.

Y precisamente porque vio que no había acuerdos, logró que los parlamentarios postergaran -por sexta vez - la presentación (para fines de septiembre) de indicaciones al proyecto que aborda el lucro en las universidades (Superintendencia de Educación Superior). Allí el mayor problema es que no hay una mirada común de cómo regular las sociedades espejos.

Sin embargo, adelantó para fines de este mes la presentación de indicaciones para el de acreditación universitaria, el que fue aprobado en general a semana pasada y que -según dicen- ya tiene casi totalmente consensuado para aprobarlo rápidamente.

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