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La irrupción de los "guevaristas" en las movilizaciones estudiantiles: Tras el sueño de una Universidad Popular

Son pequeños grupos que actúan en varias casas de estudio... públicas y privadas. Lograron protagonismo en las últimas tomas de la U. Central, al margen de la federación de estudiantes. Entre sus objetivos está lograr el cogobierno y terminar con la subcontratación en los planteles.  

por:  La Segunda
viernes, 16 de agosto de 2013
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"Universidad Popular".

Ese es el lema que persiguen pequeños grupos de estudiantes que -desde hace meses- están operando al margen de las federaciones estudiantiles y que en el último tiempo se han hecho sentir fuerte en universidades públicas y privadas.

Se trata de los "guevaristas" (seguidores de los principios ideológicos del Che Guevara) que en su organización táctica advierten que "no es para nada útil disputar instancias de representación estudiantil simplemente para ocupar uno o más puestos si no existe un proyecto, una validación desde el estudiantado y una capacidad real de movilización".

Y aunque están presentes (con distinto nivel de adhesión) en la Arcis, Academia de Humanismo Cristiano, Alberto Hurtado, Usach y Pedagógico, es en la Universidad Central donde se han dejado ver con más fuerza al participar activamente de las seguidilla de tomas y retomas que tuvo a ese plantel sin clases durante tres semanas el mes pasado.

Pero fue la última ocupación de los edificios la que marcó la diferencia, cuando un funcionario de la universidad terminó herido -tras ser golpeado y amenazado con un arma blanca- y la exigencia para bajar la toma era (además de una "universidad popular") instalar un cogobierno, que se contratara a todos los funcionarios (como guardias y personal de aseo) que prestaban servicios externos y realizar claustros triestamentales de manera periódica.

Todo esto, según las autoridades, mientras la universidad seguía sufriendo destrozos y robos producto de las ocupaciones. Según las cifras oficiales, los daños superaron los $200 millones.

"Ahora vinieron encapuchados"

El grupo se coordina por redes sociales y continuamente actualizan sus páginas con eventos de promoción de sus ideas, las que a su vez son apoyadas por otros movimientos de iguales características instalados en otros planteles. Incluso, se relacionan con otros colectivos que trabajan de manera paralela en la universidad realizando labor social en poblaciones y que están vinculados a causas mapuches.

Entre estos grupos -que están al margen de la federación- están el movimiento Centralino Organizado y el Colectivo Primera Línea, vinculado a la población Lo Hermida de Peñalolén.

"Después de la (última) toma, supimos que había tres o cuatro grupos que se organizaron para entrar a la universidad y que son movimientos que no siempre están de acuerdo con lo que hace la federación", explica el tesorero del sindicato de trabajadores del plantel, Marcos Marchant, uno de los dirigentes que dialogó con este grupo de alumnos para que depusieran la toma.

Según asegura, la última ocupación ha sido la más violenta que le ha tocado vivir: "Las otras veces te decían, tío, tiene que salir porque la U está tomada y te dejaban apagar las luces, tomar tus cosas y salir. Pero ahora, vinieron encapuchados, y antes no usaban capucha, fueron agresivos, con garabatos y que tenías que irte altiro nomás. No me dejaron ni ir a buscar mi auto que estaba estacionado adentro y tuve que discutir con uno de ellos para que me dejara sacarlo".

"Se reconocen como minoritarios"

Su colega, Juan Carlos Albornoz -funcionario encargado de la sala multimedia en uno de los edificios tomados- lo pasó peor. Fue amenazado con un cuchillo (por uno de los encapuchados que impulsaba la toma) para que le entregara una cámara de video donde había grabado el ingreso del grupo. "Actuaron con extrema violencia, porque se reconocen como minoritarios y tienen que hacer fuerza a como dé lugar. Para ellos intimidar es la mejor forma, no entrar con ánimo de diálogo y convencer a la gente que quiere salir. Ellos optan por sacar a la gente a la fuerza", dice.

Cuenta que, en su caso, la agresión fue porque estaba grabando lo que pasaba: "Era para testimonio personal, porque escribo sobre lo que veo, es un hobby que tengo. Siempre he grabado, desde que entré a trabajar a esta universidad hace 25 años".

De hecho, dice, "tengo un registro de todos los hitos que han ocurrido aquí, como marchas anteriores, y nunca he usado esas imágenes para denunciar ni a carabineros, ni para entregarle material a la universidad. Lo que me llamó la atención fue que cuando entraron, había una niña estudiando abajo y se puso a discutir con un encapuchado. Ahí saqué mi cámara para grabar que eran dos estudiantes con intereses comunes, pero sentimientos muy dispares. Estaba en eso cuando sentí un golpe en mi brazo".

Para el presidente de la federación de estudiantes, Marcos Velarde, "no son grupos extremos, son estudiantes que tienen sus propias posiciones políticas, las que hemos discutido en las instancias del alumnado. Hay grupos colectivos que tienen su propia visión y hay que respetarlas y discutirlas en los plenos de federación".

Auditorio lleno: Charla de la hija del Che

Los miembros de estos grupos están disgregados en toda la universidad, pero se concentran en carreras como Ciencias Políticas, Sociología y Educación. Trabajan en asambleas planas donde no hay jerarquías y se coordinan con movimientos de igual tipo en otros planteles.

Uno de los eventos que concitó mayor interés de los estudiantes de la universidad fue la visita que hizo en mayo la hija del Che Guevara (Aleida) al plantel en el marco de un ciclo de extensión organizado por esa casa de estudios, aprovechando una serie de conferencias que dictó en varias universidades en el país. Según señalan, es una de las pocas veces que se ha llenado el auditorium de estudiantes.

Y aunque la toma fue "desactivada" luego de un acuerdo que incluyó también a funcionarios y profesores como garantes -donde se concuerda la realización de un claustro- quedó pendiente la exigencia del cogobierno y la subcontratación.

Sin embargo, este último tema está bastante más avanzado de lo que podría pensarse, ya que incluso se acordó que la universidad realizará "estudios evaluativos" para reemplazar el modelo de subcontratación.

Pero la idea de los estudiantes no tiene un respaldo total entre los propios trabajadores. Mientras una funcionaria de aseo dice: "Nos han dicho que quieren que nos contraten y yo apoyo a los cabros en sus demandas, porque para nosotros sería más fácil si fuéramos funcionarias de la universidad", otra (que de los 15 años de trabajo en la empresa, lleva 8 en la universidad) señala que "les agradezco lo que quieren hacer, pero hay personas como yo a las que no les conviene, porque si me cambian el contrato, pierdo todos mis años de servicio".

Mirando la elección de rector

Pero los estudiantes quieren más participación en las decisiones universitarias. "En la Central se están generando mecanismos de claustros, pero en la Humanismo Cristiano (Universidad), ellos eligen a su rector a través de una encuesta vinculante", dice el presidente de la federación.

Agrega: "La política universitaria es un espacio en disputa, pero lo concreto es que hoy estamos todos de acuerdo en comenzar un proceso no solamente de democratización y refundación de la misma universidad, sino hacer esto extensivo al resto de las universidades privadas".

Y señala que buscan "que el ejemplo que ha dado la Central, a través de sus movilizaciones, pueda ampliarse a otras privadas, que puedan organizarse sus estudiantes, tener federaciones, pelear por la democracia interna; porque hoy día es el mercado, son los empresarios de la educación los que están llevando la batuta y tiene que ser al revés, tiene que ser la comunidad, los estudiantes -a través de las movilizaciones- los que puedan alcanzar sus demandas y objetivos".

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