Los herederos del arquitecto y coleccionista Alfredo García -quien compró la casa en 1927- crearán una fundación para rescatar la historia de este Monumento Histórico, que hoy lucha contra la lluvia y los grafitis.
Se aburrieron de esperar una buena oferta y decidieron crear una fundación que pueda ponerla en valor.
Se trata de los dueños del inmueble colonial conocido como la « Casa de los Diez », ubicado en la esquina de Santa Rosa y Tarapacá, lugar de encuentro de intelectuales y artistas que lideraron la escena cultural chilena de principios del siglo XX, y declarado Monumento Nacional en 1997.
La casa fue construida en la segunda mitad del siglo XIX -se da como fecha estimada 1850- y en 1922 fue comprada por el arquitecto Fernando Tupper Tocornal, que la puso a disposición de sus amigos artistas.
Pero los amigos no sólo lo tomaron como lugar de reunión, sino que se atrevieron a modificarla: el escritor Pedro Prado diseñó las rejas de fierro forjado, el escritor Alberto Ried esculpió las ornamentaciones de las nueve columnas interiores -que metafóricamente representan a todos los integrantes del grupo- y el pintor Julio Ortiz de Zárate labró en cedro la puerta principal.
Además, el dueño mandó a construir una torre de 20 metros para tener, por aquellos años, una vista privilegiada de la ciudad. "Los Diez" la llamaron «El Faro Espiritual».
Presionado por las deudas, en 1927 Tupper le vendió el inmueble a un amigo, Alfredo García Burr , arquitecto, anticuario y coleccionista, quien la conservó hasta su muerte.
Son hoy los herederos de García quienes quieren recuperar la historia de la casa.
"Lo que nos interesa hacer es una fundación que pueda preservar el valor histórico de la casa y revivir a 'Los Diez', porque si tu preguntas en la calle... a nadie le suenan", cuenta Patricio González , uno de los bisnietos.
La decisión de montar la fundación surgió luego de tener la casa en venta durante 12 años. "La verdad es que la gente que llegaba a comprarla no tenía ningún fin real para ella. Nos decían 'la queremos comprar para hacer eventos, pero la queremos comprar en 200 cuotas'", cuenta González.
La torre y la lluvia
Una de las ofertas más serias que recibieron provino de la Fundación Pedro Prado que el año pasado mostró su interés en convertir el inmueble en un centro cultural. Su director ejecutivo , Pedro Maino -bisnieto del Premio Nacional de Literatura- explica que "iniciamos conversaciones para comprar la casa, sin embargo no llegamos a acuerdo, incluso estábamos dispuestos a mejorar la oferta pero ellos decidieron otra cosa. Estábamos dispuestos a llegar al 70% de lo que estaban pidiendo. Espero que la fundación que idearon prospere".
¿Cuál es el valor de la casa? Unos $500 millones. Al respecto, Eduardo García , uno de los ocho hijos del dueño, dice: "En la familia creemos que debemos conservarla".
La nueva fundación se llamará «Casa de Los Diez Alfredo García Burr» y debería estar funcionando en diciembre.
Si bien la casa dejó de ser usada como vivienda tras la muerte de la esposa de Alfredo García (a finales de los 90), el inmueble no ha caído en el abandono. Se han realizado algunas actividades culturales y, de hecho, su patio interior fue abierto al público en el Día del Patrimonio, en mayo pasado. Como permanece cerrada y sin vigilancia, sin embargo, es común ver grafitis en sus muros... los que son removidos periódicamente.
"Hemos hecho varios análisis con ingenieros estructurales y la verdad es que no hay daños importantes. La casa está hecha de adobe con madera, lo que llaman 'marquetería', que es una estructura muy flexible. Lo que más daño causa a la casa es la lluvia, las tejas se han corrido principalmente en la torre", dice González.
Por lo pronto, varios arquitectos, restauradores y pintores se han acercado a la familia interesados en realizar actividades en la casa, cuando ya esté disponible. Incluso, confidencia González, "ya hay gente que nos ha preguntado si tenemos cuenta corriente para depositar dinero".
