"La venta de fármacos por internet es un proceso absolutamente irregular", sentencia la seremi metropolitana de Salud, Rosa Oyarce, y lamenta que la ley le entregue facultades a su unidad sólo para fiscalizar las farmacias establecidas. "Lo que ocurre en estos otros ámbitos le corresponde a la Policía de Investigaciones y al Instituto de Salud Pública. Si nosotros nos enteramos de que está ocurriendo una anomalía en este sentido, oficiamos a la policía civil para que proceda con sus pesquisas".

De hecho, dice, existe un decreto promulgado en 2010 que establece los lugares donde se pueden comercializar remedios... ahí no figuran las redes sociales.

"Tenemos controlado el ingreso de medicamentos al país, y las personas que traen medicinas que no están permitidas aquí o que están sujetas a la Ley de Drogas tienen que hacerlo con una receta. Además, debe ser para consumo personal y no en cantidades que den indicios de que lo van a comercializar", asegura Oyarce.

Y señala que los principales riesgos de recurrir a este proceso, "es encontrarse con un remedio que ha sido adulterado, que está vencido, que es falso o que ha sido falsificado. Es un enorme peligro para la salud optar por este camino. En casos extremos una persona se puede morir si no toma conciencia y acepta el riesgo".

Por ello, cuenta que ha sostenido reuniones con la Policía de Investigaciones (PDI), la Agencia Nacional de Medicamentos y el Servicio Nacional de Aduanas para trabajar las pesquisas en las fronteras y aeropuertos.