Se puede ser feliz en el trabajo.

Una propuesta tan simple como esa tiene convertido al danés Alexander Kjerulf en un bestseller con su libro "Happy Hour de 9 a 5".

La próxima semana -como parte de su casi constante gira por el mundo compartiendo el "secreto"-, Kjerulf llegará a nuestro país para participar de la 4ta versión del congreso internacional ENANDES 2013, organizado por Caja Los Andes. El nombre de su exposición lo dice todo: "Felicidad Interna Bruta (FIB)".

"En vez de quedarse sentado y esperar a que alguien haga algo", plantea Kjerulf, es necesario preguntarse "¿qué puedo hacer yo para ser feliz en mi trabajo?". En conversación con "La Segunda", el autodenominado "gerente de la felicidad", cuenta que él conoce a personas, "en todo tipo de trabajos y cargos, que son felices en lo que hacen". ¿La clave? "Tomar la decisión de hacer algo por lograrlo".

Eso es todo.

Alexander expone entonces tres acciones muy concretas que son "perfectas para comenzar a ser feliz mientras se trabaja":

1 Felicitar a quienes hacen un buen trabajo: "En muchos lugares, cuando alguien hace algo bien... nadie dice nada, pero si hacemos un trabajo mal, de inmediato nos llaman la atención. Siempre es bueno recibir felicitaciones del jefe, pero también es agradable recibirlas de las personas que trabajan directamente con uno. Cualquier persona puede felicitar a cualquiera. Alguien se está dando cuenta de que estoy ahí y que lo que hago está bien hecho. Eso nos hace realmente felices".

2 Decir "buenos días": "Es algo que para algunos va a sonar extraño. Cuando llegamos en la mañana a la oficina, es bueno decir 'buenos días' a las personas con las que trabajamos. En muchos trabajos la gente simplemente llega, se sienta en su puesto y empieza a trabajar. Si vas a pasar todo el día con tus compañeros, dar un saludo alegre va a hacer la diferencia. Hay estudios que lo respaldan".

3 Actos inesperados: "Hacer algo agradable que sorprende a la gente con la que trabajas, aunque sea algo muy pequeño. Por ejemplo, si te vas a preparar una taza de café, regresar con otra taza para tu compañero. Pequeñas acciones como esas pueden hacer a la gente increíblemente feliz. Le demuestras que te importan, y los sorprendes con algo positivo".

Un basurero feliz

-Pero hay labores en las que, por las condiciones en las que se trabaja, puede resultar muy difícil aplicar lo que planteas.

-Todos pueden ser felices en su trabajo. No es algo que se logra mágicamente. Conocí hace algunos años a un basurero que era realmente feliz. Por supuesto que su trabajo era duro, pero él lo amaba, principalmente por dos motivos: sabía que su trabajo era importante y era amigo de las otras tres personas que trabajaban junto a él, se contaban chistes, lo pasaba bien.

-¿Por qué el trabajo tiene esa fama de ser aburrido?

-Esa actitud la hemos tenido por cientos de años. La gente tiende a pensar que el trabajo es difícil, desagradable, incluso peligroso, y que sólo trabajas para sobrevivir, que si te ganas la lotería mañana, vas a renunciar y no volverías a trabajar nunca más en tu vida. Muchos sienten que el trabajo es algo difícil y desagradable. Y si eso es lo que esperas, eso es lo que vas a obtener. He hablado con mucha gente que odia sus trabajos y que simplemente lo toleran. Dicen "por supuesto que odio mi trabajo, es lo normal". Así es que van a trabajos que odian día tras día, año tras año. Es horrible. Hay que cambiar la actitud: por supuesto que todos necesitamos un trabajo y dinero para sobrevivir, pero aun así deberíamos tener un trabajo que nos guste, que sepamos disfrutar.

-¿De qué manera influye el ser felices en lo que trabajamos en nuestra productividad?

-Hay una gran, gran influencia. Si te gusta tu trabajo haces un mucho mejor trabajo. Diferentes estudios aseguran que cuando eres más feliz, eres más creativo, tienes más y mejores ideas, eres de más ayuda para otras personas, y das un servicio al cliente mucho mejor. Las compañías más felices producen más dinero, tienen más ganancias.