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¿Por qué son tan caros los remedios en Chile? La receta de los expertos y el Gobierno para que bajen los precios

Hay consenso al respecto: utilizando modelos que han resultado exitosos en Estados Unidos -donde algunos fármacos son mucho más baratos que acá- es posible conseguir que el precio de los medicamentos disminuya. ¿Cuál es la estrategia? El Ejecutivo, por su parte, apuesta sus fichas en la aprobación de la reforma al código sanitario, que ampliará la oferta a supermercados y almacenes, y obligará la venta de bioequivalentes en las farmacias... además del Plan Garantizado de Salud, con los remedios como parte del tratamiento.  

por:  Patricio Meza S.
sábado, 08 de junio de 2013
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Con más de 300 millones de habitantes, EE.UU. representa la mitad del mercado mundial de medicamentos.

Sin embargo -y en materia de medicamentos- las cifras sí son comparables con un país mucho más pequeño... como Chile. En ambas naciones no hay regulación de precios, tal como sí sucede en la mayoría de los países europeos, por lo que "la comparación es válida", afirman los expertos. Los mismos que desde hace un tiempo alertan sobre importantes diferencias de precio entre algunos fármacos "de marca" (los mismos que se venden allá y acá), a diferencia de otros productos importados donde no existe tal brecha.

Como ejemplo, un botón: el Arimidex, para el tratamiento del cáncer de mama, vale casi US$ 70 en Estados Unidos (unos $35.000). ¿En nuestro país? Cuesta $113.000.

"La Segunda" buscó las razones que hay detrás de diferencias como ésta y la receta que propone el Gobierno para producir una disminución en los precios: que las isapres consideren los remedios como parte del tratamiento, una oferta "obligada" de bioequivalentes en farmacias y el aterrizaje de los fármacos que no requieren receta en supermercados y almacenes.

Una caja de antiinflamatorios

Para el economista y académico del Departamento de Salud Pública de la UC, Camilo Cid , más allá del control de precios que existe en otras latitudes, hay otras políticas en Norteamérica -imitables en nuestro país- que ayudan a mantener "bajo control" el costo de los remedios. "Los seguros allá, aun siendo privados, tienen que cubrir los medicamentos, entonces negocian con las farmacéuticas disminuciones de precios y descuentos", explica.

A ello suma que estos fármacos, para ser incorporados a los planes, deben aprobarse por agencias que hacen estudios de costo-efectividad. Es decir, los mejores y más baratos se cubren, presionando los precios a la baja. "En EE.UU. los propios seguros usan esos estudios para determinar qué medicamentos sumar a los planes de salud",

"Además hay algunas regulaciones complementarias, por ejemplo, que los programas sociales de salud - Medicaid , el seguro para los indigentes, y Medicare , para los adultos mayores- tienen una regla legal: no pueden pagar por un remedio un precio mayor al que obtiene cualquier otro comprador privado", añade Cid. Es decir, resume, "el sector público no puede pagar más por un mismo medicamento".

A todo esto se suma que, en general, Estados Unidos es un mercado más competitivo, donde además de las farmacias de cadenas e independientes, en la venta de remedios se cuentan también a los supermercados (para algunos medicamentos).

"Hoy los medicamentos sin receta cuestan el doble en Chile que en EE.UU.".

Así de claro lo sostiene el doctor en Economía y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez Claudio Agostini. Según él, "hay varias razones" detrás de este fenómeno: "Una es el tamaño de cada mercado, y otra es la menor competencia. En Chile, tres cadenas de farmacias concentran casi el 95% del mercado. Las personas no pueden elegir y comparar precios entre distintas marcas del mismo remedio".

Y en medicamentos de marca, las diferencias no sólo se dan con EE.UU., afirma el propio ministro de Salud, Jaime Mañalich . "Por ejemplo, el Celebra (antiinflamatorio), en Chile vale $22.000 la caja, y en Argentina $11.000. Y es el mismo producto, y del mismo laboratorio. La única diferencia es que de la fábrica una remesa se fue a Argentina y la otra a Chile. Por eso aquí tiene que haber vigilancia de los precios, la posibilidad de importación directa, y la posibilidad de cambiar por uno bioequivalente", señala.

En la región, Cid cuenta que Brasil posee regulación de precios y una gran infraestructura productiva estatal, mientras que en el caso de Argentina existe una industria privada nacional muy grande, "que produce medicamentos muy baratos".

"En casi todos los países, incluso en EE.UU., que es el campeón del sistema privado, existen regulaciones, y los medicamentos son considerados prestaciones, y por lo tanto están en los planes", explica. Y añade: "Lo que hacen las personas es 'copagar' un valor, que está fuera de la cobertura, y esos valores dependen de sus planes".

Una discusión "especulativa"

"El mercado chileno es pequeño, y estos productos se importan armados, dentro de la cajita. Eso encarece el precio, porque el remedio que traen, después ya no lo pueden devolver. Entonces tienen que definir una cantidad sin saber si van a tener la demanda suficiente", señala el doctor y académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile Yuri Carvajal .

El experto afirma que hay también estudios que incluso consideran el poder adquisitivo, ampliando aún más la brecha.

No obstante, admite que se trata de datos poco actualizados y en torno a los que siempre hay objeciones.

"Todas estas cuestiones son discusiones muy especulativas, porque no tenemos datos oficiales de precios, y eso es terrible", lamenta. "El INE debería preocuparse de este aspecto, porque ya sabemos que los medicamentos son una parte muy importante de la vida de las personas, y deberíamos tener cifras claras que permitan abordar estos temas, y plantear estrategias para reducir los precios".

El propio Ministerio de Economía, al inicio del debate en torno a la nueva Ley de Fármacos, que se tramita hoy en el Congreso, afirmó que los medicamentos sin receta eran tres veces más caros en Chile que en EE.UU. El dato, sin embargo, se sustentaba en un estudio del año 2008... y con cifras del 2005. Desde el Gobierno aseguraron que ese panorama no ha cambiado ya que las alzas del sector desde ese entonces han sido sobre el IPC.

"Deberíamos tener un IPC de medicamentos", afirma Carvajal, indicando que el actual indicador para medir la inflación tiene un pequeño rubro de medicamentos "con apenas 21 tipos considerados en esa canasta, que es como el 5% de todos los rubros del IPC. Eso es extemporáneo, hoy nuestra realidad es que los medicamentos son una parte muchísimo más importante en la vida de las personas".

Por su parte, el director de la Cámara de Medicamentos Venta Directa (Cameved), Jorge Velis , sostiene que "puede que haya un producto que sea más barato en EE.UU., pero habría que verlo caso a caso". Y hace notar que, no obstante, esas diferencias se dan más en los medicamentos "exclusivos".

"Los de venta directa, en general, son de precios muy bajos, los rangos van de los $1.000 a los $3.000, y además hay gran competencia. Pero si analizas un producto con receta médica, en que el laboratorio que lo comercializa en Chile es el único que lo tiene, entonces ¿para qué lo vas a vender en $2.000, si en $10.000 lo vendes igual?".

José Manuel Cousiño , vicepresidente de la Cámara de la Innovación Farmacéutica, CIF -gremio que reúne a 18 farmacéuticas de innovación extranjeras presentes en Chile-, afirma que ellos tienen "la mejor disposición para lo que el Gobierno quiera impulsar en la línea de transparentar los precios".

Sin embargo difiere frontalmente con las críticas a los altos costos de los remedios en nuestro país: "Aunque hay medicamentos caros, el precio promedio es lo que vale". Y ese precio, apunta, es de US$ 6 en Chile, US$ 40 en EE.UU. y US$ 56 en Japón, según las cifras de IMS Health , firma auditora de datos del mercado farmacéutico. Dicho promedio incluye a genéricos, genéricos con marca y originales.

Camilo Cid hace notar, en todo caso, que "lo interesante sería ver qué pasa cuando uno considera los remedios innovadores, aquellos que se usan para el cáncer o enfermedades mentales, y no todos los fármacos del mercado. Esos estudios no los he visto, y ahí creo que están las más grandes diferencias".

Y si bien Cousiño admite que no hay mayores "costos adicionales" al importar los fármacos, sostiene que estos se venden "a los precios internacionales".

En Chile, ejemplifica, los laboratorios que representa la CIF y que venden sólo fármacos originales desarrollados por ellos mismos, venden la vacuna contra el sarampión, rubéola y paperas a sólo 90 centavos de dólar ($ 400). ¿Quién está pagando entonces el alto costo que implica desarrollar nuevos fármacos? "Los países que tienen índices de desarrollo humano elevado, como Japón. Pero no los latinoamericanos... ¡ni menos Chile!", dice.

Varios laboratorios extranjeros presentes en Chile fueron contactados por "La Segunda" para comentar los precios de algunos fármacos específicos, pero todos declinaron participar en este reportaje.

Lo que viene...

En Chile, tímidamente se intenta avanzar hacia considerar los medicamentos como prestaciones. El Auge hoy garantiza canastas de medicamentos para algunas patologías. "Ya hemos sumado 11 nuevas enfermedades", apunta Mañalich, y aclara: "Las más caras a nivel usuario son aquellas que tienen paquetes farmacéuticos que la persona debe tomar siempre: hipotiroidismo, depresión bipolar. Ahora le estamos diciendo a la isapre y a Fonasa que debe garantizar estos tratamientos, y eso permite un poder de compra para reducir los precios".

Pero para el Gobierno, lo más importante aún está por verse. El próximo martes la sala de la Cámara debe votar la reforma al código sanitario, que incluye puntos clave como la obligación de farmacias a vender productos bioequivalentes -iguales, pero más baratos-, y ampliar la venta sin receta a los supermercados y almacenes.

"Quitarles la exclusividad que tienen las farmacias genera competencia y baja de precios, ya que habrá más actores, algunos con menores costos de distribución", cree Agostini. "En Japón los precios de algunos remedios sin receta bajaron hasta 40% al empezarse a vender en supermercados".

A ello se suma el Plan Garantizado de Salud -hoy en la comisión de Salud del Senado-, que busca que las isapres cubran los tratamientos, incluidos paquetes farmacéuticos, de enfermedades no cubiertas por el Auge, pero que tienen codificación Fonasa.

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