La historia de locura, drogas y sometimiento detrás de la secta de Colliguay
En 2007, con un viaje a China, comenzó el radical cambio de Ramón Castillo, el sujeto que obligó a sus seguidores a quemar vivo a un recién nacido. Estrechaba lazos con los miembros de la secta y luego los alejaba de sus mascotas (algunas fueron degolladas), luego de sus parejas y finalmente de las familias. Los integrantes eran dominados sexualmente e incluso aguantaban que les castigara con golpes. Las mujeres debían usar el pelo corto.