Hurto del pug había sido denunciado por "La Segunda". Su dueño inició una campaña en redes sociales y logró saber dónde se lo habían llevado. No tuvo problemas para recuperarlo, porque su mascota tenía una identificación electrónica.
Durante 17 días, la familia Pérez Montero sufrió con el robo de su mascota, "Gary", un pequeño pug beige que desde hace dos años vivía con ellos en su casa ubicada frente al Costanera Center, en avenida Nueva Tajamar.
La situación fue denunciada por "La Segunda" y paralelamente Rodrigo Pérez inició una masiva campaña pública para recuperar al animal. Incluso creó un sitio web llamado "dondestagary.cl" e inundó Facebook con llamados y avisos, pidiendo ayuda y cualquier dato posible. En pocas semanas, la búsqueda alcanzó la increíble cifra de 40 mil amigos en esta red social.
Cada día, relata, recibía al menos una comunicación de alguien que aseguraba tener alguna pista de su mascota. Muchos de ellos, claro, intentando ganar la recompensa anunciada.
Hasta que finalmente una persona que vive en la comuna de Lo Prado los contactó para avisarles que su vecino había adquirido hace un par de días una nueva mascota, más específicamente un pug beige que se asemejaba mucho a "Gary".
Rodrigo finalmente logró dar con el domicilio exacto, tras una improvisada investigación que incluyó revisar el Facebook del "sospechoso", que estaba lleno de imágenes recientes de él junto a su nuevo perro.
Recurrió a la Fiscalía de Las Condes con los datos recolectados, estos lo derivaron al S.I.P. de la 17ª Comisaría y, en dos días, pudo ir acompañado por personal de carabineros a Lo Prado.
Una vez en el lugar, lo que normalmente podría haber sido un caso de "mi palabra contra la tuya", se solucionó de una forma muy simple, ya que Rodrigo llevaba una carta bajo la manga: Su perro tiene implantado un microchip subcutáneo que almacena todos los datos respecto del animal y de su dueño. Y gracias a una "pistola" como las que se usan para leer códigos de barra, quedó claro de quién era el valioso perrito.
No es un GPS
Este sistema no es un GPS. Es decir, no permite conocer la ubicación del perro. Sí almacena datos como raza y nombre del animal, identificación del dueño y criadero de origen.
La implantación es sencilla y no toma más de dos minutos. A través de una aguja hipodérmica para la cual ni siquiera se necesita anestesia, la vacuna inserta bajo el pelaje y cerca del cuello (en la cruz) el chip que tiene un tamaño semejante a un grano de arroz, que es prácticamente imposible de extraer.
El dispositivo está recubierto por un cristal biocompatible, que evita que el organismo lo rechace.
Por ahora, su rango de acción sólo se limita al de identificación, ya que la tecnología de rastreo más completo aún no llega a nuestro país, pero ya está en varios países de Europa y Estados Unidos, por ejemplo. En ese caso, no se le pierde nunca la pista al animal.
Como los caballos de carrera
El chip es utilizado hace años en los caballos de carrera, que por su alto valor son un botín anhelado por los delincuentes.
Poco a poco ha ido aumentando su uso en perros de cierto valor. Por ejemplo, el Kennel Club (única entidad reconocida en Chile para el registro de perros de raza) impulsa la colocación de microchips ya en los criaderos.
"Implementamos este sistema hace unos cuatro años, con la idea de establecer una propiedad legal al momento de inscribir al animal", dice Mónica Kunstmann, directora de la entidad.
Para quienes estén fuera de ese circuito, pero igualmente quieran proteger a sus animales, existe la posibilidad de solicitar el servicio en grandes criaderos o en clínicas veterinarias En este último caso, el valor de microchip tiene un valor promedio de $15.000.
En caso de necesidad, como la que sufrió Rodrigo Pérez, se puede arrendar un "lector" de los datos. También se venden.
En algunos municipios en Santiago incluso hay campañas para implantar a la mascotas de los vecinos. Raúl Valdés, director del Departamento de Higiene Ambiental de Las Condes, resume: "Es una herramienta muy útil y eficaz ya que, ante alguna denuncia de un perro vago, vamos, lo escaneamos e identificamos al animal para devolverlo a su dueño".
