Fallo posibilita que Patricia Arenas Gonzales, de nacionalidad peruana, siga trabajando en casas y cuidando a niños.
De esta manera la abogada Patricia Alegría criticó esta mañana la decisión del Tercer Tribunal Oral de Santiago que -en fallo dividido- condenó por el delito de lesiones graves a sólo 400 días de presidio remitido a Patricia Arenas Gonzales, quien agredió a un bebé de seis meses de vida en junio de 2011.
La mujer, que ejercía labores de nana y proviene de Perú, no pasará un día en la cárcel y sólo firmará periódicamente en el tribunal.
Según indicó Alegría, quien junto al abogado Hernán Fernández representó a los padres del niño - Pilar López y Álvaro Morales -, "ésta fue una condena de papel, para dejar conformes a los padres. Con la Fiscalía habíamos pedido una pena de cuatro años, pero el tribunal no consideró ninguno de los agravantes que expusimos", insistió.
En el fallo se establece que la mujer agresora, "a lo menos en dos oportunidades, tomó al niño con sus manos y sacudió violentamente su cuerpo, resultando el menor con hematoma subdural izquierdo, hemorragia cerebral interhemisférica y hemorragias retinianas, consecuencias de lo que se denomina 'síndrome del niño sacudido', que requirieron de tratamiento por más de 30 días".
Enfatizó la abogada que "así como ahora existe un registro de pedófilos donde figuran las personas que no pueden trabajar con niños, también debería haber uno con las personas que agreden a niños pequeños. Pero en cambio ahora ella va a poder seguir trabajando y para peor le ha sido concedido el permiso para trabajar en esta misma labor, dentro de una casa, con niños pequeños. Más encima nos hemos enterado de que le fue otorgada la residencia permanente", dijo Alegría.
La profesional recordó que la jueza Olga Fernández, una de las tres integrantes del tribunal que dictó la sentencia, fue partidaria de condenar a Arenas Gonzáles por homicidio simple reiterado, basándose en que la mujer es madre de cuatro hijos, uno de ellos de un año y medio, "y no es lógico sino concluir que tenía pleno conocimiento de que al sacudir al lactante en la forma violenta en que lo hizo y en más de una ocasión, necesariamente, le causaría un daño corporal". Pero, el fallo dijo otra cosa.
