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Los "graves problemas" de la Iglesia y la renuncia de Benedicto XVI... bajo la lupa del cardenal Medina

Tras el remezón que significó la dimisión del Sumo Pontífice, el obispo chileno que anunció al mundo la elección de Joseph Ratzinger en 2005 lamenta la "preocupante" situación que vive hoy el catolicismo... aunque advierte: "Ha habido épocas en que hubo problemas más graves".  

por:  Por Miguel Ortiz A.
viernes, 08 de marzo de 2013
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¿Le hubiese gustado ser Papa?

-¡Para nada!

El cardenal Jorge Arturo Augusto Medina Estévez (86) está sentado en su escritorio, en su pequeño departamento en Las Condes. Acaba de terminar de rezar. Y ahora se dispone a contestar por escrito -en un viejo notebook Vaio- un cuestionario de veintitantas preguntas que le formulamos. Dice que, por tratarse de temas tan relevantes, quiere meditar sus palabras y no improvisar: "Y por favor usted no me recorte tanto mis líneas", pide, quejándose de que los periodistas suelen quedarse "sólo con mis frases más polémicas".

Escribió ocho carillas con sus respuestas y recibió a "La Segunda" en dos ocasiones (aceptando contrapreguntas) para conversar sobre la sorpresiva renuncia del Papa Benedicto XVI y las implicancias que esto traerá para la Iglesia.

De la noticia, cuenta, se enteró mientras disfrutaba de sus vacaciones en la diócesis de Valparaíso, en la casa de su amigo Arturo Jarpa , en Cau Cau: "Nada supe con anterioridad. Pero recuerdo que hace muchos años, conversando con el entonces cardenal Joseph Ratzinger , estuvimos hablando acerca de cómo se podría resolver el eventual problema de un Pontífice que perdiera sus facultades mentales".

En la siguiente entrevista, el cardenal Medina desmenuza la actual situación de la Iglesia en el mundo, particularmente en Chile. Hay temas que, "por prudencia", prefirió no responder. Sin embargo -y fiel a su estilo "al pan pan y al vino vino"-, no tiene problemas en detallar uno a uno los "graves problemas" por los que atraviesa la institución... y desclasificar algunos episodios inéditos de su amistad con el ahora Papa emérito.

-¡¿Nunca tuvo ganas de ser Papa?! Pensé que era la ambición lógica de todo cardenal...

-Estoy muy lejos de poseer las cualidades deseables para desempeñar bien esa pesada responsabilidad. Por eso oro cada día y ofrezco la Santa Misa pidiendo al Señor que ilumine a los cardenales electores, para que elijan un sucesor de San Pedro santo, sabio, prudente y valiente.

-¿Cómo vive su fe durante estos días, en los que no hay Papa?, ¿es más difícil? Para algunos católicos ha resultado desconcertante que el Santo Padre renuncie.

-La renuncia del Papa no debería causar desconcierto, porque Jesús prometió a sus apóstoles que Él los acompañaría siempre, hasta la consumación de los siglos: El es la Cabeza invisible, pero no por eso menos real, de la Iglesia.

-Fue usted quien anunció al mundo la elección de Benedicto XVI ("Habemus papam")... ¿Imaginó que su pontificado podía terminar de un modo tan inesperado?

-En ese momento la idea no se me pasó por la mente. Anteriormente el cardenal Ratzinger había visto, como tantas otras personas, el dramático deterioro de la salud del Beato Pontífice Juan Pablo II, y eso debe haber sido para él motivo de reflexión.

-¿Cuándo fue la última vez que conversó con Benedicto XVI?

-La última vez que estuve con el Papa Benedicto fue en diciembre del año 2006 o en enero del 2007, cuando yo, habiendo cumplido 80 años de edad, dejé de ser cardenal elector, perdí todo cargo en la Curia Romana y renuncié al oficio de cardenal crotodiácono. En esa ocasión el Santo Padre me invitó a almorzar y él mismo tocó temas difíciles. Yo le expresé respetuosamente mi opinión. En estos días no he hablado con él, pero le escribí una carta de afecto y compañía.

-¿Por qué no viajó a despedirse personalmente de él?

-No he decidido ir a visitar al Papa emérito, y no sé cuándo ni cómo él recibirá visitas. No viajé para despedirme porque eso hubiera sido muy duro para mí, dado que él me consideraba un amigo suyo.

-Los católicos estábamos acostumbrados a la figura de un Papa que se consumía en el cargo (Juan Pablo II). Que Benedicto XVI haya renunciado, ¿no es una decisión demasiado humana, como quien renuncia a un puesto de trabajo?

-Respeto profundamente la decisión del Papa. La encuentro un acto de sinceridad y de valentía, y estimo que sus motivaciones son objetivas y tomadas a la luz de la fe, no por consideraciones mezquinas o puramente humanas.

-¿Qué problemas tan grandes tiene la Iglesia como para que el mismísimo Papa admita que no tiene las fuerzas suficientes?

-Hay países en que la escasez de vocaciones sacerdotales es muy grave. En muchos lugares se percibe un debilitamiento de la fe. Los gobiernos de no pocas naciones, consideradas como cristianas, no toman para nada en cuenta la doctrina de la Iglesia e incluso promueven legislaciones que la contradicen abiertamente. Me parece que en no pocos lugares hay, a todo nivel, una crisis de la oración. Hace falta un mayor esfuerzo catequístico. Personas que se dicen católicas se expresan en forma reñida con la doctrina de la Iglesia. En no pocos sectores se observa un relativismo tanto doctrinal como moral. No todos perciben, para usar un ejemplo tomado de la arquitectura, que la 'fachada' de la Iglesia aparece como más imponente que su 'nave'.

-Pintado así, el panorama es oscuro, poco esperanzador.

-Son problemas graves, y no son todos, pero no son exclusivos de hoy, pues ha habido épocas en que los hubo más graves todavía. Y no hay que olvidar que ante estos desafíos la responsabilidad no es solamente del Papa, sino que de todos los cristianos, desde luego de los obispos, de los presbíteros y de los diáconos, y por cierto de los laicos, cada uno en su nivel de responsabilidad.

Las asechanzas del demonio

-Tras el caso "VatiLeaks", se ha hablado de un informe elaborado por tres cardenales que muestra a una Iglesia atravesada por casos de corrupción y escándalos sexuales. Usted, que vivió en Roma muchos años, ¿qué piensa al respecto?, ¿es posible algo así?

-Ese informe será puesto en conocimiento de quien sea el sucesor del Papa Benedicto XVI, por expresa decisión suya. No me atrevo a emitir lucubraciones al respecto, pero, como lo ha recordado hace poco el propio Papa Benedicto, la Iglesia debe estar siempre alerta ante las asechanzas del demonio, como lo recomendó el primer Papa, San Pedro.

-¿Cómo cree que será recordado Benedicto XVI?

-Como un maestro de la fe y como un obispo que asumió las responsabilidades del Pontificado, confiando en Dios, y que renunció con lealtad y con amor a la verdad cuando juzgó que ya no tenía fuerzas para enfrentar los desafíos que lo golpearon duramente.

-¿Cuál es el "perfil de Papa" que la Iglesia necesita hoy?

-Un buen Papa será siempre, ante todo, un buen pastor de la Iglesia, y, como tal, un maestro y fidelísimo custodio de la fe católica, un padre misericordioso para con los que yerran y acogedor para quienes se acercan a la Iglesia, un testigo del Evangelio en su integridad, un sacerdote devorado por el celo de la salvación eterna de los hombres, un liturgo que celebre con el pueblo católico los santos misterios de la fe, un conductor prudente del pueblo que peregrina, una persona capaz de ejercer con energía el difícil servicio de la autoridad. Una persona consciente de que en el mundo hay muchas personas que padecen miseria y que es preciso alentar siempre a los que tienen más a ser generosos y desprendidos. En una palabra, alguien que realice el título que se dio el Papa San Gregorio I Magno, de ser un "servidor de los servidores de Dios". Pero cada persona encarnará estos rasgos en la forma apropiada a su personalidad, a sus cualidades y a su historia.

"Los años pasan, pesan y pisan"

-¿Debería haber un límite de edad para asumir como Papa?

-No sé si se haya planteado ese tema, pero me parece indudable que al momento de elegir un Pontífice los electores pensarán en su salud y en su edad porque el quehacer del Papa es tal que pone a dura prueba la resistencia de un hombre. Los años pasan, pesan y pisan.

-De los nombres de cardenales que han surgido como "papabiles", ¿cuál cree usted que tiene más opciones de ser electo?

-En Roma se dice que quien entra al cónclave como "papabile" sale de él como "cardinale". Por eso me abstengo de hacer juicios en la materia.

-¿Son reales las opciones de ser electo Papa del cardenal chileno Francisco Javier Errázuriz? En Europa ha sido mencionado como una carta fuerte de Latinoamérica, pero en Estados Unidos "The New York Times" lo incluyó en una lista de obispos que encubrieron abusos sexuales.

-El cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa cumplirá pronto 80 años y ese es un elemento que se tendrá en consideración. En cuanto a los ataques que ha sufrido de parte de un periódico neoyorquino, los considero injustos e infundados, y no debieran impresionar a ningún cardenal elector.

- Hay quienes plantean una necesidad de "renovación" y "apertura" en algunas temáticas, ¿qué piensa usted?

-Hay renovaciones y aperturas que son posibles y convenientes, como ha sido, por ejemplo, la celebración de la Sagrada Liturgia de la Iglesia en otras lenguas (y no sólo el latín), o la creciente conciencia acerca de los derechos inherentes a la persona humana y, naturalmente, de los correlativos deberes... o la sensibilización con respecto al cuidado del medio ambiente.

-¿Deberían venir cambios sobre la forma en que la Iglesia se relaciona con los matrimonios que se han separado?

-Es un deber de caridad apoyarlas. Pero la Iglesia no puede aceptar como correcta una ulterior unión de esas personas, si estuvieron unidas por un matrimonio válido, porque Jesús dijo claramente que esa unión constituye un pecado de adulterio y ninguna autoridad de la Iglesia puede cambiar lo que Jesucristo ha establecido. La Iglesia no es dueña del Evangelio, sino su custodia y fiel conservadora.

Al respecto, el cardenal Medina recomienda leer los "textos explícitos" de los Evangelios de San Mateo (capítulo 19, versículos 3 al 9), y de San Marcos (capítulo 10, versos 1 al 12): "Las personas que están en situación de adulterio están impedidas de acercarse a la Sagrada Comunión, no por una decisión de la Iglesia, sino porque están en pecado grave, del que no se han arrepentido ni enmendado. La Iglesia trata de ayudar a esas personas invitándolas a orar y a realizar obras de caridad y de penitencia, pero no puede aceptar como algo bueno lo que Jesús mismo califica como un pecado y una ofensa a Dios".

-¿Y los homosexuales?

-La Iglesia católica distingue cuidadosamente entre la "tendencia" homosexual, cuyo origen no está científicamente establecido y que puede ser moralmente no culpable, y los "actos" o "ejercicio concreto de la homosexualidad", los que son moralmente desordenados y constituyen un atropello de la ley de Dios, como lo dicen claramente las Sagradas Escrituras, tanto en el Antiguo, como en el Nuevo Testamento. Conviene leer el libro del Génesis (capítulo 19, versos 1-29) y la primera Carta de San Pablo a los Corintios (Cap. 6, versos 9 y 10). Se trata, pues, no de una opinión personal mía, sino de la doctrina de la Iglesia Católica en su Catecismo oficial (números 2357 al 2359).

-Otro tema que ha sido cuestionado es el celibato sacerdotal, sobre todo tras los casos de abusos sexuales.

-El celibato sacerdotal está vigente en la Iglesia latina desde hace muchos siglos y se trata de una disciplina que la Iglesia considera muy coherente con la vida sacerdotal y sus exigencias espirituales y pastorales, y que ha sido reafirmada por los Papas, por el Concilio Vaticano II y por el Sínodo de Obispos celebrado en la penúltima década del siglo XX. No estimo que haya motivos para cambiar esa disciplina más que milenaria.

-¿Cómo ve la actual situación de la Iglesia chilena?

-En la Iglesia que peregrina en Chile hay signos de vitalidad y otros que muestran debilidades. Entre los signos positivos mencionaría la vitalidad de muchas parroquias; la de numerosos movimientos eclesiales; la catequesis presacramental, la conciencia de muchos católicos acerca de su pertenencia a la Iglesia y de apoyar económicamente sus obras; el aprecio hacia los sacerdotes; a pesar de no pocos casos de conductas reprobables de algunos de ellos, el amor y respeto hacia el Papa; las numerosas obras asistenciales y de caridad sostenidas por diversas instituciones católicas; el apoyo que las autoridades civiles otorgan a instituciones de bien común pertenecientes a la Iglesia, así como el reconocimiento de la misma Iglesia como persona jurídica en el ordenamiento legal de la nación.

"Mentiras a todo nivel"

-¿Y las debilidades?

-Entre los aspectos que son motivo de honda preocupación está la disminución del número de los bautismos, de las confirmaciones y de los matrimonios; el aumento considerable de los divorcios civiles; el creciente número de jóvenes católicos que conviven maritalmente sin contraer el sacramento del matrimonio; el poco aprecio en sectores de la juventud de la virtud cristiana de la castidad; el amplísimo recurso a la mentira a todo nivel; las diversas formas de corrupción; el vasto empleo de las drogas; la delincuencia; el bajo porcentaje de los fieles que participan cada domingo en la celebración de la Santa Misa; el bajo porcentaje de los que contribuyen al financiamiento de los gastos de la Iglesia; la pasividad de muchos católicos ante hechos que significan un atropello manifiesto de principios irrenunciables de la doctrina católica; el poco eco que encuentra la posición de la Iglesia entre las autoridades civiles en materias valóricas, y probablemente algunos más. Todo esto encontrará algún remedio en la celebración de este «Año de la Fe».

Y apunta, para terminar:

"En los casos de abusos sacerdotales, las autoridades de la Iglesia en Chile han actuado correctamente y con la prudencia necesaria para no tomar decisiones precipitadas que pueden resultar injustas. Ante estos tristísimos casos, es bueno recordar que una abrumadora mayoría de sacerdotes cumplen su ministerio sacrificadamente, con celo pastoral, con modestos recursos económicos y con verdadero amor a Dios y a los fieles a ellos confiados. Esos sacerdotes merecen afecto, respeto y apoyo en su servicio a la comunidad eclesial".

 Elección presidencial: "Muchos serán los que voten acogiéndose al criterio del mal menor"

-¿Cómo ve a Chile? En lo económico, el país ha crecido. Pero, ¿es eso suficiente?

-Aunque ha habido progresos evidentes en materias sociales y en la conducción financiera de la nación, me preocupa el hecho de que haya autoridades que toman decisiones reñidas con los principios valóricos, no sólo católicos sino también naturales, desoyendo las legítimas expresiones de los pastores de la Iglesia. En ocasiones avalando y protegiendo lo que ante la ley de Dios es inaceptable. Siento un ambiente de relativismo y me temo que podamos llegar a situaciones muy ingratas y discriminatorias para los católicos.

-¿Qué piensa sobre la próxima elección presidencial? A su juicio, ¿qué candidato representa mejor los valores de un católico?

-Miro con mucha preocupación la próxima elección presidencial. Leyendo las declaraciones de los candidatos, algunos de los cuales no son católicos, veo que ninguno de ellos significa un compromiso total como yo lo desearía, con los principios valóricos que profesamos muchos chilenos. De modo que muchos serán los que voten acogiéndose al criterio de favorecer "el mal menor". Y habrá quienes opten por no votar o por anular su voto. Perspectivas nada alentadoras, pero explicables en una sociedad bastante marcada por el relativismo y por la ambigüedad.

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