Casa de estudios ofrecía la carrera de kinesiología sin infraestructura, salas de clases ni profesores disponibles.
La Corte de Apelaciones de Iquique confirmó un fallo de primera instancia (Juzgado de Policía Local) y sentenció, esta mañana, a la Universidad Arturo Prat a pagar una indemnización superior a los $45 millones a nueve estudiantes de la carrera de kinesiología de esta casa de estudios, quienes recibirán algo más de $5 millones cada uno por ser víctimas de publicidad engañosa.
El Tribunal también determinó aplicar una multa por 50 UTM (más de $2 millones) por infringir la Ley del Consumidor y el pago de todas las costas del juicio de primera y segunda instancia.
La denuncia la realizaron estudiantes de la carrera de kinesiología de esta Universidad que, aseguran, nunca han tenido las herramientas que ofreció la Universidad para estudiar y convertirse en profesionales.
Así lo expresó la presidente del centro de alumnos de la carrera, Jenny Valdés, quien dijo que en el inició "la Universidad nos ofrecía infraestructura, tecnología de punta, horarios diurnos, profesores y un montón de cosas que pintaban maravillosos pero cuando fuimos a clases no existían. No teníamos ni sala para las clases porque no habían dependencias que fueran íntegramente de la carrera, dependíamos del horario de otras clases para ocupar las salas, incluso tuvieron que hacer las clases en la noche, a veces hasta las 12 de la noche, porque no habían salas y los profesores no podían ir a la Universidad en el día."
Esto último dijo la estudiante, porque el campo laborar el Iquique es reducido y "los profesores por lo general o trabajaban en otras universidades o en consultas", explica Valdés, que también denunció la falta de campus clínicos para los egresados de la carrera.
Según dijo el abogado que patrocinó a los alumnos, Enzo Morales, el fallo lo que indica es que "se acreditó la infracción que establece la Ley del Consumidor que regula la relación entre un proveedor y su cliente. En este caso el proveedor es la Universidad, que pertenece al Consejo de Rectores, y nueve alumnos son los consumidores que se vieron engañados, y debo decir que el número se redujo porque en principio eran 30 estudiantes, pero la Universidad empezó a entregar estímulos de diferente índole para que ellos descartaran la demanda".
Morales señaló que el fallo es positivo sobre todo para los alumnos porque "les demuestra que pueden exigir el respeto de sus derechos y una educación como corresponde. La Universidad ofrece un centro kinesiológico para que los alumnos hagan la práctica y ese lugar ni siquiera tiene la autorización sanitaria para funcionar".
Por su parte la dirigenta de los estudiantes llamó a las autoridades a tener "ojo" y fiscalizar más a las universidades. "No queremos terminar como lamentablemente están los alumnos de la Universidad del Mar. Acá debería haber mayor preocupación y verificar si realmente la Universidad Arturo Prat cumple, deberían hacer una auditoría interna, porque la carrera abrió en 2005 y en 2009 recién tuvimos dependencias y fue sólo porque los alumnos hicimos un paro de dos meses".
