Nacional
Compartir | | Ampliar Reducir

Jorge Schaulsohn, víctima de linfoma: "Acepto lo que me toca vivir en este momento, sin mayor drama. Pero no con indiferencia".

"Todas estas cuestiones de salud, yo creo que son también consecuencia de mi quiebra, que me afectó muy fuertemente. Ese fue el principio. No tengo ninguna duda de que todo eso te debilita... En el caso mío fue muy impactante, porque yo finalmente quedé sin dinero. Jamás en mi vida había conocido no tener plata; siempre me fue muy bien en todo".

por:  Lilian Olivares/La Segunda
sábado, 16 de febrero de 2013
Imagen
Imagen
jQuery Carousel

Esta vez no lo twitteó, como lo hizo en septiembre pasado cuando, estando en un mall, le dio un infarto.

-Me pareció que era mucho, que la gente iba a decir "este gallo ya está en las últimas". Entonces, para qué. Pero ahora que ya lo veo como en vías de superación, te lo cuento.

Definitivamente, no lo había hecho público. Incluso muchos de sus cercanos no lo saben.

No se han topado con él.

Sólo su núcleo más íntimo está al tanto de la enfermedad que afecta a uno de los fundadores del PPD (con Ricardo Lagos) y de "Chile Primero" (con Fernando Flores), diputado por 10 años en el distrito de Santiago (1990-98) y presidente de la Cámara en 1994.

El destacado político y exitoso abogado que se movía entre Chile y Nueva York como quien toma la autopista Costanera Norte, que cayó en desgracia económica en 2008 y a quien en noviembre pasado estuvieron a punto de embargarle la casa, está físicamente transformado.

Dice que ha recuperado 5 kilos, de los 15 que perdió al declarársele su enfermedad.

Habla del tema sin drama. De hecho, ni siquiera preguntó sobre qué versaría la entrevista cuando lo llamamos por teléfono. Se tomó una semana, eso sí, para decidirlo. Y cuando estuvo dispuesto, lo hizo sin pedir el más mínimo rayado de cancha; abierto a responderlo todo.

"Fui a la clínica porque me dolía mucho el estómago"

No es fácil abordar a un entrevistado que está enfermo.

Pero Jorge Schaulsohn es especial. No se anda con rodeos. De hecho, él puso el tema.

-¿Ya salió ya de vacaciones?

-No puedo salir.

-¿Por qué?

-Porque me estoy haciendo un tratamiento, tengo un linfoma. Me están haciendo quimioterapia.

El 22 de diciembre cumplió 60 años.

-¿Cuándo se lo descubrieron?

-En octubre. Y en marzo me hago la última quimio.

El miércoles se hizo la quinta quimioterapia y hasta el momento el tratamiento, dice, está dando resultados.

Pese a que twittea a diario, polemizando con el stablishment de la izquierda y de la derecha, no ha dado indicios del calvario que enfrentó cuando tuvo el diagnóstico.

-Me ha pasado de todo. En septiembre, cuando tuve el infarto, me pusieron dos stend y salí muy bien de eso. Dos semanas después fui a la clínica porque me dolía mucho el estómago; me operaron de urgencia, de apendicitis. Y ahí me hicieron una biopsia y apareció este linfoma.

-¿Por qué le hicieron una biopsia?

-Los médicos estimaron que el aspecto que tenía el intestino ameritaba una biopsia. Y allí apareció este linfoma en el hígado y me empecé a hacer el tratamiento. Así que en eso he estado.

-Y si no hubiera sido por eso, ¿a dónde habría estado ahora?

-En Estados Unidos, con mi familia. En Nueva York. Pero no puedo, porque estos tratamientos bajan mucho las defensas. Inmediatamene después de la quimioterapia, y durante los 10 días siguientes, no puedes andar por cualquier parte, porque estás vulnerable.

"Estoy informado como para discutirle al doctor"

No sabe de ningún pariente, ni por el lado paterno ni por el materno, que haya tenido cáncer. Más aún, él siempre gozó de buena salud.

-Yo nunca había estado hospitalizado, por nada. Pero me tocó.

Cuando en septiembre pasado tuvo el infarto, pensó: "Bueno, eso le pasa a tanta gente; qué diablo". En este caso fue distinto:

-Uno nunca se imagina que le van a pasar cosas malas. Pero pasan.

-Con lo buen lector que es, seguramente buscó información y se lo debe haber leído todo...

-Sí, estoy informado como para discutirle al doctor. Pero estoy bien atendido y lo más importante es que voy bien; me he sentido bien. Parece que ha progresado mucho la medicina, porque administran las drogas antes de la quimioterapia, para evitar los efectos secundarios. Y al teminar la sesión también administran algo. Yo, en general, no he tenido efectos secundarios, hasta ahora.

Golpea madera.

Se levanta el sombrero estilo Panama Hat y descubre su cabeza para mostrar que no está "pelado". Luego vuelve a cubrirse.

-Me queda poco pelo, pero se suponía que se me iba a caer todo. Esa es una cosa extraña. Por lo menos en la cabeza todavía me queda algo. Pero ya no me importa.

-¿Al principio le importaba?, lo pregunto pensando en lo fachoso que suele ser usted...

-Lo que pasa es que uno lo asume.

-¿De qué manera lo asume, habiendo sido una persona tan sana y teniendo que enfrentar un diagnóstico con una enfermedad que causa miedo?

-Bueno, mi papá decía que yo era operado de los nervios. A lo mejor tenía razón. Además, he tenido mucho apoyo de mi familia, de mis amigos.

"Jamás en mi vida había conocido lo que era no tener plata"

Explica que, a diferencia de otros tipos de cáncer, lo suyo no es un tumor que se pueda operar.

-Son células que se activan de una manera extraña y generan una explosión que, si no se trata, obviamente te pueden llevar a la muerte. Esto lo tratan los hemooncólogos, porque tiene que ver con la sangre. Hay varios tipos de linfomas; el que yo tengo es de los curables.

-¿Ha hecho un análisis racional sobre los orígenes de su linfoma? Porque dicen que los cáncer tienen un componente anímico muy fuerte...

-Bueno, todas estas cuestiones de salud yo creo que son también consecuencia de mi quiebra, de mis problemas económicos que me afectaron muy fuertemente. Sin duda las preocupaciones. Ese fue el principio. No tengo ninguna duda de que todo eso te debilita, te distrae, te acongoja. En el caso mío fue muy impactante, porque yo finalmente quebré, quedé sin dinero. Jamás en mi vida había conocido no tener plata; siempre me fue muy bien en todo. Entonces, tuve 56 años con una vida prácticamente perfecta, pero me ha tocado tener tres o cuatro con muchos problemas.

"La idea de que el mundo siga adelante sin mí, no me gusta"

-¿Se ha planteado, por ejemplo, "me puedo morir"?

-No le tengo mucho miedo a la muerte, fíjate.

-¿Por qué?

-Porque me gusta mucho la vida y creo que la muerte es el fin, nomás. Lo que me molesta es el hecho de que las personas tengan que morir. Que el mundo siga adelante sin mí, no me gusta.

Lo dice y estalla en contagiosas carcajadas.

-No entiendo cómo puede ser una cosa así: ¡Pucha, si mañana uno desaparece, todo sigue igual! Me acuerdo que de niño una vez mi mamá recriminó a mi abuelo, porque se murió un gran amigo, y le dijo: Pero papá, cómo no va a ir a su funeral. "Para qué, si él no va a venir al mío", le contestó mi abuelo.

-Un catolico diría: "Dios mío ayúdame, que se haga tu voluntad". ¿Qué dice usted?

-Es que no creo en el más allá, en absoluto. Incluso en las circunstancias más difíciles, como cuando murió mi papá, que yo tenía una relación muy cercana con él, busqué y no encontré nada; para mí. La verdad es que lo tengo bien asumido: Esa es mi manera de pensar. Creo que la gente que tiene fe es más feliz, probablemente. Cuando veo en la televisión que entrevistan a un papá porque se le murió el hijo y dice: "Está bien, tenemos pena pero es la voluntad de Dios, está en un mejor lugar", pienso que no podría encontrar un consuelo así, porque estoy convencido que no es verdad.

-¿A quien le contó primero que nadie sobre su enfermedad?

-A mi esposa. Ella es médico, así que sabe muy bien de qué se trata. Lo tomó en una dimensión emocional fuerte, y luego en una dimensión profesional: de qué se trata esto, qué hay que hacer.

Una de las cosas que ha aprendido con la experiencia es que uno no sabe cómo se va a comportar, hasta que las cosas pasan.

-Si me hubieran preguntado hace 10 años que haría yo si de la noche a la mañana descubro que perdí todos mis ahorros, que no puedo pagar mis cuentas, habría dicho: "Me tiro de un salto por la ventana". Bueno, me pasó. Y aquí estamos, conversando.

-De repente da la impresión de que para usted es más fuerte la quiebra, que la enfermedad que tiene en este momento.

-Claro, de todas maneras. Sí. Me afectó más desde el punto de vista de mi identidad como persona, porque tiene muchas repercusiones sociales. Fuera de las repercusiones materiales, que son las menos importantes. Por último, yo tengo una profesión, puedo seguir ganándome la vida y ganándomela decentemente. Pero gente que no tiene redes, que no tiene nombre, que nunca ha tenido ningún poder y le pasa esto a los 55 o 56 años, ¿qué hace? Entonces, al final digo: aún en la adversidad uno es privilegiado y tiene mucho que agradecerle a la vida, aunque en los últimos tres años me ha tratado como las... Pero, de todas maneras, estoy agradecido. No me siento un desgraciado, ni pienso que conmigo se han cometido grandes injusticias; todo lo contrario.

"Hasta aquí voy bien"

Cuenta que sigue trabajando como abogado.

-¿Y qué pasó con su casa, que se la iban a rematar?

-He pasado por todo.

-¿Pero finalmente no se la remataron?

-Como decía el loro cuando se estaba cayendo del piso 20, al pasar por el 10, le pregunta alguien mirando por la ventana, ¿cómo vay? "Hasta aquí voy bien". Pero son todas consecuencias de cuando uno no puede pagar.

-¿Cómo se dio cuenta de que no tenía "ni uno"?

-Viendo mis cartolas.

-¿De un día para otro?

-Sí. Fueron inversiones que, cuando vino la crisis de 2008, en el plazo de 30 días perdí lo que tenía invertido, lo que tenía ahorrado, y se acabó. Y después no pude pagar los compromisos, que eran compromisos de una persona que tenía su patrimonio, sus ahorros, que podía cumplir perfectamente. Es como un tsunami que te pasa por encima y después que sacas la cabeza por el agua y empiezas a mirar la destrucción que quedó en tu vida, hay que rearmarla.

-¿Y no empezó su "caída" por el año 2006, cuando lo echó la Concertación porque usted dijo que ahí estaban desarollando la ideología de la corrupción?

-No, eso fue sencillos, vueltos.

-A partir de entonces se le empezaron a cerrar las puertas del mundo político...

-Pero eso no tiene ningún impacto económico.

-Pero usted reconoce que más que el impacto material fue el impacto social el que lo afectó...

-Pero eso no, porque al contrario, ahí hubo mucha gente que me apoyó. Cuando yo hablo de muerte civil es el tema plata. Una persona que experimenta una quiebra, por la razón que sea, en Chile es muy castigada. Esa es la cultura que nosotros tenemos.

Por el año 2007, en un avión, perdió el Rollex que le regaló el papá al cumplir 18 años y que no se había sacado más.

-De lo material, ¿hay algo que eche de menos?

-No. O sea, lo que me gustaría es tener suficiente para pagar todas mis deudas. Para eso estoy trabajando.

-¿Sigue viviendo más o menos bien?

-O sea, no como antes, pero mejor que muchos, también.

-¿Cambió el auto?

-No.

-O sea, aparentemente como que conserva lo que se ve...

-Bueno, todavía. No saquemos conclusiones alegres antes de tiempo.

-¿Le ha preguntado a algún adivino por su futuro?

-Para ser ateo, creo bastante en el destino. No me interesa saber el futuro, salvo que me garanticen que va a ser muy auspicioso. 

Queremos conocerte. Por favor, responde esta encuesta.
Redes sociales
Redes sociales
Portada

Cerrar

img