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Bárbara y Felipe Kast: conociendo los caminos del padre muerto a los 34 años

Son hijos de una leyenda del gremialismo, Miguel Kast. Van detrás de sus propias metas, con una fuerte influencia del apellido. Felipe sacó el liderazgo del padre y ella, su espiritualidad, más la sensibilidad de la mamá.  

por:  Por Lilian Olivares /La Segunda
sábado, 29 de diciembre de 2012
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Bárbara se parece a Bárbara. Fue al mismo colegio de Bárbara -el Mariano- y tuvo clases en la sala Bárbara Kast.

Bárbara Kast Sommerhoff es la sobrina de Bárbara Kast Rist, una especie de Laurita Vicuña para los shoenstattianos, que murió en un accidente de auto en un día como hoy, hace 44 años, dejando un diario de vida que revela su búsqueda de santidad. Fue el 29 de diciembre de 1968, 11 días después de haberse consagrado a la Virgen.

Esa es la historia menos conocida de los Kast. La otra, la que hizo noticia, fue la muerte del padre de los hermanos Kast Sommerhoff: ek ex ministro del gobierno de Augusto Pinochet, Miguel Kast, en septiembre de 1983, ocho meses después de habérsele detectado un cáncer óseo. Tenía 34 años, había desarrollado el "Mapa de la Extrema Pobreza" y dejó a sus amigos convencidos de que algo de santo había en ese schoenstattiano profundamente religioso.

El padre de Bárbara y Felipe es una leyenda de la década de los '80. Ella apenas lo conoció; tenía dos años cuando él murió. Felipe contaba con 8. Por esas paradojas de la vida, se convirtió en el ministro más joven del gobierno de Sebastián Piñera como titular de Mideplan, donde antes estuvo su progenitor.

A primera vista, la menor de los hermanos Kast Sommerhoff heredó la espiritualidad de papá; y Felipe, su impulso ejecutor.

"Mi padre nos dejó dos casettes grabados, hablándonos de su vida", cuenta Bárbara, que terminó de construir la imagen paterna -que había formado a través de su familia y de los casettes heredados- haciendo campaña para concejal por Paine. En esos andares, conversó con muchas personas que lo conocieron y le hablaron de él.

La madre, Cecilia Sommerhoff, tenía 32 cuando quedó viuda. Se casó 8 años más tarde con el concertacionista Javier Etcheberry, ex director del Servicio de Impuestos y ex ministro de Obras Públicas, quien ha sido "un padre para mí", dice Felipe.

Más allá de la madre y del padrastro, los abuelos paternos tienen hasta hoy una fuerte influencia en los hermanos.

Este Año Nuevo, a la hora del balance de 2012 y antes de cambiar el calendario, Bárbara registrará entre los haberes del año su elección como concejal municipal de Paine, ahí donde hay raíces familiares y donde pasó los fines de semana. Y Felipe pedirá un deseo: que tome fuerza su nuevo emprendimiento, el movimiento político que acaba de fundar: "Evolución Política".

La marca Kast

Nietos de inmigrantes alemanes, sus abuelos tuvieron una increíble historia de amor. Se conocieron cuando, al fugarse de un campo de prisioneros a fines de la II Guerra Mundial, don Miguel Kast pasó a visitar a la familia de un compañero de prisión para darle noticias de éste. Ahí le presentaron a la hermana del compañero, Olga Rist, y se casaron un año después.

Buscando un lugar seguro para hacer familia, don Miguel arribó a Chile y decidió instalarse en Paine. Meses después llegó doña Olga con los dos primeros hijos del matrimonio: Miguel y Bárbara.

Vivieron apreturas económicas, intentando plantación de hortalizas, venta de pollos... hasta que, años más tarde, lograron instalar una marca: Bavaria. Doña Olga hacía lomitos y los vendía en un kiosco en Buin. Hasta que se instaló con un restaurante que fue la base de la cadena Bavaria, a la vez que abrieron una fábrica de cecinas del mismo nombre.

El matrimonio desarrolló su vida en el campo. Supo del trabajo duro y sufrió la pérdida de tres de sus 10 hijos a temprana edad: Además de Miguel y Bárbara, también falleció Mónica, quien cayó a un canal en Linderos.

El coraje marcó a la familia.

Casados con cubana y brasileño

Bárbara no sólo es la menor, sino la única mujer de los cinco hermanos Kast Sommerhoff. Cuando murió el papá, se cobijó junto a su madre, con quien durmió durante largo tiempo.

--Nos marcó mucho la pérdida de mi papá, su ausencia. Pero mis abuelos siempre nos acompañaron, siempre estuvieron con nosotros. Y mi mamá se preocupó de que tuviéramos una infancia normal. Ella es muy sensible y creativa.

-¿Te pareces a ella?

-En la sensibilidad tal vez, pero yo soy más estructurada.

-¿Y Felipe?

-Felipe es mucho más concreto; yo soy más soñadora.

Dice Felipe:

--Mi hermana siempre ha sido de mucho carácter, con mucha fuerza, muy empujadora. Que hoy sea concejala es el reflejo. Tiene una vocación social muy profunda. Siempre he dicho que es de las que tiene más fortaleza interior.

Fortaleza que Bárbara puso a prueba cuando estuvo a punto de perder al segundo de sus cuatro hijos, el segundo dolor más grande de su vida.

-Y para ti, Felipe, ¿cuál ha sido el mayor dolor de tu vida?

-Sin lugar a dudas, la pérdida del papá. Pero Javier (Etcheberry) ha sido un padre para mí, un gran compañero, un consejero. Cuando asumí como ministro a los 22 años, como él conocía bien la política, se transformó en un gran consejero y gran amigo. Me ha acompañado en las distintas decisiones que he tomado.

-Bárbara, ¿qué ha significado Etcheberry para ti?

-La estabilidad, y la contención. El es muy analítico, muy racional, pero a su vez es muy cercano. Yo creo que debe sentirse orgulloso de los logros que tenemos todos.

Los hermanos Kast no eran brillantes en el colegio. Felipe priorizaba el deporte, e incluso pensó en viajar a Estados Unidos para dedicarse de lleno al básquetbol. Pero su abuelo le preguntó cómo creía que sería más feliz, "¿jugando básquetbol o haciendo algo que tenga más sentido?". Fue el punto de quiebre para el joven. Entró a estudiar Economía en la Universidad Católica, se incorporó al gremialismo siguiendo la línea de su padre y en cuarto año tomó una decisión sorprendente: congeló para irse un año a Cuba.

-.Con tu viaje a La Habana ganaste a tu esposa (una cubana que conoció en la isla, madre de sus cuatro hijos), ¿qué te indujo a partir allá a estudiar el régimen de Castro?

-Básicamente, me tocó conocer a un sacerdote que se sentía muy reprimido en su capacidad de hacer acción social en La Habana. Con unos compañeros nos fuimos a estudiar marxismo para hacer un movimiento social allá, representando al movimiento de Schoenstatt, que nos dio mucho apoyo.

Bárbara también conoció a su marido en el extranjero. Estaba de vacaciones en Brasil, en Río Das Pedras. En Paine armaron su vida. El trabaja en una corredora de bolsa y la apoya mucho ahora que ella tiene responsabilidades políticas como consejera municipal.

"Lo que a mí me gusta de ser Kast es que tiene un sello de gente trabajadora, muy emprendedora y con una conciencia social muy grande, que se la ha jugado por la gente", comenta Bárbara. Y sigue: "Para mí,.en ese sentido, ha sido un orgullo ser Kast. Valoro mucho en las personas cuando son jugadas, trabajadoras, idealistas y responsables".

-¿Y tú, Felipe, lo sientes como una responsabilidad?

-Hay una responsabilidad, sin lugar a dudas. Mi padre le impregnó a la centroderecha un carácter social que probablemente necesitaba, para poder hacer de verdad un sueño más justo, y que la UDI tuviera una impronta social. Por lo tanto, hay una bonita herencia, que la asumo con mucha humildad pero a la vez con responsabilidad.

Paradójicamente, Felipe no milita en la UDI, pero sí lo hace su hermana Bárbara. Se inscribió en el partido y así postuló a concejala.

-Yo sola tomé la decisión. Llevaba varios años trabajando en colegios de la comuna y me daba cuenta de que a través de la municipalidad se podía aportar mucho porque esa gestión afecta directamente a la vida de las personas.

-Y con cuatro hijos, uno de los cuales tiene un año, ¿alcanza el tiempo?

-Es compatible con la vida familiar. Hay reunión una vez a la semana y los otros eventos se pueden ir amoldando. Trabajo también ayudando en una corporación de empresarios del Maipo para el fomento lector; y con mis hermanos tenemos a cargo un campo forestal que nos dejó mi papá.

-¿Te gustaría ser alcaldesa?

-Sí, pero más adelante, cuando crezcan mis hijos, porque es mucha responsabilidad.

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