El ministro de Educación advierte: "Si los planteles quieren subsistir, van a tener que ponerse las pilas desde ya". Explica que se creyó que "aumentar la cobertura era suficiente, pero nadie miró cómo asegurar la calidad. Ese fue un gran error y ahora estamos pagando el costo". Dice que mientras se aprueba la Superintendencia de Educación Superior, su cartera estará mucho "más encima" de los planteles: "Ya estamos incomodando a algunas instituciones... no sólo privados, también públicos".
Sentado en uno de los sillones de su oficina -donde destaca sobre un mueble el libro "El conflicto de las universidades: entre lo público y lo privado"- aborda sin tapujos la crisis que han generado los profundos cuestionamientos del actual sistema que supone debía asegurar la calidad de las universidades.
Tampoco rehúye la arista judicial que ha tomado el caso y que incluso salpicó al gabinete del Presidente Piñera, provocando la salida del ex ministro de Justicia, Teodoro Ribera, dadas sus vinculaciones con el ex presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), Luis Eugenio Díaz, quien está preso por soborno.
Beyer asegura que el Mandatario está preocupado de lo que está ocurriendo con el actual sistema de acreditación, que ha sido un tema de conversación permanente estas últimas semanas y que "está muy decepcionado con lo que ha ocurrido". Pero a la vez, que está convencido de que el proyecto de ley que ingresarán la próxima semana al Congreso resolverá las debilidades que quedaron en evidencia, ya que elevará fuertemente los estándares mínimos de calidad exigidos a las instituciones.
"A uno le sorprenden los casos de corrupción, pero no que el sistema actual que fue creado en 2005 en todo este tiempo no lograra aumentar las exigencias de calidad a los planteles: era insuficiente para asegurar estándares de calidad y las inhabilidades (dentro de la CNA) quedaron débilmente establecidas", dice Beyer.
"El sistema está construido para las instituciones"
Dice que "cuando estaba en mi anterior trabajo, se escuchaba que el sistema de acreditación no era todo lo transparente que parecía".
Admite que desde hace años se evidenciaba una falta de regulación en la educación superior: "En el 2000 había 200 carreras de Pedagogías y el 2009 ya eran mil. ¿Cómo es posible que el sistema en tan poco tiempo creara tantos programas sin ningún esfuerzo para controlar su calidad?".
Y él mismo se responde: "Lo que pasó aquí fue la ilusión de que aumentar la cobertura era suficiente, pero nadie miró cómo asegurar la calidad. Ese fue un gran error y ahora estamos pagando el costo porque no existe ningún resguardo en ese sentido".
-En la campaña presidencial el Presidente usó el slogan de mayor calidad de la educación, pero este proyecto lo están enviando ahora...
-Es cierto que el 2009 teníamos el diagnóstico de que el sistema de educación superior no había dado el ancho, pero el terremoto cambió todas las prioridades y hubo que enfocarse fuertemente en la educación escolar. Con el Presidente hemos hablado mucho sobre el tremendo desequilibrio que hay entre las instituciones y los estudiantes. Creemos que el sistema actual está construido para las instituciones y muy poco para el lado de los alumnos.
"La idea es que las Ues hagan bien su pega"
Ejemplifica diciendo que "en la acreditación se les hace la vida fácil a las instituciones y no hay un nivel de trasparencia ni fiscalización adecuado. El sistema pasó en pocos de años de 200 mil alumnos a más de un millón de estudiantes, y nadie se preocupó del marco regulatorio. Claramente faltó una buena regulación y sigue faltando. Eso es lo que intentamos cambiar ahora con los proyectos de Superintendencia de Educación Superior y con el proyecto de nuevo sistema de acreditación".
-Esos son los mismos argumentos del movimiento estudiantil, que reclama que se trata a los alumnos como clientes.
-Tienen razón en eso, sus inquietudes son válidas. Creemos que cada institución, independiente de su misión, tiene que cumplir con estándares básicos de calidad que hoy no están garantizados. La idea no es abrir y cerrar universidades, la idea es que las universidades hagan bien su pega y tengan instalados mecanismos que aseguren un buen funcionamiento.
Y agrega que así como el Estado permite a las instituciones entregar títulos (cuando les da la autonomía), "es el Estado quien debe regular que se cumplan algunos estándares mínimos de calidad, y eso está fallando".
"Algunos parlamentarios se inhibieron de deliberar"
Por eso, urge, se requiere aprobar a la brevedad el proyecto de Superintendencia de Educación Superior que desde hace un año se tramita en el Congreso.
"No logro entender por qué no avanza su tramitación. Si uno revisa las críticas que se le han hecho, no son tan profundas... nos podemos poner de acuerdo. Pero creo que algunos parlamentarios se inhibieron de deliberar", dice.
Y agrega: "Entiendo que los rectores y los dirigentes estudiantiles han hecho sus planteamientos y que responden a grupos de interés, pero los parlamentarios tiene el deber de deliberar para definir lo mejor para el país".
Recalca que el proyecto de nuevo sistema -que establecerá acreditar por 6 años, no acreditar o una acreditación provisoria por 3 años no renovable- obligará a universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica a mejorar sus niveles de calidad. "Si los planteles quieren subsistir, van a tener que ponerse las pilas desde ya y si una institución no puede cumplir con los nuevos estándares de calidad, va a tener que desaparecer".
-Si se aplicara hoy este sistema...
-No son muchas las instituciones que lo pasarían. El tema es que hoy el sistema permite que las instituciones no hagan mucho esfuerzo para funcionar.
-Es paradójico que un gobierno de derecha decida regular este tema, afectando intereses de algunos empresarios.
-El Presidente Piñera desde siempre ha planteado la necesidad de que en todo ámbito existan reglas claras, muy precisas y exigentes. Dentro de ese marco las instituciones de educación superior se pueden desenvolver libremente. No queremos coartar a las instituciones, pero estamos conscientes de que hoy no existen esas reglas y hay que establecerlas, no queremos más discrecionalidad.
-¿Aunque eso signifique asumir costos?
-No estamos defendiendo a las instituciones, estamos defendiendo un equilibrio razonable entre los intereses de las instituciones y los estudiantes. Sé que estamos afectando distintos intereses... pero no nos vamos a detener en exigirles más calidad a las universidades.
Y anuncia que mientras se resuelve la Superintendencia "vamos a levantar los estándares de fiscalización, regulación y exigencias para todos los actores educacionales. Ya estamos incomodando a algunas instituciones, les estamos preguntando cosas que no nos calzan, abriendo procesos, pidiendo explicaciones. Esto nunca se había hecho, nadie se había atrevido a cerrar una universidad por ejemplo".
Y agrega que están en pleno proceso de instalación de un sistema interno que permite a su cartera "estar mucho más encima de las instituciones, no sólo privadas... también públicas. Estamos enviando preguntas, requerimientos y oficios a varios planteles por situaciones en los balances que nos parecen extraños. Por ejemplo, cuentas corrientes con empresas relacionadas que no pagan intereses".
Casi listo el plan de cierre para la U. del MarYa casi listo está el "plan de cierre" que el ministerio tiene preparado para el cierre de la Universidad del Mar, si es que el Consejo Nacional de Educación (CNE) acoge esa solicitud.
"Considera hacernos cargo nosotros de la administración de la institución porque queremos asumir la responsabilidad de acompañar a los estudiantes en todo el proceso, reubicar a los que quieran trasladarse y defender sus intereses", dice Beyer.
Admite que ya están "negociando" de manera informal con algunas casas de estudios dispuestas a recibir a los alumnos.
"Tenemos que esperar la decisión de la CNE y si se acepta nuestra solicitud, debemos ver cuántos pueden ser reubicados y cuántos no. Y los que no puedan o no quieran terminar en otros planteles, también debemos darles soluciones", dice .