La Fiscalía Sur, el Sename y los Tribunales de Familia evalúan la posibilidad de gestionar la reubicación de las jóvenes -junto a sus familias- involucradas en la red de explotación sexual de menores que operaba en el centro de Santiago y que fue desbaratada la semana pasada.

Ello luego que algunas de las niñas, de entre 15 y 17 años, señalaran que fueron identificadas por personas de las poblaciones donde viven.

"La gente no está preparada para entender que ellas son víctimas... Y en algunos casos las miran raro y las tratan mal", señaló esta mañana la jefa de la Unidad Regional de Atención a Víctimas y Testigos (Uravit) de la Fiscalía Sur, Gabriela Cruces.

Sin embargo, explicó que el tema es complejo, pues reubicarlas implica desarraigarlas. "Ella preguntan: ¿Si somos víctimas, por qué tenemos que cambiarnos de casa?", apuntó la profesional.

La abogada indicó que desde que estalló el caso han estado siguiendo y conteniendo a las menores y sus familias con psicólogos, asistentes sociales y abogados.

"Cuando se activó el operativo y supimos que había víctimas menores y testigos, nos constituimos en la unidad policial", para saber qué nivel de vulnerabilidad tenían y por qué ingresaron a la red.

"Problemas socioeconómicos importantes y familias que trabajan mucho fue con lo que nos encontramos", subrayó Cruces.

Añadió que a partir de ahí comenzaron a tener contacto telefónico y presencial con las víctimas porque la prioridad es realizar un trabajo de contención y protección.

"Hablamos con ellas a cada rato, porque a medida que se sienten mal nos llaman o las traemos a la unidad. Están muy afectadas y pendientes de la prensa porque no se sienten entendidas", sostuvo la abogada, quien manifestó que todo indica que las familias no estaban al tanto de lo que hacían las jóvenes.

Respecto a lo que las niñas les solicitan a la fiscalía, Cruces afirmó: "Nos piden que la prensa no dé a conocer sus datos y que tampoco culpen a sus familias".

No obstante, la abogada declaró que, sin perjuicio de eso, están indagando la posibilidad de que alguno de los adultos de su círculo cercano (padre, madre o abuelos) hayan sabido sobre lo que estaba pasando. La funcionaria de la fiscalía enfatizó que también están trabajando con las víctimas el personal de la ONG Raíces y del Centro de Atención a Víctimas de Atentados Sexuales (Cavas).

Supuesta hermana de víctima

Ayer, en tanto, una supuesta hermana de una de las víctimas, que se identificó como Juanita, llamó al programa "Cuéntamelo todo" de Radio Pudahuel, donde afirmó estar muy afectada.

La mujer aseguró que sentía "rabia e impotencia" y que su hermana había comenzado a participar en la red a los 14 años, pero que hoy es mayor de edad.

Agregó que sospechaba que algo pasaba porque veía muchos lujos en la casa. "La drogaban para que no sintiera dolor", dijo entre lágrimas Juanita, quien afirmó que su madre estaba al tanto de lo que hacía su hermana.

"Ella sabía todo... Actuó como cómplice", añadió la mujer, quien dijo haber enfrentado a su mamá cuando supo lo que estaba pasando. Sin embargo, su madre le dijo que necesitaban el dinero.

Además, relató que se había comunicado con su hermana, quien tras ver por televisión que la red había quedado al descubierto sentía mucho miedo.

"La tienen amenazada... Yo la voy a mandar al sur", declaró Juanita, quien hizo hincapié en que "si uno no denuncia, esto va a seguir y ellos (los 16 imputados que ayer quedaron en prisión preventiva) van a salir (de la cárcel)".