Política
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Adolfo Zaldívar aborda de frente su cáncer: "Fue como chocar con la cordillera, a 5 mil kilómetros por hora"

"Ha sido quizás la experiencia más dura de mi vida"."Cuando me dijeron que el asunto era de días y no de meses, tomé la decisión de inmediato". "Yo, que estaba acostumbrado a manejar todo, hoy me doy cuenta que estoy en manos de otros".

por:  Lilian Olivares/La Segunda
sábado, 03 de noviembre de 2012
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No quiere tango, advierte. Aunque le gusta la música argentina.

El embajador en ese país, Adolfo Zaldívar, se encuentra en Santiago. No porque viniera a votar en las municipales.

Adolfo está en Chile sometiéndose a su segunda sesión de quimioterapia.

Se ve más delgado. Dice que su mujer, la escultora Alicia Larraín, encuentra que le hacía falta bajar unos kilos. El reacciona: "¡Pero no tenía que ser con este sacrificio!"

Ha recuperado algo del peso que perdió al principio. Lleva seis meses diagnosticado.

Tiene cáncer al páncreas.

El próximo lunes y luego el martes tendrá sus últimas dos sesiones de quimio. El miércoles descansará y el jueves tomará el avión a las ocho de la mañana, para estar al mediodía en el Palacio San Martín, en una reunión bilateral de ministros.

Todo lo cual lo cuenta en su casa de adobe, en Vitacura, donde se hace latente el mundo del matrimonio: "Mi esposa puso los cuadros, yo los libros y los muebles son herencia", comenta en un ambiente rodeado de arte.

Desde la ventana se aprecia el amplio jardín, donde es fácil imaginar a los nietos corriendo por el pasto, cada domingo, cuando los abuelos están en casa. También se divisa el taller de Alicia, el lugar más iluminado de la casa, construido como extensión a la residencia que tiene doscientos años y que ellos compraron en los 80. Al otro lado está el escritorio de Zaldívar, un lugar más pequeño, amurallado de libros.

Y al frente nuestro está él, para contar su historia.

-Es un tema que no me gusta hablar. Creo que hay que asumirlo con discreción y decisión, y fue lo que hice cuando lo supe. Pero ya ha pasado un tiempo y, de alguna forma, creo que es bueno abrirse un poco.

Fue en abril.

-Yo estaba muy feliz en Buenos Aires. Había vuelto después de cruzar la cordillera a caballo con mi amigo José Luis Gioja, el gobernador de San Juan, en compañía de mis tres hijos varones y de mi yerno.

La aventura duró cinco días. Cabalgaban 10 horas diarias, rememorando el paso de San Martín y O'Higgins por el cruce de Los Patos. Dormían en carpa, sobre los peleros de los caballos.

Después del viaje, volvió a Chile a pasar sus vacaciones de verano.

-Volví a nadar, comí porotos granados, que me encantan. Estaba feliz.

De repente sintió un pequeño malestar en la boca del estómago, un poco más arriba, pero no le dio "boleto". Le siguió al regresar con su esposa a Buenos Aires. Era un continuo. Alicia le empezó a reclamar, porque no iba al médico.

Se tomó exámenes en la Clínica Alemana. El 17 de abril el doctor Rodrigo Valderrama advirtió la gravedad. Requirió nuevos exámenes. Y le contó que estaba en Chile un gran cirujano, el doctor Ricardo Rossi.

Le pidió al médico una reunión con Rossi y su familia. La cita se concretó ese mismo día, a las 8 de la noche.

-Yo estaba con mi señora y mis hijos, y le pedí al doctor Valderrama que me repitiera lo que tenía. Cuando él y el doctor Rossi terminaron de hablar, no me demoré ni 30 segundos en tomar una decisión: "Usted me opera mañana, doctor", le dije.

Cuando Alicia retiró los segundos exámenes, confirmaban el cáncer. La buena noticia era que no había metástasis.

-Fue como chocar con la cordillera, a 5 mil kilómetros por hora. Yo tenía antecedentes de mi hermano menor, Rodrigo, que falleció (en 1995, víctima de la misma enfermedad). Cuando me dicen que el asunto es de días y no de meses, tomo la decisión de inmediato, y el resto lo dejé en manos de Dios y del cirujano.

"El proceso de curación avanza notablemente"

El doctor Rossi lo operó al día siguiente. Y al subsiguiente se levantó a caminar por la clínica.

-Es que el doctor Rossi, después que me sacó todo, me dijo: "Bueno Adolfo, ahora depende de ti". Y no he parado, con quimio o sin quimio, camino todos los días una hora.

Después de la operación comenzó la segunda parte de su lucha: el tratamiento con el doctor Manuel Alvarez, de la Clínica Las Condes.

-Es también un médico excepcional. Estoy absolutamente entregado en sus manos. Y este proceso de curación ha avanzado, de acuerdo a lo médicos, notablemente. Estamos a punto, ya, de terminarlo, y no quiero hablar más. Me siento muy confiado, muy sereno, porque creo que, según los médicos, he tenido una recuperación increíble y notable.

No ha sufrido las peores expresiones del tratamiento, asegura. Sin embargo, reconoce que "ha sido muy duro, quizás la experiencia más dura de mi vida. Me he entregado absolutamente en manos de los doctores, que me han dicho que mi caso es realmente excepcional, prácticamente no se nota el tratamiento".

En Buenos Aires continúa su tarea de embajador normalmente, luego de las quimioterapias.

-Una vez que termine esto, vamos a entrar en la etapa de controles. Pero eso lo tienen que decir los médicos y yo acato absolutamente lo que ellos me digan.

La asume como una enfermedad más que, si se enfrenta a tiempo y con los métodos adecuados, es perfectamente sanable.

-Es lo que me dicen que va a ser mi caso, y eso espero. Siempre he estado aceptando la voluntad de Dios y siento que hoy se me está dando una segunda oportunidad, y espero hacerlo mejor que la anterior.

-Hay muchos casos, cada vez más, de cáncer actualmente...

-Muchos más de lo que uno imagina. La gente los oculta y con razón; se asustan. Pero hoy esto es un asunto donde se ha avanzado tremendamente y yo he tenido a mi disposición todos los avances. En Chile tenemos excelentes cirujanos y oncólogos de categoría mundial, como el doctor Alvarez. El problema es que esto es muy caro, pero yo he podido hacerlo y estoy agradecido de eso.

"Esta primavera ha sido maravillosa"

El otro día en Buenos Aires fue con su esposa a ver el reestreno de "Casablanca".

-Disfruté mucho con Humphrey Bogart. Nos encantó la película, me encantó volver a verla.

-Por eso me dijo por teléfono que estaba muy bien, como Humphrey Bogart. Por momentos, hasta se le ve cara de niño...

-Es curioso lo que me dice, porque he vuelto en muchas cosas a ser niño. Por ejemplo, me encantan las cosas simples, que las había dejado por cosas tan graves que no tienen ninguna importancia. Andaba siempre apurado. Hoy disfruto de una película como Casablanca, de las buenas actuaciones de Ingrid Bergman y Bogart.

La conversación trae imágenes sucesivas a su mente:

-Disfruto cuando camino sobre las hojas, cuando he vuelto a caminar junto al mar. Todavía no he vuelto a nadar, pero espero hacerlo pronto. Me encantan los atardeceres, sentir el viento en la cara. Ver a mis nietos, ver su sonrisa, ver un atardecer. A veces, cuando me despierto en la mañana, me gusta sentir el ruido de los pájaros, adivinar cuál es uno, en esta primavera que ha sido maravillosa.

Cuenta que hace poco estuvo en el norte de Argentina:

-Vi florecidos los jacarandá y me acordé de mis padres, que tenían uno en su jardín. Esa flor celeste la asocié con los ojos de mi madre. He tenido momentos maravillosos... caminar con mi señora, conversar tranquilos, que nadie nos apure, en fin.

La experiencia le abrió una nueva perspectiva:

-Fue una señal de que la vida no nos pertenece, y de nuestra fragilidad. Darnos cuenta de que en cualquier momento las cosas pueden cambiar. Yo, que estaba prácticamente acostumbrado a manejar todo, hoy me doy cuenta de que estoy en manos de otros. Lo único que puedo hacer es reflexionar sobre las alternativas que tengo. Esto me ha llevado a reflexionar muy serenamente, a restablecer una relación con Dios, porque se viven momentos duros cuando uno está luchando con esto.

 "Yo estoy para la gran política, no para la pequeña política, ni menos para la politiquería"

Adolfo Zaldívar sigue entusiasmado con su objetivo como embajador en Argentina: profundizar la integración con Chile. No habla de Cristina Kirchner, sino de las obras conjuntas de ambos países.

Está redactando un tercer ensayo sobre integración, planteando las tesis definitivas de lo que ve como el desafío del siglo XXI, que espera presentar en diciembre.

-Lo más importante, después del orden interno de un país, es la buena relación con los vecinos. Acepté la embajada sin dejar de ser lo que soy.

Se refiere a sus principios ideológicos como fundador del PRI, el Partido Regionalista de los Independientes, que creó después de ser expulsado de la DC por rechazar la inyección de nuevos recursos al Transantiago en 2007, que respaldaba la Concertación.

-Hace tiempo que estoy actuando con mucha libertad, después de que tuve la crisis en la Concertación. Encontré que yo podía ser un aporte como embajador, para lograr algo que estimo de gran importancia, tal como lo hice cuando planteé corregir el modelo económico social en Chile. Hoy pienso que si me hubieran hecho caso quizás se podrían haber enfrentado mejor las cosas. No para destruir el modelo, como algunos plantean, sino para emparejar la cancha.

-Al asumir como embajador de Piñera, ¿le pasó como a Jaime Ravinet, que en la Concertación le dieron la espalda?

-Claramente yo no he entrado al Gobierno. Le acepté al Presidente Piñera un cargo de embajador para servir a Chile, y a esto me he entregado de cuerpo y alma, y he recibido un gran respaldo en mi tarea, especialmente del canciller, con el cual he actuado en plena sintonía. En este momento estamos abocados a profundizar una relación con Argentina. En ese sentido, hace un mes se restableció el ferrocarril entre Antofagasta y Salta, que va a unir todo el noroeste argentino más lugares importantes de Brasil, Paraguay y el sur de Bolivia, con los puertos del norte de Chile, Mejillones y Antofagasta. Ese tren estuvo parado 20 años. Nosotros hemos logrado restablecerlo y empezó a funcionar.

Cuenta que se está a punto de llamar a licitación del túnel que va a unir la provincia de San Juan con Coquimbo, que impulsa el gobernador José Luis Gioja. Explica el efecto que tendrá esta unión con zonas industriales y agropecuarias de Argentina que tienen gran importancia, como Rosario y Córdoba. "Y, lo más importante, se ha seguido avanzando, en fase de estudio, una obra que impulsa el sector privado, que es el ferrocarril de baja altura de los Andes, que tendría su inicio en Buenos Aires con una fuerte presencia de todo el sur de Brasil, de Uruguay, por cierto Buenos Aires, Rosario, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, San Luis, toda la Quinta Región, la Metropolitana, para converger en los puertos de San Antonio y Valparaíso".

Dice que estas obras, más el túnel de San Juan, significan transportar más de 70 millones de toneladas de carga anuales, en ambos sentidos. "Comprende más de tres millones de kilómetros cuadrados. Concentra al 65 por ciento del producto geográfico de América del Sur. Esto sería el nuevo Canal de Panamá, manejado por chilenos y argentinos".

Lo entusiasma el tema, mucho más que hablar de las recientes elecciones municipales, pese a que está muy contento por los resultados del PRI, que logró el 7,63% de los votos. "Han sacado más votos que el Partido Comunista, que el Radical, doblaron prácticamente al PRO y en regiones este partido es más grande en muchas zonas que el PPD y que la propia Democracia Cristiana", afirma.

-¿Y qué le parece que los únicos dos diputados del PRI, Alejandra Sepúlveda y Pedro Araya, estén a punto de renunciar al partido?

-Yo actualmente soy embajador, y en eso he sido muy celoso. No participo de la política interna del país. Ahora, es cierto que tengo un cariño muy grande por el PRI, porque lo formé, pero no entro en sus problemas menores. Para eso está la directiva del partido, de la cual me he sentido muy orgulloso.

Dice que el presidente del PRI, Carlos Olivares, citó a un consejo plenario para enero próximo.

-Yo voy a venir -puedo participar en un acto interno-, porque creo que lo que ha ocurrido es de enorme trascendencia para el país y espero reflexionar con ellos sobre alta política, y cómo hay que hacer para el futuro. Por ejemplo, he visto que hoy le echan la culpa al voto voluntario. El problema hoy en la sociedad chilena, y especialmente de los jóvenes, es que no se sienten representados. Si no hubiese habido voto voluntario e inscripción automática, estaríamos iguales. Esto es mucho más grave porque, habiéndoles facilitado a los jóvenes, no fueron a votar.

-¿No será que hoy, con casi pleno empleo, no hay una crisis que motive a volcarse a las urnas?

-Puede ser, pero, ¿por qué tuvimos a un millón de personas en las calles (en manifestaciones)? El PRI supo interpretar muy bien la realidad regional, pero ahora hay que interpretar la nacional.

Y continúa:

-Es cierto que en Chile hay pleno empleo, pero la gente no está feliz con eso; quiere hacer suyo el país. Hoy siento que el país se aleja de la gente, no hay un ideal, no hay nada épico, nada grande, trascendente. No se puede pretender dirigir un país con la mentalidad de una góndola en un supermercado. La gente quiere saber por qué vivir. Yo quiero ver a Chile desarrollado, pero no meramente económico, sino un país donde haya justicia social, integrado. Quiero aportarle a Chile; estoy haciéndolo como embajador. Y ahora quiero aportar también en esta materia.

-¿Cuáles son sus planes postembajada?

-Déjeme primero salir del cáncer. Yo estoy para la gran política, no para la pequeña política, ni menos para la politiquería. Estoy para reflexionar con todos y para encontrar el camino adecuado para Chile, donde, por cierto, hay que hacer rectificaciones profundas si queremos paz social y desarrollo pleno.

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