Ofrecimientos van desde unos pocos miles de pesos hasta un millón, como ocurrió la semana pasada en Hualpén. Una gran parte de los casos ocurre en el contexto de infracciones de tránsito, pero también turistas extranjeros han sido sorprendidos. Sólo en lo que va del año ya se han registrado 131 casos.
Foto real de un intento de cohecho que se produjo en el norte este año.
Y no sólo con 3,39 de alcohol marcados en el alcotest, sino que además se le acusó de intentar sobornar con $100.000 a los carabineros que la habían detectado conduciendo marcha atrás.
Su caso no es frecuente, pero las estadísticas confirman una tendencia al alza en los últimos tres años de este delito, que es denunciado por los propios uniformados.
El Departamento de análisis criminal de Carabineros entregó a "La Segunda" cifras sobre sobornos y cohechos (las figuras son distintas dependiendo de si el uniformado recibió o no el dinero. En general los policías esperan a tener la plata en su mano a fin de llegar con más pruebas ante el tribunal, se explicó).
Así, los números indican que en 2010 hubo 112 intentos de pagos a efectivos de Carabineros. La cifra subió el año pasado a 168. Este año, en cambio, sólo hasta agosto pasado se habían producido 131. Es decir, una tendencia al alza, considerando que a estas estadísticas les faltan los siguientes cuatro meses.
Un caso para recordar
$ 1 millón y al contado.
Eso fue lo que ofreció Jimi Bastías (36) a un suboficial de la Cuarta Comisaría de Hualpén, Región del Biobío, para evitar que el funcionario lo ingresara al hospital local para hacer la alcoholemia respectiva, luego de que el hombre, en estado de ebriedad, chocara otro vehículo.
Así lo contó a "La Segunda" el capitán de esta unidad, Miguel Gatica. "Esto pasó el 5 de octubre recién pasado, en la tarde. El personal de servicio recibió la denuncia de un conductor en maniobras riesgosas. Cuando el funcionario llegó al lugar, procedió a fiscalizar y trasladar al sujeto para hacerle la alcoholemia. Mientras esperaban por la atención médica, el conductor ofreció a un suboficial mayor $ 1 millón para que dejara el procedimiento sin efecto. El funcionario no aceptó e informó a la fiscalía correspondiente".
Este es uno de los mayores montos que se conozcan en la policía uniformada. De hecho, las cifras ofrecidas suelen ir desde unos pocos miles de pesos hasta algunos cientos de miles.
Y en Carabineros recalcan que el rechazo a este tipo de pagos -si bien reconocen que hay un porcentaje menor donde policías pueden aceptar este tipo de pagos- se debe a un tema de "cultura y doctrina" (ver recuadro). Asimismo se recordó que se han mejorado los sueldos de los policías. Además, los controles internos son permanentes sobre el accionar de los uniformados en la calle.
Dinero, joyas y beneficios a familiares
Los ofrecimientos son variados. Lo primero es el dinero, sea moneda nacional, dólares o euros si se trata de extranjeros. En algunas oportunidades, indicaron oficiales, se les ofrecen hasta joyas y beneficios para familiares, ya sea porque conocen al funcionario o porque los sobornadores trabajan en organismos públicos o con cargos importantes de acceso al poder.
La mayor presencia de estos hechos se registra en las regiones de Antofagasta (19 denuncias) y Metropolitana (64). En el primer caso, se dijo, incide el hecho de tener tanta frontera cerca y a la presencia de altas cantidades de turistas extranjeros que a veces en sus países tienen esta costumbre como más aceptada.
Negarse "es una doctrina"El coronel Bernardo Bascur, del Centro de Doctrina de Carabineros, asegura que el actuar de cada funcionario policial es parte de su instrucción y su vida institucional.
Dice que los aspirantes "son sometidos a dilemas éticos y a situaciones de la vida cotidiana positiva y negativas. No solamente en sus labores institucionales, sino también en su actual personal, en su vida privada".
Y agrega que esto se mantiene durante toda la vida institucional "en diferentes niveles, ya que se les exige (esto) para ascender a grados superiores. En cada proceso académico se inserta esta doctrina".
Explica que la enseñanza es estándar, a todos por igual, independiente de la unidad en la que trabajen o que su tarea sea distinta, deben ser intachables donde estén realizando sus funciones: "El hecho que un teniente de carabineros esté actuando de civil, con barba o pelo largo por su trabajo, y quiera ascender a capitán, también debe someterse a esto".
