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Jueces "garantistas" en la mira del Gobierno: Jóvenes, empoderados... y desafiantes

Muchos egresaron de las universidades de Chile y Diego Portales, se organizan por las redes sociales y surgieron como rechazo a la implacable persecución del sistema prerreforma. Uno de sus objetivos es modernizar el Poder Judicial. Se habla incluso de tendencias incluso más extremas, como los denominados "abolicionistas".  

por:  La Segunda / Felipe Díaz P. y Fernando Duarte M.
viernes, 12 de octubre de 2012

"Los jueces hablan sólo a través de sus fallos".

Eso era antes.

Hoy, los magistrados se agrupan (formal o informalmente) de acuerdo a ciertas tendencias, opinan de actualidad, no trepidan en increpar a los fiscales por presentar argumentos que consideran "de cuarta categoría" e incluso tienen grupos de conversación a través de WhatsApp.

Ese es el perfil de los nuevos y jóvenes magistrados -concentrados en mayor medida en los juzgados de Garantía- que en el último tiempo han estado en el centro de la polémica por decisiones como liberar a un barrista de la Universidad de Chile que confesó el crimen de un hincha de Colo Colo. De hecho, en pocos días la Corte de Apelaciones ordenó la detención del homicida.

La repercusión del caso fue tal, que ayer el Presidente Sebastián Piñera anunció que entre los seis énfasis que tendrá la llamada "Reforma a la Reforma Procesal Penal" estará "incorporar mayores controles a los jueces de garantía, a través del fortalecimiento de algunos recursos judiciales".

"La Segunda" escudriñó a fondo en el mundo de estos nuevos y empoderados jueces.

Primer trabajo: Juez

En el Poder Judicial recuerdan que todo empezó a cambiar con la entrada en vigencia de la Reforma Procesal Penal. En Santiago eso ocurrió a partir de 2005.

"Lo que ocurrió es que se abrieron cupos para muchos jueces. Hoy sólo en el Centro de Justicia hay cerca de 150 magistrados. En este escenario, empezaron a llegar magistrados muy jóvenes, algunos con casi 30 años y que prácticamente su primer trabajo fue ser juez", recuerda un funcionario del Poder Judicial.

De hecho, la edad ya es tema dentro de la Academia Judicial, dado que hoy puede ingresar un alumno recién titulado de abogado y luego de pasar cursos de entre 6 y 10 meses está habilitado para postular a un tribunal.

En esta nueva generación, se dice, primaba la idea de reforzar las garantías de los imputados, para hacer un contrapeso a la implacable persecución penal que acostumbraba hacer el Estado. Esto les valió el conocido apodo de "garantistas".

El decano de Derecho de la Universidad de Chile, Roberto Nahum, acota que "era muy conveniente que en una primera etapa, saliendo de un proceso inquisitivo, hubiere un reforzamiento en cuanto a velar por las garantías de los imputados, pero tras 12 años se nota que es necesario reforzar las garantías a la víctima".

En otras palabras, indican los académicos, ocurrió el fenómeno del "péndulo".

Los intocables

No faltan los que dicen que el Ministerio Público también ayudó a que los jueces de garantía ganaran más y más terreno.

Un fiscal piensa que un hecho relevante ocurrió cuando Sonia Rojas y Xavier Armendáriz encabezaban las fiscalías Centro Norte y Oriente, respectivamente. "No dejaban que sus fiscales presentaran quejas o recursos ante los tribunales. Ahí los jueces sintieron que tenían poder y que eran casi intocables".

El persecutor agregó que algunos jueces incluso se han cambiado de zona para evitar que les lleguen quejas o nulidades. Es el caso de una magistrada que trabajaba en la Fiscalía Sur y, luego de recibir tres llamados de atención desde la Corte de Apelaciones, pidió traslado a la zona oriente, donde se ha hecho conocida por ser dura contra el Ministerio Público.

Funcionarios de Justicia indican que, por este criterio, los jueces más "garantistas" se encuentran en los juzgados que están bajo el alero de la Corte de Apelaciones de Santiago, especialmente el 4°, 7° y 8° Juzgado de Garantía. En contraposición, los magistrados que ven las causas de la zona sur de Santiago son más proclives a acoger los fundamentos de la fiscalía".

En el 7°, de hecho, empezó la práctica de que los imputados se presentaran sin esposas a las audiencias, bajo el argumento que debía prevalecer el principio de inocencia. Esta práctica, poco a poco, empezó a replicarse en otros juzgados de la capital.

Los garantistas también suelen discutir siempre la pena que se aplicará en los casos, aunque haya un acuerdo previo entre la fiscalía y la defensa. Asimismo, muchos tomaron como mentor a Carlos Cerda, quien indicaba que el juez no sólo tiene que aplicar la ley, también tiene que hacer justicia.

En el ambiente indican que muchos de estos jueces garantistas vienen de la Universidad de Chile y de la Universidad Diego Portales, "cuna" de la Reforma Procesal Penal. Sobre esto último, el decano de Derecho de la UDP, Juan Enrique Vargas , indicó que "el problema, a mi juicio, es la aplicación mecánica y formalista de las garantías, sin apreciar si efectivamente los valores del sistema se han puesto en peligro. Eso es lo que llamo el hipergarantismo, que creo sí constituye un problema".

En todo caso, aclara "no creo que en ello caigan especialmente jueces formados en la UDP, donde enfatizamos una formación que privilegia precisamente la defensa de los valores del sistema".

Consultado por el tema, el decano de Derecho de la Universidad de Chile, Roberto Nahum , indicó que "creo que la formación dogmática y doctrinaria de los jueces, naturalmente conlleva a que haya corrientes de unos más garantistas y otros menos garantistas. No creo que haya situaciones extremas".

Las tendencias que disputan "el poder" en los jueces

El movimiento llamado "Jurisdicción y Democracia", nacido en 2005, está ligado a una interpretación más garantista del derecho y a lo que consideran la necesidad de modernizar el Poder Judicial.

Uno de sus principales emblemas es la magistrada Francisca Zapata , quien señala que buscan terminar con el "besamano" que se ha mantenido "en nuestro país desde la época de la Colonia". También quieren terminar "con la concentración de funciones en el Poder Judicial".

Esta tendencia, que ya agrupa a 170 jueces, peleó "voto a voto" las últimas elecciones de la Asociación de Magistrados. Se estima que de mantenerse la tendencia, para las próximas elecciones podrían ganar la presidencia.

El grupo publica artículos en la revista española "Jueces para la Democracia" y les "saca el jugo" a las redes sociales. Zapata relata que "partimos mandándonos correos, después chateando y hoy la mayoría nos comunicamos por WhatsApp" las 24 horas del día. Diariamente reciben informes "de los más madrugadores" que revisan la prensa y envían las noticias que consideren más relevantes y relacionadas con el Poder Judicial.

Aunque son reconocidos como liberales y garantistas, niegan pertenecer a cualquier corriente política, moral o religiosa. Aseguran que "en el movimiento conviven ateos, miembros del Opus Dei, algunos con tendencia pinochetista, otros de izquierda, unos están a favor del matrimonio homosexual y varios en contra".

En la vereda opuesta se encuentra el grupo Justicia Unitaria y Pluralista , más cercana a la Corte Suprema, catalogada como "conservadora" y que refleja el sentir de los jueces del sistema antiguo. Uno de los máximos referentes es Leopoldo Llanos, ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago y saliente presidente de la Asociación de Magistrados.

Este segundo grupo no tiene una organización formal, aunque se activa para participar en las elecciones gremiales.

El ministro Llanos indicó que "con el otro sector coincidimos en los aspectos fundamentales respecto a la independencia judicial interna y externa; necesidad de separar las funciones jurisdiccionales de aquellas que tienen otro carácter; de radicar las facultades disciplinarias y administrativas en órganos que no sean los propios tribunales que revisan las decisiones de los jueces, pues atenta contra la independencia interna. También mejorar la gestión y un sistema de evaluación que sea más objetivo".

La diferencia está, dice el ministro del tribunal de alzada, en que "nosotros sostenemos que para lograr estos cambios es necesario el diálogo, la persuasión, no la confrontación, especialmente con otros órganos del propio Poder Judicial".

Minorías... ¿o mitos?

Aunque todos coinciden en que las dos tendencias mencionadas anteriormente son las mayoritarias, también existen otros sectores entre los magistrados.

Uno de los que más llaman la atención es el de los "abolicionistas" o "talibanes", que no tiene caras conocidas. Este grupo -que según la magistrada Zapata no existe- se supone que propone que el Judicial desaparezca como uno de los poderes del Estado y que deje de ser una institución jerarquizada. Incluso proponen que los jueces sean elegidos mediante votación popular, con un periodo definido de duración.

Otro grupo sería el de los llamados "jueces regionalistas", que reclaman que las provincias han sido "dejadas de lado" por la Corte Suprema. Esta tendencia tiende a aparecer con más fuerza en el periodo de elecciones de la asociación y sobre todo en Concepción.

 Las cuatro tendencias

Aunque no está escrito en ninguna parte, los conocedores hablan de cuatro tendencias entre los jueces:

Jurisdicción y Democracia: es el grupo más organizado, con cerca de 170 miembros. Proponen modernizar el Poder Judicial.

Justicia, Unidad y Pluralismo: Se reúnen sólo para elecciones del gremio y son jueces más cercanos a la tradición. Ganaron las últimas elecciones de la Asociación de Magistrados.

Abolicionistas: Son pocos y no les gusta revelar su visión de la justicia. Plantean abolir al Poder Judicial como poder del Estado y que los jueces sean elegidos por votación pública.

Regionalistas: Piden ser más considerados en el poder central.

Miguel Otero anuncia: Academia Judicial hará examen sicoanalítico a aspirantes a jueces

Fue hace dos meses cuando el Presidente Sebastián Piñera propuso al ex senador RN y ex embajador de Chile en Argentina, Miguel Otero, para que se sumara como miembro del Consejo Directivo de la Academia Judicial, el órgano destinado a formar jueces.

"Aunque no lo crean, fui nombrado por la unanimidad del Senado", cuenta hoy el abogado. Según dijo el propio ministro de Justicia, Teodoro Ribera, su nominación -junto a la de Humberto Nogueira- se enmarca en el objetivo de que la formación de los jueces sea "más equilibrada y no represente siempre una visión".

Su designación ya ha generado algunos reparos en la Asociación de magistrados, cuyos directivos se manifestaron "preocupados" por algunas declaraciones de Otero.

El abogado ha asistido a cuatro sesiones del consejo y anunció que la semana pasada se aprobó la idea de que los jueces tendrán que pasar por un "examen sicoanalítico" antes de poder sumarse a la judicatura. Entrará a regir a partir del 2013.

-El objetivo es ver si la persona reúne todos los requisitos de personalidad, de mentalidad, que requiere la función de juez. No es sólo que sea inteligente, porque una persona puede ser muy inteligente, pero a lo mejor para la función de juez no es la adecuada. Ahora se buscó un sistema de calificación o informe, que hará una institución especializada en este tipo de exámenes.

Entre otros elementos, "se analizará cómo se comporta la persona en el trato público, cómo va a analizar los problemas, qué carácter tiene para resolver con lógica, cómo tiene que abstenerse de todas las impresiones personales cuando se aplica la justicia. Ese informe será muy importante".

-La opinión generalizada es que hay corrientes dentro de los jueces. ¿Se tratará el tema en la academia para que no existan tendencias tan diversas?

-Con este examen sicológico se podrán detectar situaciones que antes no se detectaban. Porque un juez puede tener las ideas políticas que quiera, nadie las prohíbe, pero no puede aplicar sus ideas políticas o personales a la justicia. Ser juez requiere de una personalidad muy especial, tiene que ser absolutamente imparcial, debe resolver aplicando la ley y sobre todo la lógica y el criterio. Tino y criterio a veces no son muy abundantes.

"Saber Derecho y no tener tino"

Reafirma: "Alguien puede saber mucho de Derecho, y no tener un criterio adecuado. Es posiblemente lo que ha pasado ahora último y que la gente ha dicho esta resolución judicial no tiene tino, no tiene criterio y no tiene lógica. Nosotros tenemos que hacer los exámenes que nos permitan tener una relativa certeza que esa persona ejercerá su cargo con la imparcialidad que se requiere. Creo que esta nueva evaluación va a dar un muy buen resultado.

En el ámbito de la docencia en la Academia Judicial, anunció también que "en el futuro, todos los cursos serán calificados con nota de 1 a 7 por los asistentes (...) Los profesores tienen que dar el ejemplo, como por ejemplo en la asistencia y puntualidad".

El ex parlamentario también indicó que entre el trabajo que ha hecho se cuenta asistir a algunas clases y conocer los lugares físicos donde se imparte la cátedra. No es todo: "Pedí conocer los currículum vitae de quienes impartirán los cursos en la Academia, porque recordemos que ellos están preparando a los futuros miembros del Poder Judicial, que tienen que ser doctos en Derecho".

UC: Se puede minar el prestigio

El decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, Roberto Guerrero, afirma: "Los jueces se han caracterizado en Chile por su sobriedad y por hablar a través de sus fallos. Me parece que esta es una sana tradición conveniente de mantener".

Por el contrario, dice, "no me parece conveniente para un sano desarrollo de la función jurisdiccional, una manifestación expresa y, al mismo tiempo, abstracta de adhesión formal (de parte de los jueces) a corrientes iusfilosóficas que pueden terminar perjudicando la alta función que cumplen en la sociedad, minando su prestigio y, en algunos casos, su independencia".

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