Educación
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Los silenciosos cambios que vienen para acortar carreras universitarias: nivelación, portabilidad y ciclos

Harald Beyer afina informe con una serie de propuestas que entregará a los rectores del CRUCh. Convenios de Desempeño condicionan entrega de recursos a programas que no duren más de 4 años. La apuesta es a carreras con salidas intermedias que permitan una formación por ciclos. "No se trata de meter toda la ropa en una maleta más chica, sino de alivianar la maleta", dice el jefe de Educación Superior, Juan José Ugarte.

por:  La Segunda / Jéssica Henríquez D.
sábado, 06 de octubre de 2012

Más que voluntad, hay resistencia en las universidades para acortar las carreras".

La afirmación se escucha fuerte en el Ministerio de Educación, donde desde hace meses un equipo liderado por el propio ministro Harald Beyer está haciendo un trabajo "silencioso, pero muy contundente" para avanzar en cambiar el actual escenario.

El tema es casi una bandera de lucha del secretario de Estado, quien a principios de año -en su primera reunión con el Consejo de Rectores- les pidió a los líderes de las 25 universidades tradicionales que en 60 días le entregaran un informe con propuestas sobre la materia, porque las cifras mostraban que en Chile la duración promedio de las carreras universitarias es de 6,32 años, mientras que en los países OCDE (desarrollados) no superaban los 4,32 años .

El informe llegó, pero no con el contenido que esperaban. El documento de 70 páginas advertía la complejidad de la decisión y una detallada explicación de los factores que inciden en la duración de las carreras (ver recuadro).

"Quedamos defr audados. Esperábamos más del documento, esperábamos que nos propusieran los primeros pasos para avanzar en los cambios" , dice el jefe de Educación Superior de la cartera, Juan José Ugarte.

Y detalla: "Los planteles del Cruch llevan 12 años realizando diversos proyectos de innovación curricular que han significado más de $70 mil millones, pero en acortamiento de carreras y titulación efectiva no ha habido variaciones significativas. Hoy existe una urgencia en abordar este tema y el documento sólo adhiere al inmovilismo del sistema".

Por eso, desde en el ministerio ya elaboraron una respuesta -un informe que está redactado casi en su totalidad- que espera el minuto propicio para ser entregado al CRUCh. En principio se pensó hacerlo el último jueves de octubre (reunión plenaria del Consejo), pero eso está en evaluación considerando que la defensa del Presupuesto 2013 está focalizando toda la atención del ministerio.

"Es una propuesta de mirada de futuro, porque si bien entendemos la autonomía y libertad académica de cada plantel, apelamos a un trabajo en conjunto para que como país podamos avanzar", dice Ugarte.

1. REDUCIR EL TIEMPO PARA NIVELAR LAS DEFICIENCIAS DE LOS ESTUDIANTES DE MEDIA 

Según explica Ugarte, lo primero es "afinar el diagnóstico" del nivel de competencias con que ingresan los estudiantes a la universidad, para así implementar las medidas remediales más efectivas en el menor tiempo posible. "Hoy esa información no está clara ya que la PSU no la entrega. El plantel sabe que tal alumno entró con 620 puntos en Matemática, pero no tiene idea en qué materia específica es deficiente", señala.

Luego reflexiona: "Los rectores nos dicen que la falta de preparación con que llegan los estudiantes desde el colegio impide cualquier acción (de acortar carreras) porque deben invertir varios semestres en nivelación. Reconocemos que muchos requieren cursos remediales, pero hay un par de planteles que reciben al 5% de los mejores estudiantes del país, que tienen el mismo perfil de competencias que los alumnos de los países desarrollados" .

Y arremete: "¿Por qué no podemos partir (el proceso) con un primer grupo de universidades que tengan este perfil de estudiantes? Es algo a evaluar".

Sobre todo, dice, si en las pruebas internacionales "a los estudiantes de EE.UU. pese a que no les va bien en la secundaria, tienen el sistema de mejor calidad universitaria del mundo. Entonces la tesis de que si no es exitosa la educación secundaria, la universitaria está condenada a ser mediocre... no es así".

2. LOS SEMESTRES VALDRAN CREDITOS PORTABLES QUE SERAN RECONOCIDOS EN OTRAS UNIVERSIDADES  Para esto, dice Ugarte, se busca diseñar programas de estudios basados en el Sistema de Créditos Transferibles (SCT): mecanismo que permite calcular el trabajo académico del estudiante en un semestre o un año para permitirle movilidad estudiantil, homologar estudios o convalidar títulos en el extranjero.

Y el avance en esta área ya partió.

El viernes se cerró el concurso de Convenios de Desempeño en que el gobierno dispuso $30 mil millones para que universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica concursen con diversos proyectos que en una de sus líneas considera la "adecuación curricular" (ver nota anexa).

El objetivo de la iniciativa es precisamente generar currículos flexibles, susceptibles de ser actualizados a lo largo de toda la vida: "Como no podemos avanzar con el sistema completo, al menos podemos intentarlo de manera individual", dice.

Pero más importante aún es que parte de las condiciones exigidas a las instituciones para concursar es que tengan implementado el SCT.

"Las bases del concurso establecen que todas las licenciaturas o carreras profesionales iniciales tengan este sistema y que no superen los 240 créditos transferibles, a lo que puede seguir un programa de maestría de 60 a 120 créditos", dice Ugarte. Es decir, las carreras no podrán durar más de 4 años, ya que el Cruch el año 2003 acordó como regla general que un año académico de estudios -a tiempo completo- equivale a 60 créditos, un semestre a 30 créditos y un trimestre a 20 créditos .

En definitiva, con este requisito se obliga a los planteles establecer programas más cortos y con salidas intermedias que permitan una formación por ciclos. Y anuncia: "También queremos extender este proceso en las instituciones privadas para incluir a todo el sistema".

Luego explica: "En el edificio de la nueva arquitectura curricular que queremos construir, los créditos transferibles son los ladrillos, que se reconocen como aprendizajes que pueden llevarse a otros programas de estudios donde son reconocidos como tal. Las 4 mil universidades europeas así lo hacen desde el año 99, Harvard partió con esto en 1886, y Australia y China también optaron por este modelo. Latinoamérica está completamente rezagada y Chile debe ser quien lidere el proceso en la región".

3. IMPLEMENTAR CICLOS DE ESTUDIOS, PARTIENDO POR UNO DE 4 AÑOS QUE PERMITE AL ALUMNO SALIR AL MUNDO DEL TRABAJO

Ugarte agrega que la tercera línea es generar programas por ciclos articulados, que permitan reconocer estudios previos y especializaciones posteriores. "Hay que abandonar el modelo profesionalista para concentrarnos en entregar competencias de egreso. Se requieren programas flexibles que permitan terminar un primer ciclo de 4 años donde el alumno tenga varias opciones: especializarse uno o dos años más en un segundo ciclo, dar un paso al lado para obtener experiencia laboral, irse a otra institución... o salir a estudiar fuera del país".

Asegura que "no se trata de meter toda la ropa en una maleta más chica, sino de alivianar la maleta. Estamos preparados para dar este paso porque en Chile existen las capacidades académicas necesarias; lo que falta es atreverse. Lo clave está en concordar las bases conceptuales para luego generar las trayectorias por carreras e instituciones. Como ministerio queremos encontrar un lugar común con los rectores porque ellos son la base; queremos iniciar en conjunto el desarrollo de todo esto el año entrante".

Las sorpresas del informe de los rectores

Una serie de datos sorprendentes se encuentran en el informe que en mayo entregaron los rectores al Gobierno, donde explican por qué las carreras son tan largas.

*Chile no se puede comparar con los países de la OCDE. La duración formal de las carreras en Chile es de 10,1 semestres, mientras que la duración real sube a 13,5 semestres (mucho más que los países OCDE) "donde la duración de la carrera es hasta la licenciatura, dejando de lado la titulación propiamente tal".

En Chile, explican, gran parte de los títulos profesionales entregan previamente una licenciatura en el 4° año lectivo, luego de cursar sólo cursos curriculares, por lo que no son comparables.

Y ejemplifica con Ingeniería Civil: "Los cuatro primeros años incluyen cursos de nivelación de competencias básicas y una serie de cursos de competencias generales disciplinarias del área y con esto se puede obtener un grado de licenciado". Posteriormente, "los siguientes dos años se proveen competencias disciplinares específicas de un área que previamente se escogió".

*La débil formación de estudiantes que ingresan obliga a los planteles a hacer pruebas de diagnóstico. El texto destaca el caso de una universidad regional en que "sólo un 8,7% logró aprobar la prueba de Matemática y el 29,6% la de compresión de textos".

*El tema del inglés es crítico , ya que se espera que los alumnos egresen del sistema escolar con nivel ALTE2 (manejo intermedio inferior en el idioma). En la U. de Chile, la prueba tomada el año pasado a sus 6 mil mechones arrojó que solo el 21% tenía el nivel esperado y el 79% estaba bajo ese nivel.

*Las universidades CRUCh tienen una mayor diferencia entre la duración formal y real de sus carreras (38%) comparadas con las privadas (31%). A su vez las carreras de universidades privadas duran un 6% menos en términos formales que las del CRUCh .

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