Nacional
Compartir | | Ampliar Reducir

¿Como levantarse tras la muerte de un hijo? Padres que sufrieron ese trance entregan su testimonio

Cinco padres entregaron a "La Segunda Sábado" su testimonio sobre la forma en que lograron sobrellevar la pena y reconstituirse, para salir adelante.

por:  Martín Romero E., mLa Segunda
sábado, 15 de septiembre de 2012

Foto Archivo

El fallecimiento de Blanca, la pequeña hija de Benjamín Vicuña y Carolina Ardohaín, remeció a Chile y Argentina por lo triste e inesperado.

Es que un hijo jamás debiera partir antes que sus padres. Eso dice la lógica de la vida, pero a veces esa lógica se rompe totalmente.

Y quedan padres heridos, las más de las veces desvastados, con una ardua tarea por delante: seguir viviendo.

Cinco padres entregaron a "La Segunda Sábado" su testimonio sobre la forma en que lograron sobrellevar la pena y reconstituirse, para salir adelante.

Padre de Sergio Aguayo: "Recurro a los mejores momentos... lo uso como medicina"

Sergio Aguayo ( 61, consultor informático y empresario ), piensa que recuperarse de la muerte de un hijo "es muy difícil".

Más aún cuando las circunstancias del deceso son especialmente violentas. El 11 de julio de 2009 su hijo Sergio (18 años) fue atacado por un adolescente que le enterró un cuchillo en la cabeza en plena Av. Las Condes. Para peor, nadie lo ayudó...estuvo en la calle hora y media desangrándose.

"Me llamaron a las 2 de la mañana. Yo vivo a dos cuadras del lugar en que lo mataron. Fue muy impactante cuando llegué... estaba indefenso, como un perrito sangrando en el piso", rememora.

Aguayo cuenta que lo acompañó incluso al interior de la urgencia del Hospital Salvador donde fue atendido. Luego del final, tomó la dolorosa decisión de donar los órganos.

Igual piensa que es posible salir adelante. "Hay que recurrir a los mejores momentos de felicidad que viviste con él. Yo lo manejo como una medicina".

Además, añade, "esto nos sirvió para unirnos más como familia".

En el caso de Sergio los buenos recuerdos le sobran.

"Uno poco a poco los va redescubriendo. En mi caso, tuvimos muchos momentos padre-hijo. Yo le enseñé a lavarse los dientes, a cabalgar y a manejar".

Hay otras cosas... "Cuando veo a Colo Colo también lo recuerdo. Me acuerdo cómo le gustaba a mi hijo. Una vez lo llevé al Monumental y se encontró con un mundo de emociones que él no conocía, ya que vivió muchos años en EE.UU.", explica.

Y agrega: "Esto es mucho más fuerte, tú no sólo recuerdas a través de una foto, sobre todo porque él era muy regalón, a mí me pasa también cuando veo a un lolo que se parece a él".

- ¿Perdonó al asesino de su hijo?

- ¡Pucha! Me costó un tiempo... pero como católico uno tiene que hacerlo.

Antes de finalizar la conversación se toma el tiempo para aconsejar al matrimonio Vicuña- Arodohaín: "Les va a tocar muy duro durante el primer tiempo, pero son jóvenes y quizás pueden tener más hijos".

Diputado Aldo Cornejo: "Me sirvió resguardarme en el trabajo y la fe"

El 29 de diciembre de 2004 marcó para siempre la vida del diputado DC Aldo Cornejo (57).

En la mañana de ese día, su hijo mayor, Jorge (de 22 años), perdió el control de su auto Volkswagen Golf, chocando violentamente contra un muro de contención en la recta Las Salinas, en Viña del Mar, falleciendo en forma instantánea.

A Cornejo padre, que había asumido tres semanas antes como alcalde de Valparaíso, le avisaron del accidente por teléfono. A los pocos minutos llegó al lugar.

"Fue un impacto demasiado grande, quedé como un zombi. Me acuerdo que de inmediato llamé a mi hija que estaba en Estados Unidos para avisarle para que se volviera. Lo único que quería era que toda la familia estuviera con él antes de que lo pusieran en el cajón", recuerda.

El parlamentario dice que "es imposible reponerse del todo de una cosa así. Son cosas que no son posibles de superar... pero que se comienzan a vivir de manera distinta".

Y agrega: "No hay ningún día del año en que no me acuerde de mi hijo".
Los dos tenían una estrecha relación, reforzada por el hecho de que el diputado le hacía clases de Derecho en la Universidad Andrés Bello de Viña del Mar. "Hoy me acuerdo de los chistes que hacía y de los viajes que compartimos", cuenta.

El accidente también marcó a la familia. Si bien todos sus hijos son grandes, "cada día los llamo para decirles que se cuiden y que manejen con cuidado".

Sin embargo, hay una escena que siempre lo acompaña. La noche antes del accidente, su hijo le confidenció a su madre: "Mamá, soy inmensamente feliz y a veces me da miedo serlo".

Cornejo explica que dos cosas lo ayudaron a superar el difícil trance: El trabajo -"me sirvió mucho resguardarme en él, aunque trabajé como un bruto "- y la fe -"ayuda mucho para atenuar la pena"- . De hecho, el obispo de Valparaíso, Gonzalo Duarte, fue una de las personas que más lo acompañó en esos duros días.

También, dice, el paso del tiempo "hace que empieces a vivir de manera distinta las cosas". Además, "muchas veces contemplo con alegría que está en un lugar mejor. Mi hijo vivió una vida corta, pero lo hizo intensamente. También me reconforta el que haya hasta hoy día mucha gente que me dice que se acuerda de él o que va a las misas que se hacen todos los años".

-¿Se rebeló contra Dios por lo que le pasó a su hijo?
- No, nunca, lo único que me pregunté por mucho tiempo fue por qué le había pasado eso a mi hijo tan joven.

Susana Roccatagliata: "Es posible volver a la vida, volver a amar"

Desde Milán, Italia, la periodista Susana Roccatagliata (56, autora del libro "Un Hijo no Debe Morir") es categórica: "El duelo es un proceso y por lo tanto es un trabajo, y es el desafío más grande que se le plantea al ser humano".

Y deja en claro que "uno siempre dice que el tiempo ayuda... ¡mentira! El tiempo mitiga... es un mito que sane las heridas".

Sin embargo, aclara, "es posible volver a la vida, volver a amar, y darle un nuevo propósito".

Ella lo sabe mejor que nadie. En 1986 su hijo Francisco -de solo 5 años- murió debido a una reacción alérgica al líquido de contraste que se le inyectó cuando iba a ser sometido a un examen.

Relata: "Lo más fantástico es que lo recuerdo tal como si lo hubiera visto ayer, él sigue teniendo cinco años, no creció, es mi pequeño Peter Pan. Es mi gran compañero hoy día. Es el único al que no tengo que llamar por teléfono para saber cómo está, tengo línea directa con él".

"Francisco, agrega, me da esperanza, él me hace amar la vida, yo amo por él", añade.

Y entrega los pasos que la ayudaron a levantarse y que pueden ayudar a otros:

1.- Llorar ("porque es la expresión del dolor"), 2.- Dar libre curso a los sentimientos ("ayuda a liberar la tensión") 3.- Hablar ("de lo que nos pasa, de nuestros sentimientos") 4.- Escribir ("de lo que se siente, mitiga el dolor") 5.- Ser pacientes ("con uno mismo y los demás) 6.- Respetar el dolor del cónyuge ("evitar observar el dolor del otro con espíritu crítico) y 7.- Proteger el matrimonio ("muchos padres en duelo creen que donde hay dolor no cabe el placer, pero el amor es el refugio cuando no hay palabras").

Madre de Alejandro Inostroza: "El tiempo no cura el dolor"

María Eugenia Villarroel (65) tiene una meta para lo queda de año: "Regalar las cosas que quedaron de mi hijo... qué saco con tenerlas ahí".

El 28 de octubre de 2006 Aarón Vasquéz -quien hoy cumple una pena de siete años en un recinto del Sename en régimen semi-cerrado- golpeó a su hijo, Alejandro Inostroza, con un bate metálico en la cabeza, en la Plaza Pedro de Valdivia en Providencia. Los golpes le provocaron la muerte días después.

María Eugenia cuenta que cuando la llamaron para avisarle que su único hijo había sido atacado, jamás se imaginó la magnitud del daño.

"En la Clínica Santa María le hicieron una resonancia magnética y un scanner , y los médicos me dijeron que había una posibilidad en 100 de salvarse. Después me dijeron que si quedaba vivo iba a estar vegetal. Me dio pánico, yo no soy una mujer joven y sólo me preguntaba quién lo iba a cuidar cuando yo no estuviera", dice hoy desde su casa en Ñuñoa.

Cuando murió Alejandro, recuerda, "quedé bloqueada... yo por televisión hablaba y hablaba, sé lo que dije y todo, pero estaba en otra parte".

Recuerda que en un principio ni siquiera se atrevía a entrar en su pieza. Y ahora, a punto de cumplirse los seis años de la muerte, confiesa que ha "sufrido muchos bajones, de hecho estoy en uno. He estado con tratamiento sicológico y siquiátrico. Es un dolor tan grande, mañana, tarde y noche me acuerdo. Mi vida me cambió, ya no soy la misma de antes... pero hay que seguir viviendo".

-¿Cómo vivió el resto de la familia la muerte de Alejandro?
-Nos acercamos más. Con el papá de Alejandro no vivo hace muchos años, pero se portó un siete. El quedó muy mal anímicamente, estuvo casi tres años sin trabajo. Mi madre todos los días se acuerda de él y creo que muchas de las enfermedades que la aquejan ahora se deben a la pena.

Quizás por esto deja en claro una cosa: No habrá perdón para el asesino de su hijo. "Me han dicho que tengo que hacerlo, pero no lo voy hacer, no puedo. Sería cínica, me mató lo único que yo tenía".

Resume: "Han pasado seis años y todavía estoy en un bajón. He tratado de salir, juntarme con amigos, me he desahogado con ellos, pero es el dolor más fuerte de mi vida y yo quedé sola. El tiempo no cura el dolor".

Padre de Francisca Cooper: "Hay mejoría, pero no recuperación"

La historia de Francisca Cooper, profesora de 26 años, conmovió al país. En 2004 estaba en la isla tailandesa Phi Phi de luna de miel... se había casado sólo nueve días antes con el enólogo Aurelio Montes. Falleció durante el terremoto y posterior tsunami que el 26 de diciembre de ese año arrasó con gran parte del sudeste asiático. Su cuerpo sólo apareció nueve días después del sismo, en una morgue.

A siete años de su partida, su padre, el empresario agrícola de la IX Región, Alan Cooper (65) , sentencia que "uno no se puede recuperar de la muerte de un hijo, creo que nadie. Hay mejoría, pero no hay recuperación. Uno se pregunta '¿qué hago con eso adentro?', no hay nada que hacer".

Agrega que "el tiempo igual te ayuda", más aun teniendo otros dos hijos y varios nietos. Sin embargo, reconoce, "todos los días hay algún momento en que pienso en ella".

Y a raíz de la muerte de Blanca, la pequeña de Benjamín Vicuña y Pampita, Cooper hace un paralelo con la partida de Francisca: "La pérdida de un hijo es siempre igual, lo he sentido mucho por ellos, las circunstancias son las que cambian. Para nosotros no fue nada de fácil".

Queremos conocerte. Por favor, responde esta encuesta.
Redes sociales
Redes sociales
Portada

Cerrar

img