Menor impacto ambiental, ya que no requiere de horno para su cocción, y facilidad de traslado son algunas de sus características.
Gerardo Gran muestra sus ladrillos.
Se espera que ayude a construir viviendas en lugares de extrema pobreza, generando nuevos puestos de trabajo pero principalmente contribuyendo a sentar las bases para impulsar una conciencia sustentable de la construcción nacional.
"La verdad siempre había querido hacer un trabajo que tuviera valor agregado y que fuera un aporte para el desarrollo de la construcción en Chile. Fue así como me puse a investigar y leí un artículo en un medio de comunicación argentino que daba cuenta de ladrillos de plástico y de impacto en la construcción. Así que no lo pensé dos veces, me puse en contacto con las personas indicadas y aquí estoy, haciendo ladrillos en base a plástico triturado, agua y cemento", expresó el estudiante.
En Argentina se construyó una casa de mediana dimensión para demostrar que es factible su uso en la albañilería.
Gran Scheuch cuenta que dentro de las características de este tipo de ladrillos se encuentra que son más livianos que uno "fiscal" (2,7 kilos el fiscal versus 2,3 kilos) y que mejoran la aislación térmica y acústica de las viviendas.
El producto se fabrica con plástico triturado, a partir de botellas de plástico (envases, tapas, etiquetas), cemento y agua. El costo es bajo: 70 pesos por kilo de triturado. "Es más fácil de trabajar y no son tan frágiles como un ladrillo tradicional; es más limpio, dado que no necesita de un horno para su cocción, sino que le basta sólo con ponerlo al sol y a temperatura ambiente y se pueden añadir aditivos para mejorar sus características técnicas", explica el estudiante que realiza su tesis sobre esta innovación.
A su juicio, con esto se "reemplaza parcialmente una tecnología muy arraigada en nuestra sociedad para la construcción de viviendas, como es el ladrillo común de tierra cocida (elaborado con un recurso no renovable), los que se producen a partir de la extracción de la capa de tierra superficial vegetal (humus), y posterior quemado en grandes hornos a cielo abierto, constituyéndose en un verdadero problema ecológico que se puede corregir", enfatiza.
BENEFICIOS-Es más liviano que un ladrillo fiscal (2,7 kilos versus 2,3 kilos)
-Al estar hecho sobre la base de plástico mejora la aislación tanto térmica como acústica.
-Es más fácil de trabajar y no son tan frágiles como un ladrillo tradicional
-Es más limpio, dado que no necesita de un horno para su cocción, sino que le basta sólo con ponerlo al sol y a temperatura ambiente
-Se pueden añadir aditivos para mejorar sus características técnicas.