En enero de 2011, los economistas Antonino y Franco Parisi suscribieron a través de la sociedad Palermo un contrato con la Gran Logia Chilena de la masonería para administrar el 70% de las acciones de los colegios La Fontaine (ubicado en Ñuñoa) y Las Américas (La Reina).

La situación desembocó con el curso de los meses en la disconformidad de los apoderados, que a estas alturas acusan desde desórdenes administrativos que influyen en un serio déficit de caja, despidos de profesores, intervención en el centro de padres y hasta discriminación contra una alumna por ser hija de una dirigenta de los apoderados.

La situación la han denunciado a través de múltiples cartas a los Parisi, la masonería y también los medios de comunicación.

 La secretaria del centro de padres y apoderados de La Fontaine, Marcela Campos, señala que nunca se consultó a la comunidad educativa sobre el cambio de administración, lo que ya es serio. Pero, asegura, lo peor es que “no se han pagado cotizaciones previsionales de los profesores, hay deudas con cajas de compensación, atraso en el pago de los sueldos, falta de materiales para el trabajo pedagógico, y, lo que es peor, el proyecto educativo por el que nosotros optamos para entregar a nuestros hijos se ha deteriorado: no discutimos la educación de nuestros hijos como un bien de consumo, acá estamos por opción por los valores masónicos que se trataron de inculcar, pero con la nueva administración eso de perdió”.

Los padres aseguran que han solicitado la intervención de la Gran Logia, pero no han obtenido respuestas concretas. Ayer, eso sí, se produjo una reunión de la masonería con dirigentes de los profesores de ambos establecimientos.

Incluso hay casos que están en la justicia, aclaran los apoderados, como el de la ex presidenta del centro de padres cuya hija fue expulsada por quedar repitiendo. “Esto es discriminación, pues el colegio no puede sacarla sólo por repetir el año”, dijo Campos, y aseguró que tras la vacancia del cargo los Parisi colocaron a una prima en el puesto, lo que en todo caso después fue revertido.

Parisi: “Buscan perjudicar a mi hermano Franco”

Para Antonino Parisi todo lo anterior responde simplemente a presiones políticas “para afectar a mi hermano Franco en su postulación presidencial —cuando se trata de un emprendimiento mío— y también presiones de apoderados que tratan de evitar el compromiso de pago de sus obligaciones con el colegio”.

Aseguró que él y su hermano renunciaron al directorio del establecimiento y que esta mañana, tras una reunión con la Gran Logia, acordaron con terminar el contrato y dejar en manos de la masonería los establecimientos educacionales La Fontaine y Las Américas. El trámite estará a cargo de los abogados de ambas partes.

Según explicó, cuando se gestó el acuerdo de arriendo no había conocimiento total de los gastos en que incurría el colegio La Fontaine. “Este es un colegio deficitario, gasta más que lo que ingresa, porque hay muchos apoderados que no pagan sus mensualidades, los sueldos son muy altos en comparación con la productividad e incluso hemos tenido que pagar gratificaciones por utilidades que son de 2009 de hasta $15 millones, cuando ni siquiera habíamos pensado en llegar al colegio”.

En todo caso, los apoderados de La Fontaine aseguran que es al revés. Según Marcela Campos, “antes de que llegaran los Parisi este colegio estaba con números azules. Pero ahora todo lo destinan a Las Américas”.
Al revés, Antonino Parisi fue más allá y aseguró que ha tenido que invertir fondos de su bolsillo para equilibrar las cuentas y cubrir el actual déficit. En resumen, dijo “no quiero saber más del colegio”.