Educación
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Juicio a pedagogías: Futuros profesores sacan al pizarrón las carencias de su carrera

Alumnos de planteles privados y públicos detectan ramos sin aplicación práctica, modelos teóricos antiguos, dispar calidad de sus docentes y académicos en cátedras que nos les corresponden.

por:  Patricio Pino M. / La Segunda
sábado, 02 de junio de 2012
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Cuando Susana cursaba tercer año de Pedagogía en Matemática en la UMCE -ex Pedagógico- le salió un pituto fácil: hacer clases particulares a un niño de 8° básico.

De pronto, el escolar le preguntó por una duda que tenía en Aritmética (rama cuyo objeto de estudio son las cuatro operaciones elementales: suma, resta, multiplicación y división).

"Era un problema súper sencillo, pero aquí nos enseñan Matemática tan elevada y abstracta, con tan poca didáctica, que por más que me esmeré en darle ejemplos para que entendiera de qué estábamos hablando, nunca logró entenderme. Ahí me di cuenta de que ya cursé más de la mitad de la carrera y aún no nos dan 'la bajada', no nos enseñan cómo enseñarles las cosas a los que no son expertos", confiesa.

Según la muchacha, que hoy ya está cursando 4° año de la carrera -y que nos pide entregar un nombre ficticio para evitar represalias-, éste es sólo uno de los múltiples problemas que junto a sus compañeros enfrentan al hacerse un camino en la docencia.

Hurgando en las debilidades

El caso revela una de las deficiencias que los propios estudiantes de Pedagogía están detectando en su formación.

Fuimos a preguntarles a sus salas de clases, en diversas facultades de Educación de Santiago. Llegamos en busca de respuestas a los desastrosos resultados que sus compañeros ya egresados obtuvieron en la última prueba Inicia (que es voluntaria), la cual reveló que el 69% no dominaba las materias que debe enseñar a sus alumnos ni cuenta con las habilidades suficientes para ejercer.

Les pedimos que enumeraran posibles deficiencias. Fue así como comenzaron a hablar de ramos que carecen de aplicación práctica, modelos teóricos con más de 20 años de antigüedad, falta de infraestructura, académicos en cátedras donde no son especialistas, disparidad en la calidad de los docentes que enseñan el mismo ramo, problemas en la malla curricular, prácticas tardías ...

Problemas que sacaron al pizarrón tanto en planteles privados como en los tradicionales.

Y aunque en una primera mirada a los alumnos les cuesta ser autocríticos respecto de la formación que están recibiendo, tras unos minutos de reflexión ahondaron en un tema que los afecta directamente.

Profesores que no dan el ancho

Quienes sí se atrevieron fueron Andrea Lagos y Macarena Martínez, que están terminando Pedagogía en Inglés en la Universidad Central . "Teníamos una cátedra donde veíamos la legislación docente y la hacían dos profesores, en que se turnaban clase por medio. Uno era de altísima calidad, pero el otro sólo marcaba el paso", dice Martínez

Su compañera agrega que con el de mayor exigencia profundizaban en los decretos y aprendían respecto de la normativa, pero la clase siguiente era con el docente de menor calidad, "que lo único que hacía era preguntar en qué habíamos quedado la semana anterior. Y nos decía ' Ah, entonces sigan ahí' y los siguientes 45 minutos no hacía nada porque se sentaba en el asiento".

En la Universidad Andrés Bello la queja es similar.

Tres compañeras de Pedagogía en Inglés que sólo dan sus nombres -Conny, Lissette y María- aseguran que tienen una alta rotación de profesores y, muchas veces, les han enseñado metodologías de última generación... pero que en Chile son imposibles de practicar. "Por ejemplo, nos trajeron un profesor australiano que nos hablaba de e-learning y cómo enseñar a través de ese soporte... pero ¿aquí en Chile a dónde? Si cuando uno va a trabajar a los colegios con suerte hay un pizarrón y un pan de tiza. ¿En qué vamos a ocupar el e-learning ?", dicen irónicas.

Doctorada de Didáctica está haciendo Cálculo

En la UMCE las estudiantes de Matemática critican que la calidad del ramo depende exclusivamente del profesor. "Teníamos a Juan Yáñez en Geometría y por años este departamento fue reconocido por la calidad de la Geometría que enseñaba. Como nunca encontraron un reemplazo de su nivel, el caballero jubiló el año pasado, mucho después de cuando le correspondía.... Hasta ahora no hay alguien que dé el ancho", cuentan.

Y agregan que tienen una académica con un doctorado en Didáctica (especialidad en técnicas y métodos de enseñanza), pero está haciendo Cálculo, mientras que hay otra con un magíster en Cálculo que está haciendo Matemática... pero en el Departamento de Biología.

Ramos que no sirven para enseñar

En la Andrés Bello las alumnas cuentan que la malla tiene varias asignaturas tecnológicas... al menos es lo que decía en el papel. "Había un ramo sobre programas computacionales para la Pedagogía y uno se imaginaba que veríamos programas especiales para la carrera, pero apenas nos enseñaron a usar Word y Excel. Una total desilusión", dice Cony.

En la Universidad San Sebastián la cosa no es distinta.

Roberto Rojas está en tercer año de Pedagogía de Historia y dispara porque los ramos pedagógicos son impartidos en común con el resto de las pedagogías. "El problema es que a un solo curso llegan estudiantes de Inglés, Historia, Matemática y General Básica, todos con una inquietud distinta. Al final siento que el profesor de Didáctica no podía profundizar para ningún lado, porque si se enfocaba en lo que pedíamos los de Historia, dejaba atrás a los de Inglés o Matemática. Por no tener un trato diferenciado, enseñaba la base mínima y ahí quedamos todos con gusto a poco".

Y agrega que, además, los modelos educativos que les enseñan son muy antiguos: "Se los he comentado a otros profesores cuando he ido a hacer la práctica y ellos me dicen: 'Pero si eso es lo mismo que veíamos hace 20 o 30 años'. Eso me llevó a preguntarme si no habrá nada más novedoso en el tema... Estoy seguro de que sí lo hay y yo no lo sé".

Pedagogía en Inglés: 2 horas de idioma a la semana

Una experiencia semejante vivió Vicente Santibáñez, de Educación Diferencial de la UDLA , donde la asignatura de Evaluación Educativa era impartida en plan común con las Pedagogías. "¿De qué me sirve saber cómo van a evaluar los profesores de Básica? Yo voy a tener niños con necesidades especiales, donde es imposible tener una referencia estándar y la evaluación se tiene que construir desde la situación de cada niño", indica.

Y esta dificultad no se limita a los ramos pedagógicos.

También surge en los de disciplina, como le ocurrió a Javier Bravo en la Universidad Diego Portales : "En Matemática, la profesora nos dijo que el ramo tenía una parte de contenido y otra de didáctica, pero nunca apareció la didáctica. Al final el ramo era del currículum matemático entre 1° y 8° básico", dice.

Macarena Martínez, de la U. Central, estudia Pedagogía en Inglés "y en primer año teníamos sólo 2 horas a la semana de ese idioma... Además, había un ramo con un nombre súper largo con la palabra contemporáneo entremedio, pero consistía en ver películas y después hacer resúmenes".

Comparado con las dificultades que reportan alumnos de otros planteles, los problemas de los alumnos de la Universidad de los Andes y la Universidad Católica aparecen como "detalles".

En el primer caso, dice Valentina de la Cerda (Pedagogía en Inglés), hay muchas asignaturas religiosas: "Tenemos Teología I, II, III y IV... además de Doctrina Social de la Iglesia, ¡es mucho!".

Y lo otro es que la tecnología de última generación implementada en la biblioteca les juega en contra: "Cuando se me olvida la tarjeta universitaria o se desmagnetiza (utilizan tarjeta magnética para acceder), no puedo entrar. Deberían pedir el RUT no más".

En la Universidad Católica, en cambio, Javiera Contreras (Pedagogía General Básica con mención en Matemáticas) y Javiera Bascuñán (con mención en Lenguaje) extrañan "un orientador que nos diga si el sueldo que nos están ofreciendo en un colegio es bueno, qué tramites hacer para la titulación o cómo debemos prepararnos para la prueba Inicia".

"Esta carrera es carísima ($2.689.000 al año). Aquí se supone que tenemos un laboratorio de computación, pero estuvo como dos años cerrado. Para hacer nuestros trabajos teníamos que andar con netbook en la mochila. Además, hay una sola sala y 40 computadores para toda la carrera (300 personas). Así es casi imposible encontrarlos disponibles", aseguran estudiantes de la Universidad Andrés Bello.

Las estrecheces se repiten en otros lados. En Matemáticas, en la UMCE, los alumnos reclaman que tienen un edificio prácticamente nuevo que comparten con Pedagogía en Química, pero cuentan que tiene sólo dos data show en todo el recinto. "Y nos debemos considerar privilegiados, porque si uno se va a dar una vuelta a Historia o Filosofía, se da cuenta de que allí son pobres de verdad. Ni siquiera tienen para imprimir. Nosotros al menos tenemos 30 impresiones gratis a la semana, aunque se nos hace muy poco".

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