"Hay veces en que me he venido llorando desde la región de Valparaíso. Cuando ves a una niñita en el suelo, con fiebre, sin nadie que la abrigue... quedas mal".

La magistrada del Segundo Juzgado de Familia de Santiago, Mónica Jeldres, no teme desnudar parte de sus sentimientos cuando habla de los menores que viven institucionalizados en residencias y en familias de acogida.

Es que la realidad que pudo detectar por su trabajo en los tribunales la llevó a impulsar un plan cuyo objetivo primordial es simple, pero fundamental: "Restituir en el más breve plazo su derecho a vivir en familia".

Y para ello, propuso al Poder Judicial -y fue aceptado- "individualizar a todos los niños e ingresarlos a nuestro sistema informático con fichas digitales".

Porque, aunque parezca imposible de creer, actualmente en Chile no se conoce el número exacto de los niños que están en hogares de acogida o centros de protección. Se sabe cuántos reciben subvención del Sename, pero la cifra no es clara en los casos en que no está ese pago de por medio.

Catastro parte el 3 de julio

Por eso, desde el 3 de julio, cuatro jueces de familia encabezados por Jeldres y "en comisión especial", recorrerán todo el país para catastrar a los menores en hogares del Sename y también privados. La partida será en Valdivia y participarán representantes de Salud y de Justicia.

La idea, explica, empezó a gestarse por el 2010, cuando junto a otros jueces de familia formaron el "Centro de Medidas Cautelares" tras la aprobación de la Corte Suprema. Allí pudo comprobar personalmente cómo muchas veces las medidas dictadas para proteger, por ejemplo, a menores consumidores de drogas no se cumplían. Entonces, empezaron a trabajar para solucionar los "nudos críticos". Por ejemplo, con organismos como el Sename, Cenda, Justicia y Salud buscaron soluciones para los menores inimputables que requieren rehabilitación.

La otra gran problemática que enfrentaron estos jueces fueron las situaciones que quedaban al descubierto en las visitas a los hogares o familias de acogida dependientes del Servicio Nacional de Menores. Aparte de falencias propias de las instituciones, como no tener suficiente personal especializado, vieron que cada organismo (Sename, tribunales, el hogar de acogida) llevaba un sistema de registro diferente. "¿Entonces, cómo vamos a tomar una decisión eficaz si los intervinientes trabajamos con datos distintos?".

Por eso, "finalmente le pedimos a la Corte Suprema poder ir a visitar a todos y cada uno de los niños que están institucionalizados en Chile. Vamos con una ficha individual, que será llenada con información de escolaridad, consumo, su situación familiar, y cuándo se proyecta el egreso por cada niño".

"Esto es el paso previo a todo"

Porque, agrega, si bien los hogares deben ser lugares sólo de tránsito, muchas veces los menores ingresan sin un plazo predeterminado, por lo que el tiempo pasa sin que nadie se preocupe de que el niño vuelva a su entorno. Termina el plazo de una medida cautelar y ninguna alarma salta. Eso es lo que se pretende corregir con las fichas ingresadas computacionalmente.

-¿Los jueces verán a cada niño?

-No necesariamente. Este es el paso previo a todo, porque ni siquiera sabemos cuántos niños tenemos. Lo primero es decir cuántos niños tengo y en qué situación están. Y cuando haya situaciones graves pediremos hablar con ellos.

-¿De verdad no están contados los niños en hogares?

-Chile no los tiene contados. Yo no sé con qué nos encontraremos en regiones, pero en la primera visita que hicimos en 2009 había situaciones como una madre adolescente cuyo hijo no tenía causa. ¿Y si la madre se fugaba y lo dejaba ahí? Yo los llamo los niños invisibilizados del Estado de Chile.

Como primera aproximación, estima que el catastro debiera arrojar unos 12 mil menores institucionalizados.

Y si no se ven, nadie puede ayudarlos. Por ejemplo, indica la jueza, en la Región Metropolitana hay un número importante de mayores de edad que están en el Sename. A veces eso ocurre porque tienen alguna discapacidad, pero lo que corresponde es que otro servicio se encargue de ellos.

También se detectó un centenar de niños declarados susceptibles de ser adoptados, pero como tienen 6, 7 u 8 años difícilmente alguna familia los va a querer. Entonces, "están en completo abandono, su única posibilidad es estar en esa residencia hasta los 18 años".

En otros casos el problema es que se sacan a los niños de sus juzgados de origen. "Para niños policonsumidores y que tienen problemas siquiátricos con el consumo de drogas hay pocos lugares. Entonces, por ejemplo, al centro de Playa Ancha envían niños de todo el norte y uno se encuentra allí con menores de Putre. Pero no encuentran lo que buscan, porque ahí no hay desintoxicación".

-¿Qué la motiva en esta tarea?

-Siempre he pensando que en la vida uno tiene que priorizar, ¿y por dónde partimos en Chile si no es por los niños vulnerados que son violados, abusados, víctimas de explotación sexual? ¿Por dónde comenzamos si no es por ahí? Claro que en Chile hay una serie de problemas, pero estoy convencida de que los niños en esta situación son y deben ser prioridad. Yo podría ser una jueza que toma audiencias y a una hora súper prudente estoy en mi casa. Pero si a ti te toca ver esto, ya no puedes volver a ser la misma, sino que tienes que pasar por la vida tratando de hacer algo.

Finaliza: "Este problema es histórico, no es de ahora. Hay niños que la pasan mal, y esos niños son nuestros niños".