"Vamos a vivir una situación compleja... pero para llegar al Cielo hay que pasar por el Purgatorio".

El ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne , no pudo encontrar una mejor frase para definir lo que se vivirá a partir del segundo semestre (y hasta el año 2017) en el sector centro-oriente de Santiago, mientras se trabaje en las ocho obras viales que pretenden descongestionar parte de la capital.

Y este "purgatorio", como lo llamó la autoridad, no sólo incluirá grandes atochamientos... sino que también habrá que contar con otros factores "inesperados" que pueden surgir en el perímetro de 3 kilómetros en los que se concentrarán los trabajos, en Las Condes y Vitacura. Son siete los túneles que perforarán la tierra, en busca de soluciones viales a los atochamientos.

Tanta perforación subterránea, ¿pone en riesgo la estabilidad de los terrenos afectado?

La respuesta es clara: no. Según el geólogo y académico de la Universidad de Chile, Sergio Sepúlveda , la construcción de túneles en el radio en cuestión no presentará problemas: "Por su ubicación debieran excavarse en suelos de buena calidad, no muy diferente a lo hecho para la Costanera Norte o buena parte de la red de Metro. Localmente, quizás, podrían encontrarse con agua subterránea... pero eso es absolutamente tratable, desde el punto de vista de la ingeniería".

Los túneles, dicen algunos residente, harán que "el barrio alto parezca queso gruyer".

Y si de queso se trata, no pueden faltar los ratones. Es en este escenario de enormes movimientos de tierra que ha surgido uno de los principales temores entre los habitantes de Vitacura: una plaga de roedores, por ejemplo, en la ribera sur del río Mapocho, por la construcción de la Costanera Sur y de los proyectados túneles de conexión con la Costanera Norte.

"Nosotros tuvimos ya la experiencia cuando hubo movimientos de tierra con la extensión de las líneas de Metro", dice Claudio Vargas, gerente de operaciones de la empresa de desratización Truly Nolen.

-¿Con qué se toparon?

-Hubo un aumento de población de roedores en las casas. Sobre todo de una especie en particular: el ratón noruego... nuestro conocido 'guarén'. Este construye sus madrigueras bajo la tierra y cuando es molestado, obviamente, emigra de su hábitat". Según Vargas, el Parque Bicentenario, a un costado del río, es uno de los lugares "con mayor riesgo potencial, si no se toman las medidas preventivas".

Camiones en el club de golf

Otro factor: Los camiones comenzarán a ser parte del paisaje.

La obra más costosa y extensa del programa centro-oriente será el túnel debajo de Av. Kennedy entre la Rotonda Pérez Zujovic y Américo Vespucio. Serán cuatro años de trabajos a un costo de US$ 160 millones.

El túnel pasará, hacia el oriente, por debajo de las canchas del Club de Golf Los Leones , en Las Condes.

Esa opción, como era de suponer, no les agradó a algunos socios del recinto. Sin embargo, admite un ejecutivo del club, "no nos quedó otra (...) La alternativa era la expropiación de una parte del terreno y eso perjudicaba a la cancha en tres de sus hoyos (de un total de 18), que están ubicados a lo largo de la Kennedy. La alternativa del túnel era lo mejor".

Y si bien desde Los Leones son taxativos en señalar que "el club no va a tener ningún perjuicio por los trabajos", la verdad es que algo de molestia tendrán: para la circulación de camiones, la construcción del viaducto ocupará una "lonja" del parque de aproximadamente 100 metros de largo, que se ceden temporalmente, bordeando el club, por el lado de Vespucio.

En ese sentido, adelantan, "el MOP está comprometido a reestablecer todas las especies arbóreas que haya que sacar en ese tramo, que es muy cortito. Lo que se interviene es mínimo y para efectos del club no habrá problemas".

Restos arqueológicos en Vitacura

Unido a lo anterior, existe otro riesgo latente: que los plazos dados por el MOP para la construcción de las obras se alarguen más allá de lo previsto, aumentando así -aún más- las incomodidades del "purgatorio" en que vivirán vecinos y automovilistas. ¿La razón? La posibilidad de que en las remociones de tierra se produzcan descubrimientos arqueológicos.

Patricio Galarce, arqueólogo de la Universidad de Chile, explica que "Vitacura, dentro de la ciudad de Santiago, es uno de los lugares donde más hallazgos se han concretado. En ese sentido, está al nivel del centro cívico de la ciudad".

Galarce cuenta, como botón de muestra, que en Vitacura se han hecho varios descubrimientos claves. Así, por ejemplo, en los terrenos que hoy albergan a "El Mercurio" -en Avenida Santa María- en 1988 se encontró un cementerio de la época prehispánica, con 36 cuerpos de entre 1.500 y 2.000 años de antigüedad.

Esos cuerpos pertenecían a un grupo conocido, en el mundo de la arqueología, como "Llolleo": "Era gente que vivía de la agricultura, a pequeña escala, de recolección de vegetales", en las riberas del Mapocho. En la zona de «Jardín del Este», asimismo, se encontraron gran cantidad de restos cerámicos correspondientes a asentamientos humanos, previos a la llegada de los españoles.

Galarce apunta que cualquier hallazgo "significará un problema para las constructoras, porque retrasa las obras". Ya no sucede lo de antes, "que cuando se descubría algo... simplemente se destrozaba".

El martes de esta semana, los principales responsables del plan Centro-Oriente del MOP - el director general de Obras Públicas, Fernando Prat, el coordinador de Concesiones, Emilio Pellegrini, y la jefa del proyecto, María Angélica Campino - llegaron hasta la Municipalidad de Vitacura para sostener una reunión con el alcalde Raúl Torrealba .

La municipalidad había denunciado que las obras de mitigación vial por el proyecto Parque Titanium presentaban varias fallas. De la reunión de esta semana surgieron soluciones. Según la asesora urbanista de la comuna, Pamela Ortiz , entre la línea de gaviones (el borde de río) y la vía se va agregar maicillo y una vereda de 2 metros de ancho, para que la vialidad que se genere ahí no quede sólo entre dos montículos de tierra. Habrá iluminación de calzada.

También se propuso, como medida de seguridad, elevar la línea de gaviones en un metro para proteger a la futura vía de Costanera Sur (y a los automovilistas que por ahí transiten) de eventuales crecidas.

"Estas medida nos dieron mucha tranquilidad porque estábamos preocupados (...) La vía no daba seguridades en las condiciones en que estaba", explica Ortiz.