Dudas sobre si había razones para que los carabineros vestidos de civil estuvieran en el servicentro abandonado donde se produjo la balacera. Fiscal Patricio Pérez confirmó hallazgo de 1,6 gramos de marihuana en uno de los furgones de la PDI. Se abrió una investigación paralela. Director de la PDI, Marcos Vásquez, visitó esta mañana al jefe de Carabineros, Gustavo González.
Esa es una de las tesis que ha cobrado más fuerza durante las últimas horas en la Fiscalía Metropolitana Sur, donde investigan el confuso incidente de ayer en la madrugada entre la PDI y la policía uniformada. La acción terminó con el carabinero Miguel Faúndez (21) muerto en un servicentro abandonado de la comuna de San Joaquín.
Lo anterior, además de la evidente "descoordinación, derivó en un error policial". Ello, porque, según los audios que las policías pusieron a disposición de la fiscalía, el vehículo de Carabineros no tenía razones para estar en ese lugar.
De hecho, "se le solicitó a la 50 Comisaría de San Joaquín que informara por qué los dos funcionarios estaban ahí", señalaron fuentes allegadas a la investigación.
Respecto a los estupefacientes encontrados en una de las camionetas de la PDI, el fiscal Patricio Pérez confirmó el hallazgo y precisó que éstos se sometieron a una prueba de campo que arrojó que era 1,6 gramos de marihuana prensada. Sin embargo, al tratarse de algo que no tiene que ver con la indagatoria por el asesinato del carabinero, solicitó su incautación judicial. "Eso será investigado por la fiscalía antinarcóticos de la zona sur y no lo vamos a vincular con el crimen", precisó el persecutor, quien dijo que fueron tres los papelillos encontrados, además de unos codos de cobre.
Pese a eso, serán las bitácoras de la PDI las que permitirán determinar si la droga encontrada correspondía a un procedimiento. Si se establece que no tenían que ver con una incautación, "los detectives arriesgan ser indagados por porte, consumo o microtráfico", comentaron en la fiscalía.
Peritaje duró dos horas y media
¿Quién disparó primero? Fue una de las interrogantes que se intentó aclarar con el peritaje que a partir de las 4:09 horas de esta madrugada se realizó en el servicentro abandonado en San Joaquín.
Pasadas las 3:30 horas, personal del OS 9 y la 50 Comisaría de San Joaquín cortó el tránsito en calle Carlos Valdovinos, entre Santa Rosa y Rivas, para que los efectivos del Labocar pudiesen realizar un peritaje fotométrico con el que se midió la luz que existía en el lugar a la misma hora que se produjo la balacera.
De hecho, en un momento se le solicitó a la prensa, y específicamente a los canales de televisión, que apagaran las luces de sus cámaras para llevar a cabo el procedimiento. Asimismo, se fijaron las posibles ubicaciones que tomaron las camionetas de la PDI frente al automóvil de Carabineros cuando llegaron al servicentro, para lo cual se realizaron varios movimientos.
También se buscó establecer la dirección que siguieron los impactos de bala que se registraron en el sitio del suceso. Para eso se periciaron los muros donde, con detectores de metales y luces ultravioleta, se buscaron las balas de los más de 30 casquillos que se encontraron en el lugar. "Como fueron 8 personas las que pudieron haber disparado, se rastreó el terreno, el taller y el auto en el que se movilizaban los dos carabineros", explicaron desde la fiscalía.
Pasadas las 8:30, el fiscal Patricio Pérez llegó al sitio en el que se realizó el peritaje -que se extendió por 2 horas y media- donde expresó que "aún no se puede entrar a una etapa de formalización" porque no se ha podido establecer quién disparó.
Además, agregó el persecutor, "una investigación requiere de la recopilación de antecedentes que son, en muchos casos, declaraciones que deben ser contrastadas con peritajes". Pérez afirmó que el caso "es un homicidio. En todos los que he investigado, (siempre) hay dos, tres y cuatro versiones, así que el objetivo es aclarar cuál es la más cercana a la realidad".