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El balance del arzobispo y las víctimas, a un año de la condena a Karadima

El próximo 18 de febrero se cumple un año desde que el arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, hiciera pública la condena del Vaticano en contra el ex párroco de El Bosque.

por:  Felipe Díaz y Miguel Ortíz
viernes, 10 de febrero de 2012
Karadima

Foto La Segunda

El próximo 18 de febrero se cumple un año desde que el arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, hiciera pública la condena del Vaticano en contra el ex párroco de El Bosque Fernando Karadima por abusos sexuales reiterados contra menores de edad y otras faltas eclesiásticas ligadas al ejercicio de su ministerio.

A pesar del paso del tiempo, sin embargo, el misterio todavía envuelve la vida “de oración y penitencia” del sacerdote, en un convento de religiosas, de calle Bustamante. Sólo se le ha visto salir para enfrentar a la justicia y, según su propio abogado defensor, Juan Pablo Bulnes, continúa “cumpliendo el fallo de una forma muy rigurosa. Sin visitas ni llamadas. Las únicas salidas que ha tenido han sido al médico y al dentista”. Otras voces al interior del clero, en todo caso, aseguran que el cura posee un celular, con el que sí mantiene contacto con antiguos feligreses.

Ya se supo, de hecho, que tomó contacto con uno de los miembros de la Unión Sacerdotal, a pesar de que el fallo del Vaticano fue claro en prohibirlo. Hay voces que aseguran haberlo visto descansando en las Termas del Corazón. Lo cierto es que aún no se ha fijado una residencia definitiva para el presbítero, “tarea nada de fácil” —admiten en el Arzobispado—, “porque hay que encontrar una comunidad religiosa que acepte hacerse cargo de Karadima (...) Algunas ya han dicho que no”.

Y cuando se trata de averiguar sobre la actual situación del sacerdote, ni siquiera sus familiares están dispuestos a hablar. Jorge Karadima, su hermano, dijo escuetamente que “toda esta situación es bien dolorosa y complicada. Es un gran dolor el que tiene toda la familia (...) He visto a mi hermano, pero no puedo decir nada más”.

Desde sus vacaciones en Osorno, el vicario de la zona Cordillera de la Iglesia de Santiago, padre Fernando Vives (encargado de darle acompañamiento espiritual), dijo: “No puedo hablar”.

A un año del fallo condenatorio que sacudió a la Iglesia chilena, “La Segunda” recogió el crudo testimonio de quienes fueron víctimas del sacerdote. José Andrés Murillo, Juan Carlos Cruz y Fernando Batlle realizan una crítica visión de lo que ha sido la gestión de la Iglesia... quien hoy entregó un detallado cronograma de la labor de monseñor Ezzati durante 2011 y lo que va de este año.

Denunciantes critican la labor de la Iglesia y cuentan la forma en que han buscado sanarse

Justo el día en que termina en Roma el congreso internacional de obispos para combatir la pederastia dentro de la Iglesia, quienes fueron víctimas del ex párroco de El Bosque realizan su propio balance. Uno se declara "inmensamente feliz"... otro confiesa que no ha podido recuperarse del todo. El tercero parece haber perdido toda confianza en las instituciones religiosas. Sorprendentemente -y sin mediar una coordinación entre ellos- tanto José Andrés Murillo , como Juan Carlos Cruz y Fernando Batlle hablan de la CONFIANZA como un valor clave en sus procesos de sanación. Les interesa, dicen, que la gente sepa distinguir a los verdaderos líderes espirituales, aquellos que "se comprometen con la libertad de los demás".  
  
FERNANDO BATLLE: "Mi proceso de sanación no lo asocio a ningún fallo"

Este es el testimonio que, vía correo electrónico, accedió a entregar a "La Segunda" el abogado Fernando Batlle Lathrop.

-A un año del fallo del Vaticano, ¿a qué estás dedicado?

-Terminando un período trabajando en la Corporación de Asistencia Judicial de Santiago y ejerciendo como abogado independiente, enfocado en temas de Familia y Civiles, ofreciendo una asesoría integral, que incluye apoyo terapéutico focalizado durante procesos legales que involucren necesidad de contención emocional y un coaching eficaz para enfrentar situaciones legales complejas, para lo cual cuento con el apoyo de una psicóloga de primer nivel.

-¿Cómo ha vivido este año, después de que Karadima fuese condenado?

-¿Condenado?, ¿a qué? Que yo sepa vive mantenido por las monjitas en un convento, donde recibe visitas y es atendido de manera especial... ¿A eso se le llama condena?... y ¿quién paga todo eso? Al igual que Schoenstatt, el Opus, los Legionarios, etc... ¿quién paga sus autos?, ¿sus viajes?... ¿quién paga todo eso? Sus fieles. Y después andan pidiendo plata para los pobres. Es por esto que quise aportar a detener toda esa maquinaria de abusos, en este caso, de alguien que se aprovechó de la investidura que tenía y del poder sobre las conciencias de las personas, para manipularlas y abusar de ellas, tanto física como psicológicamente. Claro quedó además que obtuvo bastante dinero. Este es un tema que va mucho más allá de Karadima. Es un tema transversal de la Iglesia Católica. Estoy contento de poder contribuir a desenmascarar todo ese fraude y engaño.

-¿Ha buscado "dar vuelta la página"?

-Esta es una más de tantas páginas del libro de mi vida, un aprendizaje. Cuando me salí de ese lugar (El Boque) fue algo importante, hace ya casi 15 años. Cuando hice la denuncia fue otra página más. Sentí mucha paz interna y claridad en ese momento. Después estuvo el careo, ahí terminé un capítulo y empecé otro... y así es la vida: un libro que uno va escribiendo. Me siento bien conmigo mismo, con la convicción de haber hecho lo correcto, en realidad orgulloso de lo que hice. Sé que esto ha removido conciencias y eso siempre es positivo. En cuanto a mi proceso de sanación personal, no lo asocio a la obtención de ningún fallo ni condena (menos de la Iglesia), sino a mi propio trabajo interno y al apoyo de la psicóloga Angeles Hurtado, que ha sido clave en mi vida y también en este caso.

-¿Cuál es su visión de la Iglesia chilena hoy, dirigida por monseñor Ezzati?

-Simplemente decirte que agradezco profundamente haber salido de esa oscura institución de poder que confunde a las personas. La espiritualidad y la verdad sobre este mundo son patrimonio de todos y no de un grupo que se ha ocupado de tergiversar la realidad y conocimiento universal para sus propios intereses de poder, con curas homosexuales encubiertos y misóginos, con un enfoque represivo de algo tan esencial como la sexualidad. Se aprovechan de sus investiduras, de su posición de poder solapada sobre las personas y finalmente les imponen sus dogmas e ideas, diciéndoles qué es lo bueno o malo y cómo deben vivir sus propias vidas, manipulando sus conciencias. Han ensuciado lo realmente sagrado. ¿Por qué un reprimido sexual va a venir a decirte cómo vivir tu vida? Todo este proceso me ayudó mucho a confiar en mí mismo. Una vez escuché una frase que me hizo mucho sentido. Decía: "Si quieres perder la fe, hazte amigo de un cura". Del arzobispo Ezzati qué te puedo decir, sigue llamando "padre" a Karadima. Esos son los referentes, modelos espirituales de la Iglesia. "Pastores" que protegen a los lobos disfrazados y los mantienen en el rebaño. Creo que es un signo de que esa institución va en total decadencia, lo cual me alegra. Mucha gente se ha dado cuenta y por eso buscan desarrollar su espiritualidad de manera auténtica.

-¿Qué espera del futuro de Karadima?

-¿Qué futuro? No le veo mucho futuro, la verdad, ni es de mi interés. Me interesa vivir mi presente, mi vida. Cada uno construye su propio futuro, en base a lo que vive en su presente, que es lo único que existe. Cada cual está donde quiere estar y es responsable de sus actos, los que generan consecuencias. Mis energías las estoy destinando completamente a mi trabajo de abogado, y lo único que espero es ser un profesional que preste un servicio de calidad y cultive relaciones directas, transparentes y de confianza con las personas.

JOSE ANDRES MURILLO: "Hoy me siento realizado... Soy inmensamente feliz"

"Ha sido un año más tranquilo en muchos sentidos, pues (el caso Karadima) ya no es un tema cotidiano. Eso era agotador. Mucha gente que dudaba de la veracidad de nuestros relatos ahora nos cree; incluso gente que nos creía no se atrevía a decirlo abiertamente por no enemistarse con la Iglesia. Esa cobardía ya no se ve y eso me tiene más tranquilo. Además, me tomé en serio el tema y estoy trabajando en un proyecto que ayuda a prevenir el abuso".

Las palabras de José Andrés Murillo Urrutia aluden a la «Fundación para la Confianza» -de la que es fundador y presidente-, que se dedica a la promoción del buen trato entre las personas y al categórico rechazo y prevención de toda clase de abuso, especialmente del infantil. En eso está hoy. En eso agota sus días.

Dice, orgulloso, que "hace rato" que logró dar vuelta la página... pero advierte que "eso no significa olvidar la historia, sino darle otro sentido. Creé la Fundación para la Confianza durante el 2010, para promover una sociedad basada en una confianza lúcida. James (Hamilton) y Juan Carlos (Cruz) también son parte de este proyecto, y eso me pone muy contento". Y reconoce que "si bien el origen (de la fundación) tiene que ver en alguna medida con el caso", se trata de algo "que va mucho más allá: es una manera de transformar una experiencia dolorosa en un algo creativo, vital, útil para la sociedad".

Murillo tiene claro que "trabajar por los demás es muy sanador, porque te obliga a salir de tu propia herida y darte cuenta de que hay gente que necesita de tu ayuda. Hoy soy inmensamente feliz y me siento realizado".

-¿Y cuál es su visión actual de la Iglesia chilena?

-Sólo sé que Ezzati ha invertido más tiempo, papel y energía en perseguir y humillar a quienes nos han apoyado públicamente que en darnos su apoyo y consejo. Es un síntoma acerca de sus prioridades.

Lo que pase con Karadima, añade, "me tiene sin cuidado". Y espera, asimismo, "que la Iglesia pueda ayudar a los que fueron formados por él, para que no se transformen en otros Karadima, ni sientan que la Iglesia los abandonó a su propia suerte, como nos sucedió a nosotros".

Muy en la línea de lo que busca enseñar a través de su fundación, Murillo espera "que el caso Karadima se transforme en un ejemplo para que las personas sepan identificar a los 'gurúes abusadores', que quieren imponer su voluntad a través del miedo. Para que la gente sepa distinguirlos de los verdaderos líderes espirituales que siempre respetan los límites, se comprometen con la libertad de los demás y actúan desde la verdad y la transparencia, siempre".

JUAN CARLOS CRUZ: "Por varias razones, no creo haber podido dar vuelta la página"

A un año del fallo vaticano, el periodista Juan Carlos Cruz Chellew dice tener una "sensación extraña".

Así lo explica: "Me siento orgulloso de haber contribuido a sacar a un verdadero monstruo de circulación. El cariño de la gente en la calle es emocionante. Es raro ser un desconocido y que ahora me paren en la calle y para darme las gracias. Eso me hace sentir que valió la pena, a pesar de tantos sufrimientos y malos ratos".

En lo personal, cuenta, se cambió de ciudad... y ahora vive en Filadelfia (EE.UU.). Lo nombraron vicepresidente de una multinacional y eso lo mantiene "ocupado y contento (...) No pienso tanto en Karadima y sus secuaces".

Pero de ahí a dejar atrás todo lo sucedido, ni hablar: "No creo haber podido dar vuelta la página, por varias razones. Cada día me llegan e-mails de personas que me escriben contándome cosas terribles que han vivido, en términos de abuso. Es impresionante. Gente de todo Chile, y de todo tipo... pobres, ricos, adultos, jóvenes, gente mayor. Trato de contestarle a cada uno y de dar esperanza. Me siento muy honrado que confíen en mí".

Muchos de esos casos, confiesa, apuntan a abusos por parte de sacerdotes.

"Uno siempre se pregunta cuál es el propósito en mi vida. Y creo que de algo malo que me pasó -y que todavía me da un poco de vergüenza que tanta gente sepa- salió finalmente algo muy bueno", reflexiona... y acusa: "Ezzati no ha cumplido todo lo que dice la sentencia vaticana. No quiero dejar que la Iglesia siga actuando como lo han hecho hasta ahora". Por eso confía en los frutos de la visita de monseñor Carlos María Collazzi a Chile, quien ya está pronto a entregar los resultados de su investigación al funcionamiento económico y eclesial de la Pía Unión: "Espero que se disuelva esa institución". Para eso es que reunió más de dos mil firmas, pidiendo a Roma que saque de sus puestos a los obispos que fueron formados por Karadima... y se diga la verdad respecto de otras personas que "fueron activos victimarios y hoy se hacen las víctimas".

A la hora de los balances, Cruz es directo: "Yo tenía mucha esperanza en monseñor Ezzati, pero me ha decepcionado mucho. Empezó bien, pero creo que se ha visto sobrepasado por la situación. Tiene una mentalidad antigua, de defender la institución... y las víctimas van al final. No se nota un cambio y ya ha pasado más de un año desde su nombramiento. Esta semana el Papa Benedicto XVI hizo fuertes declaraciones, haciendo hincapié en cómo se debe poner la prioridad en ocuparse de las víctimas, cosa que la Iglesia chilena no ha hecho.

-¿Y qué espera de Fernando Karadima?

-Que cumpla su sentencia. Que le designen un domicilio permanente. Que pase su vida pensando en lo que hizo y el daño que les causó a cientos de personas. 

MONSEÑOR EZZATI informó personalmente al Papa Benedicto XVI sobre situación del ex párroco

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