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Discriminación puertas adentro: Nanas y "patronas" de Chicureo dan su veredicto

La polémica se instaló luego de que se conocieran insólitos reglamentos en contra de las empleadas de un club y un condominio: las obligaban a usar delantal... y les prohibieron caminar por las calles. ¿Cuál es la versión de los hechos contada por los propios afectados?  

por:  Oriana Fernández y Fernando Duarte
viernes, 13 de enero de 2012
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"Hay mucha gente de Chicureo que jamás, pero nunca-nunca, pisa Colina".

Las palabras son de Max Larraín , vecino y concejal de la comuna, miembro de la familia que fue dueña de los antiguos predios agrícolas que hoy conforman Chicureo, la zona que se ha convertido en uno de los polos urbanos más importantes de Santiago. Y lo que dice, de alguna forma, ilustra muy bien aquella "distancia" que algunos habitantes de ese sector quieren marcar con el resto de los habitantes de la comuna.

El pueblo de Chicureo -que comenzó a gestarse hace ya 16 años- hoy está en el centro de la polémica: los reglamentos internos de un par de condominios han mostrado evidentes signos de discriminación hacia las nanas y los trabajadores del lugar, levantando una polvareda de declaraciones, entre las que, incluso, se encuentran las de la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei , y la de parlamentarios de diferentes colores políticos que pidieron la aprobación "inmediata" de la Ley Antidiscriminación. En los instructivos se obligaba a las asesoras del hogar a usar delantal y a utilizar minibuses para moverse dentro de los recintos... evitando que circulen a pie por los jardines.

¿Qué está pasando en Chicureo?, ¿quiénes son los vecinos que comparten esta forma de tratar a sus empleadas?, ¿existen otras formas de discriminación al interior de los condominios? "La Segunda" cruzó las barreras de acceso de algunas de estas exclusivas vecindades y conversó tanto con vecinos como con trabajadores en busca de las motivaciones que detonaron el escándalo.

"No deben entrar caminando... puede ser un pedófilo"

Para Francisco Martínez , corredor de propiedades y vecino de Las Brisas desde hace 18 años, es clave entender la inseguridad que sienten muchos vecinos, debido al aumento de los delitos en los últimos años. Él mismo fue víctima de un asalto a mano armada en su parcela. Por eso, dice, se podría entender que hoy algunos regulen por dónde no pueden circular los obreros de la construcción: "No deben entrar caminando por un tema de distancia... y porque no es lógico que los maestros se manejen libremente dentro del Club. Podría existir la posibilidad de que uno venga cansado de trabajar y decir 'qué preciosa la niña de 10 años', en la calle. Puede ser un pedófilo en potencia. Entonces se quiere evitar esos riesgos. Por eso la gente opta por esas normas: porque siempre hay una posibilidad de que pase cualquier cosa".

Y Martínez, incluso, se atreve a ir más lejos: "Como percepción mía puedo decir que algunos robos se han producido en lugares donde se estaba construyendo".

Las normas internas llevan a que los senderos de los condominios estén desiertos, prácticamente, todo el día. Sólo se puede observar a personas caminando a la hora de entrada y salida de sus trabajos, para tomar el bus de retorno a sus casas. Muchos de ellos también son controlados por guardias privados que retienen la cédula de identidad o anotan la patente de los vehículos.

Si se cruza desde Colina hacia Chicureo se puede apreciar a simple vista cómo cambia el paisaje de un pueblo semirrural, de clase media-baja, a una zona que goza de prosperidad, donde abundan los clubes de polo, golf y tenis. En Chicureo, de hecho, la gran mayoría de los vecinos es de origen acomodado, matrimonios jóvenes que han optado por comprar o alquilar viviendas que oscilan entre 5 y 9 mil Unidades de Fomento (UF). Si la idea era vivir en sitios apartados, lejos de la bulliciosa y saturada capital... lo han conseguido.

Muchos hasta evitan ir a Colina, cuenta el concejal Larraín: "Hay como un rechazo, la gente no va hacia allá y por eso prefiere comprar en supermercados y comercio local. No salen de su área (...) ¡Es triste!". ¿La razón? La comodidad... y el temor a "salir de la burbuja" y exponerse a la delincuencia, algo que se ve incrementado por la cercana presencia de la cárcel.

La mayoría de los residentes del pueblo también han optado por la salud y educación privada que ofrecen los establecimientos del sector: hoy ya opera la Clínica Las Condes... y la Alemana estudia emplazar en el lugar una nueva sede. Chicureo suma 13 colegios privados y recién estrenadas sedes del «Trewehla's School» y de la «Alianza Francesa». La gran cantidad de casas, escuelas y comercio dentro de la zona se ha traducido en un considerable aumento de la demanda de mano de obra: no hay casa que no tenga jardinero y al menos una nana. Hay poblaciones en Colina -como "Los Ingleses"- que son conocidas porque gran parte de sus habitantes trabajan casi exclusivamente para los "patrones" de Chicureo.

"No quieren que hablen como peruanos"

Inés Pérez vive hace dos años en El Algarrobal II. Sostiene que está molesta debido a la polémica surgida precisamente en las puertas de ese condominio: "Me siento humillada cuando escucho que dicen que acá se discrimina a los empleados. Hay mucha mentira detrás de esto. Siento impotencia por todo lo que se ha dicho. Yo conozco a la gente que trabaja acá y sería incapaz de tratar mal a alguien. Cuando todo esto apareció, mi marido me dijo que había que juntar firmas para que este gallo se fuera del condominio (se refiere al empresario que denunció los hechos ante la justicia, Bruce Taylor )".

La joven sostiene que es necesario el control para evitar que ocurran robos porque "cuando las casas están solas se pasan el dato. Hay que regirse por las reglas, fueron creadas para la tranquilidad de todos. Salgo a correr siempre y veo nanas paseando niños o acompañándolos mientras andan en bicicleta. Es falso que no puedan pasearse por las calles, esto no es una cárcel".

Dos casas más allá, sin embargo, una nana -que prefiere no dar su nombre- cuenta que hay otro comidillo que recorre Chicureo: discriminación a la hora de contratar asesoras de origen extranjero. "Me dijeron que ya no están aceptando a peruanas porque no quieren que los niños terminen hablando con ese acento. ¡Es terrible para esas nanitas!", confiesa, compungida.

¿Sexo en los jardines?

Durante una década, la diseñadora Regina Valencia vivió en el condominio El Algarrobal II y hace seis meses que reside en «Piedra Roja», una de las urbanizaciones más extensas. Pese a eso, dice no estar ajena a la polémica por las denuncias de discriminación, las que, según ella, han llevado a una "estigmatización" de los residentes, pues se cree que dan malos tratos. "Si se utiliza un vehículo para el transporte de los funcionarios no es un problema social, sino que tiene que ver con reglas de convivencia", subraya. Y añade que situaciones como "nanas teniendo relaciones sexuales con guardias en los jardines de los condominios provocaron que muchos sectores de Chicureo endurecieran sus estatutos internos".

Isabel Viveros , asesora del hogar, del condominio Chicureo I, dice que está de acuerdo con las normas internas, y en cuanto a sus patrones aclara que "no todo el mundo es igual y obviamente hay gente déspota". Sostiene que "estoy de acuerdo con los reglamentos, pero no con la discriminación, porque no por usar un uniforme pueden sospechar que uno pueda estar robando. Hay ladrones de terno y corbata", acota la empleada.

De hecho, ella cuenta que de lunes a viernes vive en la misma casa de sus patrones junto a sus dos hijos de 4 meses y 11 años. Cuenta que hay total integración con la familia: comen lo mismo y usan los mismos cubiertos, por ejemplo... algo que no sucede en otros hogares.

José Ríos , jardinero de 69 años, quien labora en varios condominios, cuenta que está acostumbrado a que se apliquen fuertes medidas de seguridad en la zona: "Para entrar me piden el número de carnet y tengo que entrar con la huella digital en el Algarrobo. Pero nunca me han dado un mal trato... la gente es amable. Ha habido hartos robos y para eso están los guardias".

Críticas a los "nuevos ricos"

Debido a la polémica suscitada por los reglamentos de los condominios, incluso a través de las redes sociales, se han comenzado a tejer malos comentarios sobre los habitantes de esa localidad. En reiteradas ocasiones se ha expresado que los habitantes de Chicureo son " new rich ", que nada saben de buena educación, y que gustan de ostentar su poder adquisitivo.

La investigadora del Instituto de Estudios Urbanos de la U. Católica, Yasna Contreras , sostiene que la expansión residencial se explica por la llegada de familias tradicionales, quienes compraron parcelas de agrado, lo que años más tarde dio paso a un posterior auge inmobiliario. "Hoy no sólo acoge a segmentos de altos ingresos, sino también a familias con movilidad social ascendente, algunos habitantes de condominios de Huechuraba, como en la zona de Pedro Fontova, y otros que provienen de diferentes comunas de todo el país", dice la experta.

Así, el crecimiento de esta localidad tiene dos etapas: una fase marcada por la expansión de los segmentos de altos ingresos hacia el borde nororiente de Colina; y luego los especialistas identifican una "segunda oleada" en 2005, cuando se produjo la llegada de personas de ingresos medios "mayoritariamente profesionales y no necesariamente miembros de clases altas", dice Contreras, provenientes de comunas como Ñuñoa.

María Angélica Ferrer , residente histórica de La Hacienda, niega que a Chicureo hayan llegado los denominados "nuevos ricos", sindicados como los responsables de malos tratos a los trabajadores: "Al contrario, la gente acá es muy austera, tranquila, todo lo contrario a lo que sucede en otras comunas. Como en ningún otro lugar las personas acá se saludan y ayudan mutuamente". Su amiga y vecina Silvia Torres añade que los últimos hechos han llevado a que incluso "nos discriminen sólo por vivir en Chicureo, ¿han visto las críticas en Facebook ? Se ha planteado que la gente rica maltrata a los empleados. Eso es falso. Decir eso también es discriminación".

 Alcalde Olavarría: "Nunca he visto discriminación"

Hace diez años, el censo arrojó que en Colina residían 78 mil habitantes. Según datos de la municipalidad, la cifra hoy llega a 110 mil personas, aumento que se explica por la fuerte expansión inmobiliaria de Chicureo. Este rápido desarrollo no ha ido aparejado de medidas de seguridad, lo que tiene inquieto al alcalde Mario Olavarría (UDI).

El edil dice que precisamente este panorama -donde han aumentado los delitos como asaltos, robos y hurtos en los últimos años- ha llevado a que los vecinos creen normas propias. "Los condominios tienen que ser autónomos y dar seguridad a los vecinos", justifica el jefe comunal, ante la medida de limitar las caminatas dentro de los recintos. Olavarría añade que "nunca he visto discriminación en la zona, porque yo conozco a la gente y las tratan bien. Ahora... si hay problemas, tienen que hacer la denuncia".


Inadmisible recurso contra El Algarrobal II

La Primera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago declaró como inadmisible el recurso de protección presentado por el empresario naviero Bruce Taylor en favor de su asesora del hogar, Felicita Pinto, por considerarlo extemporáneo: el acto que se acusaba tenía como fecha de materialización el 30 de junio de 2011... pero el recurso -en el que Taylor reclamaba "maltrato físico y sicológico" en contra de la mujer- fue ingresado recién el 11 de enero pasado.

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