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Las propuestas de los rectores para mejorar el criticado sistema de admisión a las universidades

Algunas autoridades reconocen que sólo desde los 650 puntos hacia arriba la PSU permite anticipar a un buen estudiante.

por:  Jéssica Henríquez D./La Segunda
viernes, 16 de diciembre de 2011
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"El problema que tenemos en el acceso a la educación superior en gran parte es la PSU... pero no porque sea mala, sino porque es lo único que tenemos para seleccionar alumnos".

La frase -pronunciada por un rector- refleja la encrucijada en la que está el examen (antes era PAA) que hace más de 30 años utilizan los 25 planteles tradicionales para elegir a sus alumnos, y que a partir de esta admisión también la usarán 8 universidades privadas.

Los detractores del test son muchos y los argumentos de por qué el histórico examen debiera sufrir modificaciones son más.

De hecho, todos los ojos están puestos en la auditoría internacional que comenzará en los próximos días y que promete un informe para agosto. Y aunque no hay certezas de si los cambios que se propongan se aplicarán en el test que se tomará a fines del 2012, lo que sí está claro (tanto en el Gobierno como en el Consejo de Rectores) es que se deberán introducir modificaciones al proceso de admisión 2013.

Allí todos admiten falencias y por eso la idea era que los cambios debutaran este año... pero las movilizaciones universitarias pusieron el foco en otra cosa, retrasando cualquier decisión.

El tema volvió a la palestra. Y hoy rectores de universidades -bajo la premisa de que la PSU no debe desaparecer, sino perfeccionarse- adelantaron a "La Segunda" los mecanismos que están mirando para seleccionar mejor a los estudiantes.

Incluso algunos detallaron la experiencia que han vivido sus planteles con fórmulas especiales que han implementado y que, si bien no reemplazan el sistema tradicional de selección, ya están dando señales concretas de éxito o fracaso universitario.

Promedio de notas

La idea es darles cada vez más importancia a las notas que tienen los alumnos durante su enseñanza media (NEM), entendiendo que de esa manera se "premia" a los escolares que han mantenido un buen rendimiento en el colegio.

El mecanismo siempre ha formado parte del proceso de admisión, pero su peso ha transitado desde 10% hasta 50%.

Hoy las casas de estudio -en promedio- les otorgan entre 20% y 35% de importancia.

Sin embargo, en la Universidad de Talca las calificaciones valen 45%. "Llevamos años dando mucha importancia a las notas y nos ha ido bastante bien. Son un buen predictor, porque un buen alumno en el colegio, normalmente, es un buen alumno en la universidad", dice el rector Alvaro Rojas.

En cambio la PSU, explica, " sólo a partir de los 650 puntos nos da ciertas certezas, porque desde ese puntaje hacia arriba logramos buenos resultados medido en tiempo de titulación y deserción; pero hay una zona que va de los 650 a 550 puntos que el examen no es muy fino, porque podemos tener un buen alumno con 560 puntos y otro no tan bueno con 620".

Pero la idea también tiene detractores, que advierten que así como se "premia" a los que logran buen rendimiento, también "castiga" a quienes no sacan buenas notas. Y aún más, dice el rector de la Usach, Juan Manuel Zolezzi, "puede ser peligroso considerando que no existe homologación de notas entre los colegios. No es lo mismo tener un promedio 6,0 en el Instituto Nacional que en otro establecimiento que no es de ese nivel de excelencia".

Por ello, advierte, de implementarse esta medida, necesariamente se requiere cambiar la actual tabla de conversión de notas a puntajes y agrupar a los establecimientos de acuerdo con su nivel de exigencia académica. "En algún minuto como plantel hicimos esa propuesta al Consejo de Rectores y creo que ya es tiempo de replantearla", dijo.

Lugar en el ranking

Es una de las propuestas que ha ganado mayor cantidad de adeptos, ya que existen estudios y experiencia en el tema.

Quienes lo han implementado (Usach y Universidad Raúl Silva Henríquez) evidencian que ubicarse entre los primeros lugares del curso (en el 5% a 10% superior) en un contexto vulnerable, pese a tener un bajo puntaje PSU, da cuenta del esfuerzo y rendimiento de un alumno.

La Usach, por ejemplo, entre 1992 y 2004 bonificó a todos sus estudiantes que se ubicaron en el 5% superior de sus promociones según sus notas. Pero ese año el Consejo de Rectores decidió terminar con todo tipo de bonificaciones, dejando congelado este mecanismo.

Un estudio posterior realizado en más de 4.300 alumnos que ingresaron por este mecanismo (y que pertenecían al 80% más pobre de la población) demostró que -en promedio- lograron un rendimiento 20% mejor que sus pares.

"Se ha demostrado que la historia del joven en el colegio, mediante el ranking que logra en su curso, se repite en los estudios superiores. Por eso es que este factor debiera introducirse en los futuros procesos de selección. De hecho, es una de las ideas que el Consejo de Rectores va a evaluar para el proceso de admisión 2013", adelanta el rector de la U. de Concepción, Sergio Lavanchy.

Sin embargo algunas casas de estudios ya están incursionando tímidamente.

Por ejemplo, la Universidad de Talca -según contó su rector, Alvaro Rojas- debutará en 2012 con 130 cupos para los alumnos que encabecen la lista de mejores rendimientos al promediar sus notas de 1° medio a 3° medio en 25 colegios de la VII Región (la mayor parte municipalizados). "Con esto queremos por un lado premiar el esfuerzo sostenido en condiciones de vulnerabilidad y, de paso, introducir el factor de equidad en el acceso porque son alumnos que no han tenido las oportunidades de estudio que sí han logrado otros escolares", dijo.

Pero también este sistema tiene riesgos -dicen los técnicos-, ya que puede crear una suerte de "fiebre de competencia" dentro de los colegios para lograr los primeros lugares. Por ello, plantean, que si bien debe tener un peso dentro de la admisión, no puede sobrepasar a la PSU.

Entrevistas personales

Establecer entrevistas especiales para ciertas carreras con el fin de detectar la vocación de los estudiantes y sus habilidades es una de las ideas que también ha rondado a los rectores. En definitiva, sería ampliar lo que ya ocurre en algunos programas como Música, Arte o Arquitectura a carreras como Pedagogía o Psicología (se implementó masivamente, pero luego se suspendió).

Sin embargo, la medida tiene fuertes detractores, como el rector de la U. de La Frontera, Sergio Bravo , quien dice que "este mecanismo me parece muy subjetivo y probablemente terminaría haciendo una selección más injusta o arbitraria que la que puede haber hoy".

Ensayo escrito

La Universidad Católica es la que tiene más experiencia en esto. Hace 6 años que evalúa las habilidades comunicacionales y expresión escrita a todos los alumnos que ingresan a sus aulas. "Medimos razonamiento, argumentación, escritura, desarrollo de tesis y ortografía", explica el rector de la UC, Ignacio Sánchez , quien admite que su plantel postula que este instrumento debiera complementar el proceso de admisión, "porque ayuda a tener una idea más global de las capacidades de los estudiantes".

El rector de la Universidad Católica de Valparaíso, Claudio Elórtegui , agrega: "Es una muy buen idea incorporar este tipo de medición, porque sin duda nos daría mas elementos de juicio en torno a los alumnos. De hecho, lo hemos conversado entre los rectores". Sin embargo, advierte, que "de aplicarse, deberíamos hacerlo un par de meses antes de la PSU para dar tiempo suficiente para la corrección, porque no podemos olvidar la masividad de los postulantes".

Convenio con colegios

Otra vía que se está explorando -aunque tímidamente- es establecer convenios especiales con colegios específicos.

La U. de Talca innovó hace un par de años con este sistema, para lo cual implementó un proceso de admisión reducido con los mejores escolares de colegios técnico-profesionales de la zona que pasan -por ejemplo- de su establecimiento a carreras específicas. Por ejemplo, los que vienen de colegios técnico-agrícolas a Agronomía, de técnico-forestales a Ingeniería Forestal o de técnico-contables a Auditoría.

Vía propedéutico

Si bien es un mecanismo que uno que otro plantel ya ha puesto en marcha, todo indica que se va a masificar.

Ello, porque en la Ley de Presupuesto 2012 el Gobierno destinó recursos concursables para entregar mil becas de $800 mil a aquellas universidades que propongan programas orientados a tomar alumnos de enseñanza media en condiciones vulnerables (de los dos quintiles más bajos) con el fin de nivelarlos y prepararlos para que ingresen a la universidad.

La Usach lo implementó el 2006. "De un grupo de colegios subvencionados técnico-profesionales, elegimos al 10% de mejores alumnos y trabajamos con ellos todo su cuarto medio", dice el rector Zolezzi.

Asisten a la universidad todos los sábados, donde son preparados en materias como afectividad, liderazgo, confianza, trabajo de equipo y contenidos curriculares. "Una vez terminado el año de trabajo, se seleccionan los mejores 50 alumnos y ellos se hacen merecedores de un cupo de ingreso especial. Aún no tenemos graduados, pero los resultados han ido confirmando nuestra hipótesis, ya que, al compararse con sus pares que ingresaron vía admisión normal, logran mejores tasas de retención y respuestas equivalentes a estudiantes que alcanzaron entre 100 y 200 puntos más que ellos en la PSU", detalla.

En la U. Católica se han aproximado a este tema mediante el programa Penta, que desde hace 10 años apoya a niños vulnerables con talento académico. Los resultados hablan por sí mismos: apenas 3% de deserción en la universidad y casi nula reprobación el primer año.

PSU técnica

Si bien todos reconocen que existe una "injusticia enorme" con los alumnos de colegios técnico-profesionales, porque la PSU no mide los que se les enseña, recién ahora están apareciendo propuestas concretas para resolver ese tema.

El rector de la U. de La Frontera, Sergio Bravo, es claro: "Ellos son los grandes perjudicados con este sistema de admisión, porque aunque comparten los contenidos curriculares con los alumnos científico-humanistas hasta 2° medio, después comienzan a estudiar sus especialidades, y si uno revisa la matrícula total del sistema, representan más del 40%".

Por eso, en algún minuto el Consejo de Rectores solicitó que se hicieran preguntas especiales para ellos... pero la idea no prosperó. "Hoy ya es tiempo de hacerse cargo de esto y darles la oportunidad a ellos también de poder acceder a la universidad en igualdad de condiciones. Quizás lo que hay que hacer es implementar una PSU técnica, que mida las habilidades y capacidades de esa área".

Sin embargo, advierte, que es tan amplia la variedad de especialidades que ellos estudian, que no será fácil poder elaborar un instrumento que sea justo con todas: "Es un desafío no menor, pero hay que abordarlo".

 Manzi: "También se requiere una nueva institucionalidad"

"Lo que es más o menos evidente, es que tendremos que incorporar al sistema de admisión de manera directa criterios que fomenten la equidad y la inclusión. Hay varias ideas, hay que evaluarlas en profundidad", dice el miembro del Comité Técnico asesor de la PSU, el experto Jorge Manzi.

El profesional agrega que "vamos a necesitar un período de reflexión para ver qué medidas son más efectivas y aceptables culturalmente, porque uno se podría mover desde la postura más radical, como eliminar la PSU, hasta establecer cuotas compensatorias específicas".

Pero más allá de eso, explica, "para canalizar todas las propuestas, hacer los estudios y tomar decisiones serias necesitamos una autoridad sobre el sistema de admisión porque hoy la confusión es total, ya que no hay una autoridad que tenga una dedicación absoluta en el tema".

Recuerda que quien administra la PSU (que es sólo un instrumento dentro del proceso de selección) es el Demre de la Universidad de Chile, pero quien está a cargo del proceso de admisión es el Consejo de Rectores, "que está formado por 25 rectores, cada uno de los cuales tiene a su cargo una institución de educación superior con miles de estudiantes ¿Cuánto tiempo pueden dedicarle al sistema de admisión?".

Y señala: "En Chile tenemos un Simce muy bueno que mide la calidad del sistema escolar. Se hacen pruebas a nivel nacional, se mejoran, hacen estudios, cruzan datos... pero para eso (el equipo del Simce) está dedicado permanentemente a esa tarea y hay una institucionalidad focalizada sólo en ese objetivo. ¿Por qué no podríamos hacer lo mismo con el sistema de admisión a las universidades?".

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