Al teléfono, desde Concepción, se le oye tranquila... incluso se permite espacios para bromear. Todo lo contrario a lo que cualquiera podría imaginar, sobre todo tras el violento asalto a su tienda de ropa y accesorios femeninos «Belgic», en pleno centro de la ciudad. Desde hace poco más de un mes que Jacqueline van Rysselberghe , la ex alcaldesa y ex intendenta del Biobío, se desempeña como microempresaria, y su local ya ha sido víctima de rayados y apedreos en reiteradas oportunidades.

El último ataque se concretó la semana pasada, cuando un grupo de vándalos destruyó los ventanales del segundo piso de la boutique. Y ella -dejando en claro que su emprendimiento no le ha hecho renunciar a nuevas aspiraciones políticas- ve en las próximas elecciones municipales y parlamentarias una posible explicación para las agresiones.

-Los responsables de los ataques no le robaron. Da la sensación de que sólo quieren hacer daño...

-En el primer piso puse vidrios templados para proteger la tienda, por eso quizás no han podido romperlos y entrar a robar. Pero la semana en que inauguramos nos rayaron las murallas casi a diario, con insultos personalizados en mi contra. Pero yo quiero pensar que este último ataque se debe a un acto aislado de delincuencia, que esta vez me tocó a mí.

-¿Estos ataques la desmotivan en su nueva faceta como microempresaria?

-Para nada. Tenemos suficientes sistemas de seguridad y la tienda está ubicada en una calle con alta circulación, lo que genera un fuerte control social. No me intimidan.

-¿No cree que estos ataques se pueden deber a una "mala onda" que se generó en su contra, tras su polémica salida del Gobierno?

-Si es que esto tuviera alguna vinculación política, más que buscar una relación con lo que pasó, creo que esto puede tener que ver con las elecciones que vienen. Porque si bien no tengo cifras, yo podría asegurar que lo que pasó a comienzo de este año no me generó daño electoral en esta zona.

-¿Quiere volver a ser alcaldesa de Concepción?

-Todavía no defino si voy a participar en las elecciones municipales o en la senatorial. A fines de diciembre voy a tenerlo claro. Eso puede tener nervioso a más de alguien.

-¿Alguien que da instrucciones para que ataquen su tienda?

-No, no creo. De repente es alguien que, con unos cuantos copetes de más, adhiere a algún político rival y hace este tipo de cosas.

-Y hablando de negocios... ¿cómo le ha ido con las ventas?

-Bien, gracias a Dios. Me he dado cuenta de que soy muy buena vendedora, por eso quizás sacaba tantos votos... (se ríe). Además que gran parte del tiempo, yo misma atiendo el local. La ropa es de una onda urbana, para mujeres profesionales y jóvenes, y los precios son más altos que en muchas tiendas de Concepción, pero no es la tienda más cara, ni mucho menos.