Violentada y sin creer en el sistema judicial se siente Antonia Risopatrón Cruz, dueña de la tienda "Papelaria", que sufrió el robo de su oficina en Vitacura el 31 de octubre pasado, con pérdidas por $10 millones (por daños a la propiedad y sustracción de computadores)... pero los delincuentes quedaron libres a las pocas horas.

-¿Qué ocurrió con la investigación?

-Gracias a Carabineros hubo un detenido y ellos me aconsejaron, estuvieron conmigo... Pero lo más sorprendente es la actitud del fiscal adjunto Luis Jaramillo. Al tomarme declaración dijo que haría todo por hacer diligencias y recuperar los objetos, lo que nunca sucedió. Además, me da una perorata respecto a la cantidad de presos, que había que construir cárceles, me habló del Estado de Derecho... Me dejó con la impresión de que lo iba a soltar.

-Y así fue...

-Me dijo que me fuera tranquila a mi casa... pero no me alcancé a dar vuelta, cuando el fiscal le propuso al delincuente una suspensión condicional del procedimiento y firma cada tres meses... Como víctima me sentí pasada a llevar: Ellos son fiscales, no defensores. Los fiscales son unos burócratas que viven a costa del Estado y de los que pagamos los impuestos. ¿Es posible que estén pidiendo más recursos y dotación?

-¿Qué acciones piensa tomar ahora?

-No sé si sirva tener más seguridad en el sector y también estoy desorientada, porque el propio fiscal me dijo que no tomara abogado. Una de las personas que trabaja conmigo, aunque yo no estuve de acuerdo, tomó sus propias acciones: fue a la casa del delincuente en Conchalí (su dirección fue consignada en el proceso) y le pidió que le devolvieran la CPU del computador para seguir trabajando: Obviamente no ocurrió. ¿Es posible que las víctimas tengan que exponerse a esto para recuperar sus cosas?

-¿Cuál es su percepción de la seguridad de Carabineros en el caso?

-Estuvieron bien. Mandé un correo al general director para proponer que, al menos, los efectivos puedan tener zapatillas para correr tras los delincuentes: el carabinero que capturó al tipo llevaba zapatos de vestir y debió perseguirlo varias cuadras. No hay igualdad de condiciones entre delincuentes y carabineros.

Y finaliza:

"En el sector, los vecinos están cansados de los robos. Se supone que Vitacura es uno de los lugares más seguros de Santiago. Mi reflexión es que en todo este proceso me sentí en el papel del detenido y él tuvo todas las garantías ¡lo que no puede ser!".