Se despertaron pensando en el panorama.

No son los vulgares ladrones que aprovechan las movilizaciones para robar.

No son, en estricto rigor, los indignados.

Son los que, por ejemplo, a las seis y media de la mañana del lunes rompieron las puertas de la sede de la Unión Demócrata Independiente y dejaron rayados con la leyenda "pitéate un UDI". Y los que a las 8:05 del martes quemaron el bus del Transantiago.

¿Qué tipo de manifestantes son éstos? ¿Ultra malos, ultra politizados o ultra qué?

Es la gran incógnita que se hacen los estudiosos del fenómeno de este año. Algunos piensan que se trata de "disparados" de los colectivos en que se organizan hoy estudiantes "activos" y que no militan en un partido porque desconfían de los políticos tradicionales. Los colectivos tienen una organización horizontal, de modo que no hay un líder.

Hay otros que están encontrando en la crisis estudiantil una ocasión... los rabiosos "fashion".

Se sitúan en un frente distinto del que ocupan los "indignados", que más se definen por un enfado con el sistema que consideran frío y calculador como el dinero. También estaba indignada María Elena Sobarzo cuando tomó el palo de jockey de su hijo y salió a enfrentar el miércoles a la turba encapuchada que rayó la casa de un vecino y luego destruyó tres semáforos en Santiago Centro, en Vergara con Encalada. Y ayer el penquista Mario Méndez transitó entre la indignación y la rabia cuando se bajó de su auto pistola en mano, persiguiendo a los que intentaban dañarle su auto en medio de una manifestación.

El concepto "enrabiado" tiene su raiz etimológica en la enfermedad que se produce en algunos animales y se transmite por mordedura. Estar rabioso responde a una actitud más destructiva que considerarse indignado.

En Carabineros trazaron tres perfiles, sobre la base de 665 detenidos.

En La Moneda y en los tribunales existen distintas miradas. El ministro Rodrigo Hinzpeter quiere apurar una ley antiencapuchados, para que no queden libres recién apresados. El defensor popular Rodrigo Román dice que estar encapuchado no constituye delito, "por más que quieran satanizarlo". Y el juez de garantía Patricio Souza cree que la respuesta es de orden político.

 Colectivos indignados

Varios de los dirigentes de los universitarios más radicales pertenecen a colectivos de corte anarquista, como el CUAC, el KAPA, Bandera Negra, MLJM, así como otros del área izquierdista, como "Estudiantes Movilizados", "Intersindical de Trabajadores", "Construcción Estudiantil" y "Unión Partidista de Estudiantes". De estos grupos hay algunos "disparados" que pasaron a formar las filas de los "rabiosos".

Los "antiguos", los "ideológicos" y los "de moda": tres perfiles que distingue Carabineros

En medio de las protestas, la policía especializada ha desarrollado un cuadro respecto de tres corrientes que están interviniendo en forma más o menos violenta.

Aunque no existe un estudio específico elaborado por la institución, sí tienen un análisis con cruce de datos a partir de las detenciones. La jefatura de Operaciones del OS-9, el departamento de Carabineros encargado de la investigación de las organizaciones criminales, aporta antecedentes sobre los perfiles o estereotipos:

"LOS ANTIGUOS": Están ligados a grupos antisistémicos que surgen durante los años 80. Son gente cuyas edades promedian los 50 años. Mantienen una identidad por un hecho puntual, que fue la lucha contra el régimen militar.

"LOS IDEOLOGICOS": Tienen entre 25 y 35 años y están ligados a movimientos indigenistas y ecológicos. Se mueven en círculos próximos a universidades.

A este perfil corresponden los que ayer se tomaron el Congreso.

"LOS DE MODA": Se trata de jóvenes entre los 16 y los 25 años que usan facebook para publicar sus fotos donde aparecen encapuchados o realizando acciones agresivas. Algunos tienen antecedentes penales por robo y desórdenes. No tienen compromiso ideológico, los mueve el participar en algo que consideran que está de moda y tener algún tipo de protagonismo vandálico. Lo que más los motiva es la violencia desmedida.

A este último perfil pertenece uno de los últimos detenidos en los desmanes. Tiene 17 años y vive en Maipú. Lo sorprendieron entrando y saliendo de la sede de la Universidad de Chile en la calle Beaucheff, sin ser universitario. Le hicieron un seguimiento. Estuvo durante cuatro horas entrando y saliendo de la Universidad y "se movía bastante bien adentro". El muchacho no tiene compromiso ideológico y su caso va más por la búsqueda de la violencia adrenalínica.

Los encapuchados de este año

El 0S-9 analizó 641 casos correspondientes a 665 encapuchados detenidos por Carabineros este año. Lo primero que saltó a la vista fue un aumento de un 400%, comparado con el año 2010.

El año pasado, los encapuchados actuaban entre 11 de la noche y 3 de la madrugada. Y lo hacían casi exclusivamente para fechas emblemáticas, como el 11 de septiembre y el llamado "Día de los Combatientes", recordatorio de la muerte de dos hermanos miristas en la Villa Francia.

"Este año los vemos al final de cada marcha, actuando en forma muy violenta", dice la jefatura de Operaciones del OS-9.

Las comunas que han requerido especialmente de los servicios policiales en estos actos han sido Santiago y Ñuñoa.

-En Ñuñoa está el cordón Macul, que en los años 70 se le llamaba el cordón industrial.

Como cordón Macul, cabía de caja que el martes habría incidentes violentos en ese sector, como ocurre cada vez que se convoca a un paro. Por eso resulta un tanto inexplicable que encapuchados hayan quemado un bus del Transantiago ese día justo en Macul con Los Presidentes, la zona roja de los conflictos, si ahí suele haber dispositivos policiales para estas fechas.

-La acción fue tan rápida, y a las 8 de la mañana. Se dio la oportunidad. Justo ellos salen de la calle Doctor Johow, donde está la parte trasera de varias sedes universitarias.

Pero no son universitarios, sino jóvenes que entran y salen de los campus en medio del desorden que provocan las tomas y protestas.

Como no tienen un sentido de pertenencia a los establecimientos tomados, ya sea colegios o universidades, destruyen sin contemplación.

En una de esas entradas y salidas fue que capturaron a un muchacho.

-Le encontramos una botella de amoníaco. En general utilizan el amoníaco para no tener problemas con las lacrimógenas. Y también para hacer bombas de ruido con botellas plásticas y algún tipo de aluminio. Ellos se mojan la ropa con amoníaco...

"¿Por qué te juntas con ellos?"

Un jefe de operaciones que ha participado en varias investigaciones de encapuchados cuenta:

-Me tocó entrevistar a la mamá de uno de estos sujetos. Una familia de clase media que vive en el sector sur de Santiago. Ella le decía a su hijo: "Oye, pero si yo te tengo prohibido que vayas a las marchas. ¿Por qué te juntas con ellos?". El chiquillo lo que piensa en el fondo es "si van todos, ¿por qué no voy yo?". Es un tema de moda, de grupos de amigos. Es tal el nivel de violencia que crean, que no se dan cuenta de los delitos que ellos empiezan a cometer.

Es distinto a lo que ocurrió en La Pincoya, por ejemplo, cuando un joven narcotraficante mató al cabo Vera durante una noche de protesta el 11 de septiembre de 2007. Los rabiosos de ahora actúan en el cordón Macul, en horario matutino.

Pero no sólo en Macul... el jefe de operaciones del OS-9 tiene claro que este fenómeno es una tendencia mundial. La cuestión es cómo se maneja.

Ministro Hinzpeter apunta a responsabilidades personales

El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, comprende racionalmente la insatisfacción de los indignados. Otra cosa es su punto de vista sobre los rabiosos.

-Desgraciadamente, nuestra sociedad ha ido conformando múltiples grupos de distintas ideologías de izquierda, ultra o anarquistas, que están inspiradas en una concepción de rechazo absoluto a nuestra sociedad y a la democracia. Son producto de múltiples factores, complejos de resolver en un instante, que se han acumulado durante muchos años de insatisfacción y políticas públicas que no se han hecho cargo de problemas sociales complejos y que explotan en determinado momento, pero que no los acompaña ninguna justificación para incurrir en actos delictuales.

Acota:

-Por mucha comprensión que pueda tener con la insatisfacción, en caso alguno, ni por asomo, se puede justificar que de ella se derive un comportamiento delictual. Como le digo, una mirada comprensiva también debe hacerse cargo de los derechos humanos de los otros ciudadanos que habitan en la ciudad. Y quienes incurren en estas conductas están pasando por encima y pisoteando los derechos de compatriotas que simplemente quieren levantarse y tener una vida normal.

-¿Maneja La Moneda antecedentes fundados de quiénes son los violentos?

-Existen antecedentes muy concretos, pero responsablemente no se puede señalar que todos quienes pertenezcan a estos grupos cometan delitos y, por lo tanto, el funcionamiento de un estado democrático exige que las responsabilidades penales se establezcan caso a caso en los tribunales de justicia y no se presuma comportamiento delictual por la pertenencia a determinados grupos. Los distintos grupos que actúan coordinadamente suponen premeditación y logística entre ciertas personas que deben ser investigadas por el ministerio público y por los tribunales de justicia. No le corresponde al Ministerio del Interior hacer esa labor de identificar culpables de delitos y sancionarlos; les corresponde al ministerio público y a los tribunales.