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Hablan los ENCAPUCHADOS: Odio, destrucción y resentimiento

Esperamos que intentaran tomarse la Facultad de la Universidad de Chile; que dejaran de tirar piedras a carabineros y pelearan con estudiantes para conversar con un grupo de estos jóvenes. ¿Qué piensan?, ¿por qué la rabia y violencia con que se manifiestan?, fueron parte de algunas de las preguntas que «La Segunda» pudo hacerles, cuyas respuestas -muchas a regañadientes o monosílabos- nos entregan una idea de lo que hay detrás del fenómeno vandálico del momento.  

por:  Por Malú Urzúa y Felipe Díaz
viernes, 19 de agosto de 2011
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Son las 14:30 del jueves en la esquina de las calles Blanco Encalada y Ejército Libertador. La "marcha de los paraguas" por la educación -la movilización no familiar más pacífica hasta ahora, oficialmente terminó-. La lluvia hace que la mayoría de los manifiestan se vayan rápidamente. Pero un grupo espera... Son escolares de entre 12 y 18 años que empiezan a acumular piedras, terminan una botella de cerveza, una caja de vino o le dan las últimas "quemadas" a un pito de marihuana.

El ambiente comienza a calentarse y vuelan las primeras piedras hacia carabineros. Se escuchan silbidos y pequeños grupos corren sin rumbo conocido. A los cinco minutos, estos retornan, ya con capuchas que les cubren el rostro, las mismas que antes eran sólo pañoletas rodeando sus cuellos para cubrirse del frío. Otros más "profesionales" usan máscaras antigases.

La batalla comienza... trayendo consigo destrozos y desmanes -aunque en menor medida que en jornadas anteriores-, los mismos que han provocado un transversal rechazo en el mundo político, social e incluso estudiantil. Tanto así que, según la encuesta «La Segunda-UDD» publicada hoy (ver páginas 20 a 28), el 87% de los chilenos respalda considerar delito la presencia de encapuchados en las marchas.

La gresca continúa con intentos de ingresar a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile, críticas a gritos del resto de estudiantes y corridas para arrancar del lanzaaguas. Tras media hora, los violentistas se dispersan... momento en que «La Segunda» los aborda con un objetivo claro: conocer de su propia boca quiénes son estos personajes que terminan violentando las marchas, sus intereses y ver si existe algún planteamiento coherente en sus motivaciones.

¿POR QUE LA CAPUCHA?

En las siete conversaciones con igual número de encapuchados que sostuvimos no había respuestas estándares ni grandes similitudes entre ellos. Algunos decían venir de colegios privados, o de poblaciones. Había quienes usaban un correcto lenguaje y otros apenas podrían expresarse. Sí, todos coincidieron en criticar radicalmente el sistema económico.

¿Y por qué se tapan la cara?, les preguntamos.

"O sea, ¡tiran lacrimógenas! Me tengo que tapar la cara, si no me muero!"... "La pregunta es por qué no tengo que taparme la cara, dime por qué no tengo que taparme la cara", arremete uno un tanto más violento.

El tono sube: "¡Porque hay hue... de prensa que andan grabando y se lo pasan a los pacos. Nos tienen el medio inventario ahí".

Uno de los que usaba una sofisticada máscara antigases recurre a un discurso más largo: "La capucha es un sistema de odio y defensa también, porque te poní a la par con un paco, porque estos no andan con nombre, ni identificación. Es obvio: Para que no te identifiquen, como tú no los podí identificar a ellos, porque desde acá todos andan de verde".

Similar respuesta entregó un secundario de La Granja: "Ellos se tapan la cara igual poh, igual que nosotros. Nosotros queremos pelearle en la cara a ellos, pero ellos, ¿nos pelean en la cara a nosotros? No. Ellos andan con uniformes, andan con sus cascos, con nombres falsos para que después cuando el paco te haga algo a ti y lo quieras demandar, el nombre que dan no existe".

-Dicen que los encapuchados son lumpen, que sólo quieren destrozar...

-Realmente los encapuchados... hay de todo en los encapuchados -responde un adolescente con pañoleta roja en el cuello-. No podemos tener una selección de encapuchados que defienda al pueblo. Se filtra de todo, se filtran hasta carabineros, se filtran flaites que no tienen la culpa.

¿Y EL PIEDRAZO?

Todos quienes accedieron a conversar reconocieron tirar piedras a Carabineros. "Lo hago porque me carga que ellos digan cuándo se acaba (la manifestación)", confesó uno que no dio señas de su identificación.

"A la policía hay que frenarla, porque son muy represores con todos", dijo otro joven de unos 14 años que asiste a un colegio privado. "O sea, si un loco le tira una bomba de pintura a un guanaco para que el loco que conduce no vea, o si pincha una rueda, yo estoy completamente a favor", apuntó otro un poco mayor.

"Esto es una guerra. Hay que quedarse acá y demostrar que esto está mal. ¡Luchando contra los pacos, podemos buscar otra solución! Si es que pacíficamente ya no nos escuchan, entonces ¿cómo mier... lo vamos a hacer?", justificó otro.

-Pero el piedrazo es directamente una agresión, busca causar daño... ¿cuál es su fin?

-Es la forma. Es de odio. Es descontento y autodefensa. De autodefensa, porque los pacos te pueden reprimir todo el rato y uno no va a aceptar tampoco que te anden tirando agua e intoxicándote. Es defendernos, responde otro.

¿Y CUAL ES LA RAZON DE LOS DESTROZOS?

Mayoritariamente estos encapuchados niegan participar en saqueos y destrozos, aunque tienen un discurso absolutamente complaciente con estos actos vandálicos: "Aquí se batalla y batallamos todos unidos pa' que levantemos el pueblo, porque la única forma que el Gobierno nos escuche es cuando hablan de desmanes", dijo uno que tiene pañoleta , y agregó: "Lo que más les duele a ellos es el bolsillo. A nosotros nos duele en el alma que estemos estudiando en un colegio municipal que ve cada día menos alumnos. Hoy nosotros estamos levantando, pucha, un movimiento desde abajo, desde las zonas más bajas de Chile, donde en realidad están los problemas".

Sólo uno nos reconoció haber participado en episodios delictivos contra la propiedad: "Yo no he rompío , pero si cuando ya lo tienen roto ya, yo por lo menos apoyo. Yo ayudo, porque es un apoyo que nos está haciendo el loco (lumpen), porque así llamamos más la atención de cómo pagan el mobiliario. Cada vez que rompen algo, tienes que sacar plata del bolsillo para reponerlo y eso es lo que les duele... El tema no es ir contra la gente, es ir contra el Estado, y cómo uno hace eso, rompiendo focos, rompiendo todas esas cosas que al Estado le cuestan. Lamentablemente, a la gente le sacan el dinero. Al Estado le duele el bolsillo cuando sale el vocero a hablar y dice, hemos perdido $50 millones con desmanes y destrozos".

¿Y QUÉ OPINAN DEL CONFLICTO ESTUDIANTIL?

Los encapuchados entrevistados dijeron no estar representados por las dirigencias universitarias. "Aquí la lucha es de secundarios con el pueblo contra el poder, no de universitarios. Ese es el tema", responde uno, y otro -uno de los que más intentaron ingresar a la mala a la Facultad de Ingeniería- agrega que "los universitarios tienen los medios para pagarse sus estudios. Y muchos de ellos andan en universidades estatales, que obviamente les corresponden a los niños de menores recursos. Y las becas ni siquiera sirven, porque se las dan a los ricos".

"Cuando dicen, vamos a bajar al 2%, son puros parches; es decir, es poner más plata. Hay que cambiar la estructura. Estas son como las pastillas para el dolor de cabeza", agregó.

-Y ustedes si hoy dan la PSU, ¿qué puntaje sacarían?

-Mínimo, porque no hemos tenido preparación. La PSU es un colador de clases. La gente de clase alta tiene buena educación porque los cuicos les pagaron plata a algunos profesores y los profesores, dicen ya, me pagaron buenas monedas, a este le enseño . Pero si les pagaron pocas moneas, dicen ah, a este le voy a enseñar esto y esto otro y espero que le sirva . O sea, le va a enseñar un cuarto.

Dos jóvenes que aseguran ser de colegios privados explicaron también sus razones: "No vivimos en una burbuja, ni en un mundo de fantasía. Si uno tiene ahora una situación económica favorable, mañana nadie sabe cómo será. El pueblo está triste por eso. La gente vive endeudada, preocupada. Mi viejo llega a las 10 de la noche hecho mier... de trabajar, y sigue haciéndolo en la casa. Y eso pasa acá porque no se distribuye bien la riqueza de este país, lo que tiene que cambiar ahora".

"Somos tres hermanos, y una hermana ya está en la universidad. Mis viejos me hablan cuando estamos tomando once y me dicen yo no sé si ustedes tres podrán estar en la universidad", comentó el segundo.

Aunque no les gusta ahondar en su situación familiar, la conversación dejó entrever que las cosas en las casas de estos jóvenes no son fáciles: "Mi mamá está endeudada. No sé qué año salió de la universidad, pero sigue pagando la carrera que estudió. Es como una maldición", cuenta uno.

Otro indica que "mis papás me apoyan caleta. Incluso cuando estoy detenido me van a buscar... Mi abuelo de parte de mamá era comunista, lo siguieron y lo terminaron botando del morro de Arica y nadie sabe quién fue. Yo llevo 5 o 6 años metido en el movimiento, y mis papás antes eran pro dictadura, pero ahora no. Se han dado cuenta de la rabia. Yo hablo con ellos. Yo los concientizo a ellos de lo que está pasando hoy en el país".

 Carabineros estrena peritos fotográficos para identificar a encapuchados

Carabineros decidió comenzar a utilizar peritos fotográficos para identificar a los encapuchados que realicen desmanes durante las marchas. El nuevo mecanismo, que busca evitar que los magistrados declaren ilegales las detenciones, se estrenó ayer.

En estas pericias se puede apreciar una secuencia de al menos seis fotografías, que van desde que el encapuchado comienza a lanzar piedras, hasta que es detenido por Carabineros.

En paralelo, los uniformados han trabajado en elaborar un perfil de estos adolescentes, llamados por el resto de los participantes de las marchas con el nombre de "sopaipas".

Esta nueva generación de encapuchados son, en su mayoría, jóvenes que tienen entre 12 y 20 años y que graban los desmanes y enfrentamientos con los carabineros para subirlos a internet y así jactarse de su acción.

Caminan en grupo y se organizan en las mismas poblaciones. Durante las marchas no se encapuchan, sino que llevan una pañoleta al cuello.

Este fenómeno comenzó a verse frecuentemente en las marchas de HidroAysén y su número va en aumento. En las últimas manifestaciones han sido casi 500.

Los estudios policiales también indican que se sienten protegidos al actuar en grupo, buscan los lugares donde estén realizándose enfrentamientos con carabineros y lo usan como una forma de descargar su furia, lo que incluso llega a justificar saqueos, argumentando que lo hacen porque no tienen las mismas oportunidades que el resto.

Los policías diferencian a estos jóvenes con los anarquistas, quienes no buscan robar, sino destruir el orden establecido.

Los anarquistas, que aparecen seguido en las manifestaciones del cordón Grecia Macul o en las afueras de la Usach, cuentan con un discurso definido y se enfrentan a Carabineros por fines ideológicos. Hay ocasiones en que, unidos por la capucha, los anarquistas y los "sopaipas" se unen en los desmanes.

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