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Ministro Bulnes ante ultimátum de estudiantes: "No estaré a disposición de ellos y de su intransigencia"

"Esta no va a ser una seguidilla de documentos hasta que digan bueno ya". "Lo que me corresponde ahora (luego del rechazo a la propuesta del Gobierno) es comenzar a presentar los proyectos de ley más urgentes al Congreso". "No me preocupan aquellos universitarios que conscientemente quieran perder su semestre académico (...) Ahora mi preocupación es que los escolares que no quieren tomas, no pierdan el año". Sobre el lucro: "No soy dueño de un colegio ni soy dueño de una universidad. Como ministro no me interesa proteger en ningún caso un modelo versus otro".  

por:  Por Jéssica Henríquez y Ana María Guerra
viernes, 05 de agosto de 2011
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Felipe Bulnes admite que desde que asumió hace 16 días la cartera de Educación, está durmiendo sólo entre 4 y 5 horas diarias.

Es que "no sólo llegué a un sector que está en la crisis que todos conocemos, sino que debí concentrarme en estudiar este sector y a la vez reaccionar a un conflicto... Han sido días muy duros, pero desafiantes".

Pero también advierte que "más de preocuparme, soy de ocuparme. Y cuando una cosa no resulta, me concentro en la que viene", en lo que además de filosofía de vida podría ser también tomado como la actitud que tomará frente al rechazo del movimiento estudiantil a la última propuesta del Gobierno sobre Educación.

Tras una jornada marcada por los violentos disturbios por las marchas no autorizadas y un inédito "cacerolazo", recibió a "La Segunda" para hablar del complejo escenario que deberá seguir enfrentando, cuando los universitarios dieron un plazo de seis días al Ejecutivo para presentar una nueva propuesta y se prepara un paro nacional para el próximo martes.

-¿Qué siente ante el "portazo" de los estudiantes?

-El portazo no ha sido sólo al Gobierno, sino a todo un país que quiere normalizar el sistema escolar para luego trabajar la reforma a la educación. Es claro que hay un grupo que no está disponible para conversar.

-El Gobierno ¿no puede dar más?

-Nosotros no nos sentimos negociando la Educación. Y la respuesta que les entregamos fue lo que les prometimos: que iban a tener claridad de cuál es la línea del Gobierno, sin ambigüedades. En el documento está todo en letra grande y en blanco y negro. Lo que me corresponde ahora (luego de esta negativa) es comenzar a presentar los proyectos de ley más urgentes al Congreso y, si ellos quieren aportar en esa discusión, les vamos a dar todo el espacio para que puedan presentar sus puntos de vista, pero hay que moverse y avanzar.

-Entonces no deben esperar una respuesta nueva del Gobierno el martes, tal como lo han pedido...

-Como ministro no estaré a disposición de ellos y de su intransigencia para presentarles documentos hasta que se declaren satisfechos. No corresponde. Ya les entregamos un documento y la próxima semana iniciaremos la presentación de los proyectos de ley. Si pretenden imponer la lógica del todo o nada, equivocaron el camino. Esto no va a ser una seguidilla de documentos hasta que ellos digan bueno ya, porque si no, ese día nosotros dejamos de gobernar.

Es que, argumenta, "fuimos elegidos para gobernar y lo vamos a hacer con el mayor respeto ciudadano, estableciendo claramente los límites entre el autoritarismo y la autoridad, pero vamos a gobernar . No nos vamos a quedar cautivos de la intransigencia".

"No hay ningún escenario fácil"

Y arremete:

-No me preocupan aquellos universitarios que conscientemente, en una decisión madura y deliberada, quieran perder su semestre académico (...) Ahora mi preocupación es que los escolares que no quieren tomas, no pierdan el año escolar. Los que me preocupan son los que están cautivos de una decisión que no han tomado, los que quieren ir a clases y no pueden hacerlo por decisiones de grupos minoritarios. De ellos yo me voy a preocupar.

Adelanta que están ultimando una medida que se pondrá en marcha la próxima semana para discriminar a los alumnos que quieren volver a clases de quienes no están dispuestos. La idea es habilitar diversos lugares para que los estudiantes puedan retirar material de estudio y, al hacerlo, firmen un documento que será considerado como asistencia.

Según las cifras oficiales existen 250 colegios en toma de 11 mil en todo el país, lo que afecta a 275 mil alumnos de un total de más de 3 millones y medio de escolares. "No quiero ningunear el problema, porque sería una torpeza, pero es importante saber que es el 8% de los estudiantes los que están siendo afectados por esta situación", dice.

"Tengo serias dudas de si han leído las propuestas"

Consultado por la calificación de "migajas" que algunos dirigentes estudiantiles hicieron de la última propuesta del Gobierno, el ministro señaló que "eso demuestra el nivel de intransigencia. Tengo serias dudas de si la han leído. Incluso (dudo) si alguna vez estuvieron dispuestos a aceptar algo que les propusiera el Gobierno".

-¿Hay causas políticas en este conflicto?

-No quiero ponerle etiquetas. El movimiento tuvo un gran merito en poner arriba de la mesa temas clave. Donde se equivoca es en no saber capitalizar todo esto en algo fructífero. Y algo tan difícil como saber perder, que uno lo aprende con los años, es saber ganar. Y aquí creo que ellos no están sabiendo ganar porque hay una oportunidad en avanzar en cosas muy importantes y, de alguna manera, se arriesgan en la medida que seguimos en este conflicto.

-¿Por qué? ¿Se podrían retirar algunas de las cosas ofertadas?

-No quiero hacer amenazas respecto de qué podría dejar de ocurrir respecto de esto, pero hay que tener algunas cosas claras: no es lo mismo tener un ministerio dedicado full time a tramitar las iniciativas legislativas, que un ministerio haciéndose cargo de una crisis para normalizar el año escolar.

-Cambian las prioridades...

-Mi primera prioridad hoy día es sacar adelante a los escolares que no quieren repetir el año. Si hubieran dado respaldo a lo que estábamos presentando y hubiesen reconocido que había avances importantes, la posibilidad de que el Congreso las tramitara con mayor rapidez sería mucho mayor. Si ellos mismo le quitan el piso a esto, lo califican de migajas y dicen que no sirve para nada, provocan que el clima político también se retraiga y no esté la misma disposición para tramitarlas rápidamente.

Las facultades para fiscalizar el lucro, hoy "son nulas"

Consultado por el tema del lucro, bandera de lucha de los estudiantes que exigen que se termine no sólo en el sistema de educación superior sino también en el sistema escolar, el ministro es enérgico a la hora de abordarlo.

-Según la encuesta CEP el 80% de la población no está de acuerdo con el lucro en educación, ¿cambia en algo la postura del Gobierno?

-Yo no soy dueño de un colegio, no soy dueño de una universidad, y como ministro de Educación, no me interesa proteger en ningún caso un modelo versus otro, sólo aquello que creo que sea eficiente y bueno para la educación. El lucro es una palabra que a esta altura está satanizada, pero no es más que obtener una legítima retribución. Y en educación no podemos apostar que todos se van a mover por filantropía ni por inspiraciones religiosas.

Agrega que la multiplicidad de instituciones ha permitido aumentar sustancialmente la cobertura educacional, y en algunos casos, la calidad. "Como hoy el lucro está tan demonizado, sería muy fácil sumarse a la ola de críticas, pero al final eso empieza a comprometer el desarrollo de la cobertura y a veces la calidad".

-Pero ministro, usted sabe que sí hay universidades que buscan artilugios para sacar utilidades.

-Desde que asumí he dicho que vamos a perseguir que ninguna universidad tenga fines de lucro. Veo las facultades que tiene el Ministerio de Educación para fiscalizar esto y son nulas. Por eso de aquí al 30 de septiembre vamos a presentar un proyecto de superintendencia para fiscalizar completamente a las universidades, y créanme que las vamos a fiscalizar para que cualquier forma inventiva, o ingeniosa, o la que fuere, sea fiscalizada de manera que logremos parar cualquier intento de lucrar con ellas.

-En el mejor escenario, el sistema va a estar funcionando el 2013: hay que mandar el proyecto, tramitarlo en el Congreso y luego implementar la superintendencia.

-La idea nuestra es que empiece a funcionar cuanto antes, pero pido un poco de paciencia frente a 30 años en que venimos viendo esto y no que, de la noche a la mañana, nos llegue la desesperación.

-¿Y qué pasa con el lucro en el sistema escolar?

-Estamos proponiendo transparencia total en el uso de recursos públicos y tomarnos la calidad en serio. Si un sostenedor no cumple los estándares mínimos de calidad, lo vamos a apoyar, pero si no cambia perderá el derecho a subvención y luego el reconocimiento oficial. ¿Por qué estamos discutiendo ahora tantos temas pendientes en materia de educación? Porque nos faltó avanzar a otra velocidad. Llevo apenas 15 días en el cargo... vamos piano, piano porque estamos hablando de problemas de educación que se arrastran por demasiado tiempo y hay una impaciencia ciudadana que vamos a tratar de responder con la mayor rapidez.

 

Consultado por la idea de algunos estudiantes (que ya ronda en Facebook) de seguir la experiencia de México, donde sus estudiantes estuvieron 9 meses paralizados y perdieron el año, pero consiguieron gratuidad en la educación; Bulnes fue categórico:

"Nosotros no somos México ni hacemos las cosas a la mexicana. Ni como país, ni como gobierno. En esto no quiero criticar la situación de México, pero nuestra forma, nuestra evolución, nuestra idiosincrasia se ajusta a un determinado concepto", dijo.

Y agregó: "¿Quién puede no tener aspiración de gratuidad y ojalá en la mayor cantidad de ámbitos sociales que se pueda? Pero no pasa por voluntades, sino por posibilidades. Y hay que distinguir lo posible de lo imposible".

Resultados CEP: "Estamos en un proceso de ir sembrando"

-El ministro Lavín, su antecesor en Educación, cayó 27 puntos en la encuesta CEP por este conflicto. ¿Cómo observa, entonces, lo que a usted le puede tocar?

-No es que yo quiera ser el personaje mas antipopular de Chile, pero si asumí el Ministerio de Educación no fue porque lo viera -ni mucho menos en la convulsión en que está- como una plataforma que me pudiera proyectar. Honestamente, que me digan que esto puede significar que se acaben mis proyecciones políticas, me tiene sin cuidado y por eso me muevo con mucha libertad, porque sin mesianismos ni autoritarismos voy a hacer lo que creo que es bueno para la educación y para el país.

Y agrega: "Nosotros, la clase política, no podemos andar con el termómetro de la popularidad, porque si no, no construimos ninguna política de largo plazo y nos quedamos atrapados por intereses particulares. Así no se construye un país".

-¿Qué le pasó al ver la brutal caída del Gobierno en el nivel de aprobación?

-Primero, no era una sorpresa para nadie. Y segundo, a uno le gustaría estar mejor evaluado pero si al final esto va a ser un desgaste producto de ir construyendo una agenda en la cual creemos, de verdad no lo considero dramático. Lo que me apanicaría sería un gobierno que no estuviera disponible para sufrir las fluctuaciones de las encuestas y terminara atrapado por ese fenómeno. La política tiene ciclos y quiero creer que nuestra baja popularidad se explica no tanto en nuestros errores, sino en que estamos en un proceso de ir sembrando y esa cuestión no genera frutos de inmediato, pero se van a valorar en el tiempo.

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